Historia de España: Reyes Católicos, Austrias y Borbones
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Política Exterior de la Monarquía Hispánica durante el Reinado de Felipe II
Durante el reinado de Felipe II, España se enfrentó a varios desafíos importantes. En primer lugar, las guerras con Francia se resolvieron con la victoria española en San Quintín (1557) y la posterior Paz de Cateau-Cambrésis, que reconoció la hegemonía española. Felipe II intervino en los asuntos internos de Francia para apoyar a los católicos contra los hugonotes. La conversión de Enrique IV puso fin a los enfrentamientos religiosos.
En segundo lugar, la amenaza turca fue contrarrestada con la victoria de la Liga Santa en la batalla de Lepanto (1571). Además, la incorporación de Portugal (1581) aumentó el imperio de Felipe II. Las rivalidades con Inglaterra llevaron a la desastrosa derrota de la Gran Armada Española (1588) y, posteriormente, a la independencia de las Provincias Unidas de los Países Bajos (1581). Finalmente, en 1598, Felipe II legó los Países Bajos a su hija, Isabel Clara Eugenia, y en 1571 se conquistaron las Islas Filipinas, nombradas en honor a Felipe II.
Sociedad Hispano-Musulmana en Al-Ándalus
La sociedad de Al-Ándalus se caracterizó por la coexistencia de diversos grupos:
- Una minoría dominante de invasores árabes, que ocupaban las mejores tierras y posiciones, y bereberes, relegados al ámbito rural.
- La mayoría sometida de los conquistados: la población hispanorromana cristiana, los denominados mozárabes (grupo más numeroso, aunque decreció debido a las conversiones al Islam), dando lugar al grupo predominante en Al-Ándalus, los muladíes.
- Una minoría judía, económicamente destacada.
Según las categorías sociales, encontramos:
- La aristocracia, conformada por árabes y la antigua nobleza visigoda.
- Las clases medias urbanas, compuestas por funcionarios, artesanos y alfaquíes (expertos en el Corán).
- El pueblo llano de campesinos muladíes y mozárabes.
- Los esclavos.
Escuela de Traductores de Toledo
Durante el siglo XI, Toledo se convirtió en un destacado centro de encuentro de las culturas musulmana, judía y cristiana, atrayendo a sabios de toda Europa. Tras la conquista de la ciudad por Alfonso VI (1085), se estableció una convivencia lingüística entre el latín, el árabe y el hebreo. Esta convivencia permitió el desarrollo de proyectos de traducción cultural demandados en toda Europa cristiana. En el siglo XIII, bajo el reinado de Alfonso X, se produjo un gran impulso en la actividad traductora de Toledo. El rey reunió a numerosos sabios en su scriptorium real, donde se tradujeron numerosas obras del legado científico y filosófico de la antigüedad griega clásica, india y árabe. La Escuela de Traductores de Toledo fue crucial para la formación de la modernidad al ser un punto de encuentro del pensamiento clásico, árabe, musulmán, indio, cristiano, sefardí y andalusí, trabajando de manera abierta y sin prejuicios culturales, religiosos, lingüísticos o políticos.
Política Exterior de Carlos I
Carlos I de España y V de Alemania (1517-1556) enfrentó tres grandes conflictos durante su reinado:
- Guerras con Francia: La rivalidad se centró en el ducado de Milán, culminando en la victoria española en Pavía (1525).
- Lucha contra el protestantismo: Carlos venció en la batalla de Mühlberg (1547), pero tuvo que aceptar la Paz de Augsburgo para garantizar la libertad religiosa de los príncipes alemanes.
- Enfrentamiento con el Imperio Otomano: Carlos defendió sus territorios en Europa central y el Mediterráneo, logrando expulsar a los otomanos de Hungría y Túnez.
Al final de su reinado, Carlos renunció a todas sus coronas, dividiendo su imperio entre su hermano Fernando (Sacro Imperio Romano Germánico) y su hijo Felipe (el resto).
Reformas Económicas de los Monarcas Ilustrados
Las reformas económicas emprendidas por los monarcas ilustrados en España incluyeron:
- Fomento de nuevos métodos productivos.
- Intentos de reforma agraria (proyectos de ley para reparto de tierras, aunque no se llevaron a cabo).
- Creación de nuevas poblaciones en Andalucía y Sierra Morena.
- Fomento de la industria y la artesanía (creación de fábricas reales).
- Incentivos al comercio (supresión de aduanas interiores, traslado de la Casa de Contratación a Cádiz, apertura mercantil, creación del Banco de San Carlos).
Legado Cultural y Económico de Al-Ándalus
El Califato de Al-Ándalus, especialmente durante los reinados de Abd al-Rahman III, al-Hakam II e Hisham II, representó el máximo esplendor cultural, científico y económico. Los califas fueron mecenas de las artes y las ciencias, destacando la creación de la biblioteca de Córdoba y la traducción de obras de la Antigüedad. Científicos andalusíes como al-Mayriti (matemáticas), Avenzoar (medicina) o Maimónides (filosofía) contribuyeron significativamente en diversas áreas. En cuanto al arte, la arquitectura fue la manifestación más destacada, con la construcción de la Mezquita de Córdoba y Medina Azahara. Al-Ándalus prosperó como intermediaria comercial entre Oriente Medio, el Norte de África y Europa cristiana, gracias a una moneda única y una agricultura próspera.
Decadencia de la Monarquía Hispánica (1640-1659)
La debilidad de la monarquía de Felipe IV y las políticas del Conde-Duque de Olivares desencadenaron movimientos separatistas en 1640 en Cataluña, Portugal y Andalucía. La sublevación del Corpus de Sangre en Cataluña impulsó una guerra prolongada hasta 1652. Portugal proclamó su independencia. España participó en la Guerra de los Treinta Años, donde sufrió una derrota crucial en la Batalla de Rocroi (1643). El Tratado de Westfalia (1648) reconoció la independencia del Norte de Flandes. La Paz de los Pirineos (1659) cedió territorios a Francia, estableciendo la hegemonía francesa en Europa.
Política Internacional de Felipe II vs. Carlos I
Carlos I se enfrentó a Francia, a los turcos otomanos y a los príncipes protestantes alemanes. Felipe II continuó estos enfrentamientos, obteniendo victorias en San Quintín (1557), Gravelinas (1558) y Lepanto (1571). Felipe II fue brevemente rey consorte de Inglaterra, pero la propagación del protestantismo llevó a la derrota de la Armada Invencible (1588) y a la independencia de Holanda.
Reformas de Carlos III
Durante el reinado de Carlos III, se desarrolló un amplio programa reformista. Destacaron:
- Modernización de la vestimenta (Motín de Esquilache).
- Fomento de la enseñanza (Reales Estudios de San Isidro, Escuelas de Artes y Oficios).
- Creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
- Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena.
- Libre comercio con América.
- Creación del Banco de San Carlos.
- Establecimiento de nuevas fábricas reales.
Conflictos Políticos durante los Austrias Mayores
La llegada de Carlos I a España en 1517 provocó la Revuelta de las Comunidades en Castilla y la Rebelión de las Germanías en Aragón. Durante el reinado de Felipe II, destacó la rebelión de los moriscos en las Alpujarras y el caso de Antonio Pérez, que contribuyó a la leyenda negra de Felipe II.
Política de Unidad Religiosa de los Reyes Católicos
En 1492, los Reyes Católicos expulsaron a los judíos no conversos. La Santa Inquisición desempeñó un papel crucial en este proceso, culminando en la conversión forzosa de los musulmanes (moriscos) en 1502.
Reformas en la Administración Borbónica (Siglo XVIII)
Los Decretos de Nueva Planta abolieron los fueros de la Corona de Aragón, centralizando el Estado. Las Cortes perdieron relevancia, consolidándose la Monarquía Absoluta y la política regalista. Se implementaron reformas en la Hacienda, destacando el Catastro de Ensenada.
Origen y Funciones de las Cortes en los Reinos Cristianos
Las Cortes representaban a la nobleza, el clero y el Estado llano, limitando el poder real. Aprobaban leyes, tributos y juraban al heredero. Las Cortes aragonesas tuvieron mayor peso que las castellanas. En la Corona de Aragón, se aceptó el "pactismo". Las primeras Cortes se reunieron en León en 1188.
Política de Unidad Religiosa de los Reyes Católicos y los Austrias
Los Reyes Católicos implementaron una política de uniformización religiosa, persiguiendo a los no cristianos. Carlos I se enfrentó al protestantismo y al Imperio Turco. La Paz de Augsburgo estableció que la religión de cada príncipe alemán sería la de sus súbditos.