Historia de España: Frente Popular y Legado de la Guerra Civil

Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 5,11 KB

El Frente Popular y sus Actuaciones (1936)

Este apartado explica las causas de la formación del Frente Popular y sus actuaciones tras el triunfo electoral de 1936, hasta el comienzo de la Guerra Civil Española.

Causas de la Formación del Frente Popular

La Revolución de Octubre de 1934 provocó una fuerte polarización política y una radicalización de posiciones, tanto en la izquierda como en la derecha. La izquierda, tras la represión que siguió a la Revolución de Octubre, impulsó una concentración de fuerzas que desembocó en la creación del Frente Popular. También contribuyó a ello el avance del fascismo en Europa y la recomendación de la Internacional Comunista de frenarlo mediante la formación de frentes antifascistas integrados por todas las fuerzas de izquierdas. Con la experiencia del fracaso electoral de 1933, que dio paso al Bienio Conservador, la izquierda vio esta vez la necesidad de unir sus fuerzas contra la reacción de derechas y para conseguir una amnistía que liberara a los dirigentes populares detenidos tras la revolución asturiana. En consecuencia, se configuró el Frente Popular, que agrupaba a toda la izquierda.

Actuaciones del Gobierno del Frente Popular

El primer gobierno del Frente Popular estuvo compuesto exclusivamente por republicanos, sin la participación de socialistas. Sus principales actuaciones fueron:

  1. Se decretó la amnistía para todos los represaliados de la Revolución de 1934 y se decretó el reingreso a sus puestos de trabajo.
  2. Se restauró plenamente el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  3. Se reanudó todo el proceso reformista puesto en marcha por el Bienio Reformista: Ley de Reforma Agraria, reformas en enseñanza, religión, etc.
  4. El Congreso destituyó al presidente de la República, el conservador moderado Niceto Alcalá Zamora, y Manuel Azaña fue elegido para el cargo.

Costes y Consecuencias de la Guerra Civil Española

Este apartado especifica los costes humanos y las consecuencias económicas y sociales de la Guerra Civil Española.

Costes Humanos

Durante mucho tiempo se utilizó la cifra de “un millón de muertos”, que representó el símbolo del horror que conlleva una guerra civil. La cifra más realista se acerca a los 250.000 muertos por acciones directas de la contienda, a los que habría que sumar las muertes por enfermedades y desnutrición que se produjeron después de la guerra, y que algunos autores cifran en 120.000, y las del exilio, que se calcula en torno a 450.000. Es, pues, una de las grandes crisis demográficas de la historia de España. En las pirámides de población, su impacto se ha prolongado hasta finales del siglo XX.

Consecuencias Económicas

La renta nacional no recuperó los niveles de 1936 hasta mediados o finales de los años 50, fruto de lo difícil que fue la recuperación, sin contar además con ayuda internacional. La reducción de la producción agrícola en un 20%, así como de un tercio de la cabaña ganadera, llevó al hambre de posguerra, al racionamiento de alimentos y al estraperlo, al que tuvo que recurrir gran parte de la población para sobrevivir, y del que algunos gerifaltes nacionalistas se lucraron. Las comunicaciones resultaron gravemente dañadas (ferrocarriles y carreteras), así como la destrucción de viviendas en poblaciones que sufrieron directamente el conflicto y que tuvieron que ser recuperadas por la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones, en la que trabajaron mano de obra de la región o reclusos sometidos al Patronato de Redención de Penas por el Trabajo.

Consecuencias Sociales

El 1 de abril de 1939 no empezó la paz, sino que “empezó la victoria”. El bando vencedor impuso una rendición incondicional al bando vencido, iniciándose una dura represión y persecución política del enemigo, organizada desde el mando, con el apoyo social de la Iglesia, uno de los centros de poder victoriosos. Esta represión tuvo por objeto la eliminación física del enemigo y someterlo a un régimen de terror. La depuración y expulsión de los funcionarios públicos que se habían mantenido fieles a la República significó negarles la forma de ganarse la vida a una clase media intelectual cualificada, que, si pudo, marchó al exilio, o que, si tuvo que quedarse, se tuvo que buscar la vida en empleos y actividades en las que difícilmente pudieron prosperar. La dureza de la represión se apreció en la violencia ejercida en las cárceles y fuera de ellas contra los vencidos: humillaciones y vejaciones a mujeres e hijos, rapto de niños de mujeres encarceladas entregados a familias afectas al régimen, juicios sumarísimos que, sin garantías judiciales, llevaron al paredón a más de 50.000 republicanos, tildados genéricamente de “rojos”, a los que se les negó la consideración de españoles y se tildó de traidores.

Entradas relacionadas: