Historia de España: Economía y organización social en el Paleolítico y el Neolítico, Romanización y Pintura Rupestre
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HISTORIA ESPAÑA EBAU OPCIÓN A • BLOQUE I
ESTÁNDAR No5 (PREGUNTA TEÓRICA): EXPLICA LAS DIFERENCIAS ENTRE LA ECONOMÍA Y LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DEL PALEOLÍTICO Y EL NEOLÍTICO:
El Paleolítico en la Península Ibérica se inicia 1,4 o 1.3 millones de años antes del presente (o before present -B.P.-) y durará hasta el 6000 a.C. Los primeros pobladores peninsulares eran depredadores, es decir, no producían alimentos y su supervivencia se basaba en la caza, la pesca, el carroñeo y la recolección vegetal (frutos, raíces, semillas, etc.). Practicaban el nomadismo, siguiendo probablemente a los rebaños que cazaban, y presentaban una organización social colectiva, viviendo en pequeños grupos con lazos familiares, pero sin una clara división del trabajo o jerarquización social. Utilizaban instrumentos de sílex tallados con una cierta especialización y, poco a poco, fueron perfeccionando la industria lítica y empezaron a practicar el arte rupestre y mobiliar.
Hacia el año 5000 a.C. surgieron las primeras comunidades neolíticas, debido a la difusión por las costas mediterráneas peninsulares de corrientes culturales procedentes de Oriente Próximo. Las culturas autóctonas fueron evolucionando al tomar contacto con estas nuevas influencias. Estas comunidades iniciaron la producción de alimentos (agricultura y ganadería) y la elaboración de cerámica (cerámica cardial) y tejidos, lo que propició el sedentarismo y la aparición de las primeras comunidades estables en poblados (viviendas y primeras necrópolis). Elaboraban nuevos instrumentos de piedra pulimentada (molinos, morteros, etc.), hueso y madera. Paralelamente, las estructuras sociales se hicieron más complejas como resultado de una organización del trabajo más diversificada y de la apropiación del excedente alimentario por un pequeño grupo dentro de la sociedad, lo que da lugar a las primeras diferencias sociales.
ESTÁNDAR No9 (PREGUNTA TEÓRICA): DEFINE EL CONCEPTO DE ROMANIZACIÓN Y DESCRIBE LOS MEDIOS EMPLEADOS PARA LLEVARLA A CABO:
La conquista romana de la Península Ibérica se extendió desde el año 218 al 19 a.C. La sumisión a los romanos de la totalidad de los pueblos ibéricos (conocidos genéricamente como íberos, celtas y celtíberos) se realizó en diversas etapas, interrumpidas por períodos de inactividad bélica. La presencia romana en Hispania dio lugar a un proceso que se conoce como romanización, es decir, la adscripción del territorio hispano y sus gentes en el marco cultural romano al imponerse los elementos culturales (lengua, derecho, religión...) y la estructura social y económica de la civilización romana. Fue, pues, un proceso profundo y prolongado de aculturación.
Los medios para la romanización serán variados. La presencia permanente de soldados y colonos del imperio, que poco a poco se mezclarán con la población autóctona, ayudaron a agilizar este proceso de aculturación. Los romanos se asentarán en las ciudades existentes, o crearán otras nuevas (muchas a partir de campamentos militares), y convertirán las ciudades en la base de su expansión cultural. Estas ciudades estarán unidas por una extensa red de calzadas que servirán de rutas comerciales y de distribución de personas, costumbres e ideas. Poco a poco, la concesión de la ciudadanía romana a los habitantes de Hispania servirá como elemento integrador en la realidad política, cultural y social de Roma.
Los elementos culturales que se extienden entre los pueblos hispanos serán la lengua latina, que se impondrá al resto de lenguas autóctonas; el derecho romano, que regulaba tanto las actividades privadas como las instituciones políticas y su funcionamiento; y el culto a los dioses romanos y al emperador, que se verá alterado a partir del siglo III con la introducción del cristianismo, perseguido hasta la proclamación del Edicto de Milán (313), que declaró la libertad religiosa.
Así, la integración de Hispania en la cultura romana se muestra en el hecho de que tanto intelectuales (Séneca, Quintiliano, Marcial...) como emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio...) fueron de origen hispano. Por último, las numerosas edificaciones y obras de ingeniería (foros, acueductos, murallas, templos, anfiteatros...) que han perdurado dejan constancia del patrimonio artístico heredado de Roma.
ESTÁNDAR No16 (EJERCICIO PRÁCTICO): IDENTIFICA LAS DIFERENCIAS ENTRE UNA IMAGEN DE PINTURA CANTÁBRICA Y OTRA DE PINTURA LEVANTINA:
La Península Ibérica posee un gran número de cuevas y abrigos que conservan pinturas y grabados paleolíticos, concentrándose la mayoría en la zona cantábrica (El Castillo, El Pindal y Altamira). La imagen de la izquierda es un ejemplo de pintura rupestre cantábrica de la Cueva de Altamira (20000-15000 B.P.). Se trata de un arte figurativo en el que destacan los animales (bisontes, ciervos, caballos...), pintados con técnica naturalista. Las figuras se hallan superpuestas y sin formar escenas, aunque presentan efectos de volumen y movimiento derivados del uso del color y del aprovechamiento de los salientes de las rocas. Los colores predominantes son el negro y diversos tonos de ocre. Las distintas fases del arte franco-cantábrico se desarrollan en el Paleolítico Superior, desde el 36000 al 9000 a.C.
En cambio, la imagen de la derecha es un ejemplo de la pintura levantina peninsular. En la zona levantina destacan las pinturas halladas en abrigos al aire libre como los de El Cogull (Lérida), Albarracín (Teruel) y La Valltorta (Castellón), con una cronología más tardía (final del Paleolítico Superior y Epipaleolítico / Mesolítico, en torno al 6000 a.C.). En ellas se representan escenas de carácter narrativo (cacerías, danzas rituales, recolección...) con proliferación de figuras humanas. Utilizan colores planos (rojo y negro), y en todas aparece una gran estilización de las formas que tiende a la esquematización.
Las pinturas rupestres han sido relacionadas con prácticas y creencias mágicas, y podrían formar parte de ritos o ceremonias propiciatorias de la caza. También se han interpretado las cuevas como santuarios en los que las pinturas se distribuyen según un orden que se relaciona con las prácticas rituales o la existencia de mitos, y en ellos los protagonistas son los animales.