Historia de España: De los Borbones a la Restauración (Siglos XVIII-XIX)

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El Siglo XVIII: Los Borbones y la Ilustración

La Guerra de Sucesión Española (1700-1714)

La Guerra de Sucesión Española se produjo por la falta de heredero del monarca Carlos II. A su muerte en 1700, fue designado Felipe de Anjou como sucesor, pero no fue aceptado por el Archiduque Carlos de Austria. A partir de ahí, se inició un conflicto con dos vertientes: una internacional, que enfrentó a Francia con la Gran Alianza, formada por Austria, Inglaterra, Prusia, varios estados alemanes, Portugal y Saboya; y otra interior, donde Castilla apoyó a Felipe V mientras que la Corona de Aragón apoyó a Carlos de Austria. La guerra se desarrolló en varias fases: la primera de victorias del Archiduque Carlos y la Gran Alianza hasta 1707, cuando se produjo un cambio de tendencia y se iniciaron las victorias de Felipe V hasta que finalizó el conflicto con la toma de Barcelona y Mallorca en 1714.

Tratados de Utrecht y Rastatt: Consecuencias

Las consecuencias de los Tratados de Utrecht y Rastatt fueron las siguientes:

  • En primer lugar, Felipe V fue aceptado como rey de España a cambio de renunciar a sus derechos dinásticos sobre Francia.
  • En segundo lugar, España sufrió importantes pérdidas territoriales.
  • Finalmente, España se convirtió en una potencia de segundo orden en Europa, mientras que la hegemonía pasó a Francia y Austria en el continente, e Inglaterra como potencia marítima, imponiéndose la idea de equilibrio continental entre potencias.

Los Decretos de Nueva Planta

Los Decretos de Nueva Planta consistieron en la eliminación de los fueros, instituciones y el gobierno de los reinos de la Corona de Aragón, buscando la uniformización y centralización administrativa de todos los reinos hispánicos, siguiendo el modelo de administración castellana. Los diferentes Decretos fueron implantados en Aragón y Valencia en 1707, en Mallorca en 1715 y en Cataluña en 1716. Destacaron los siguientes cambios: la sustitución de los virreyes por capitanes generales, auxiliados por las Audiencias (que también se encargaban de asuntos judiciales); la creación de los intendentes con funciones económicas; y la implantación de nuevos impuestos como la contribución única.

El Despotismo Ilustrado

El Despotismo Ilustrado es la aplicación de medidas ilustradas por parte de los monarcas absolutos. Su origen está en la Ilustración, movimiento filosófico y cultural surgido en Europa en el siglo XVIII, que criticaba al Antiguo Régimen a través del uso de la razón y la búsqueda de la felicidad. Se oponían fuertemente al dominio ideológico de la Iglesia y al absolutismo político, pues defendían un contrato social entre gobernantes y gobernados que garantizase los derechos básicos del individuo a través de una Constitución. En España, la Ilustración se desarrolló en dos grupos fundamentales: los novatores y los proyectistas.

Reformas Económicas Borbónicas

Los Borbones emprendieron una serie de reformas económicas con el objetivo de impulsar la industria y liberalizar el comercio. En la industria, destacaron el desarrollo de formas de producción industrial fuera del sistema gremial, como las Reales Fábricas en Segovia o Cádiz, además de la aparición de la industria doméstica. Sobre todo, se destacó la industria textil catalana, las indianas, favorecidas por medidas borbónicas como la ampliación del mercado a Castilla y la apertura del mercado americano.

Medidas Agrarias de los Monarcas Ilustrados

Las medidas implantadas por Carlos III provocaron un crecimiento de la producción agraria. Entre ellas, destacaron la extensión de tierras cultivadas, además de la intensificación de la producción gracias a los regadíos asociados a la construcción del Canal de Castilla y el Canal Imperial de Aragón. Igualmente, se introdujeron nuevos cultivos como la patata o el maíz en zonas como Galicia o Asturias, aunque la gran mayoría de las plantaciones siguieron dedicándose al cereal.

La Hacienda Real Borbónica

Los intentos de reforma fiscal de los Borbones se centraron en el intento de crear una contribución única en base a las propiedades, siendo iniciada por el ministro Marqués de la Ensenada, pero que fracasó por la oposición de los grupos privilegiados. Asimismo, se impusieron otras medidas como la simplificación de impuestos y su gestión directa por parte de funcionarios reales, poniendo fin al sistema de arrendamiento. Igualmente, se crearon nuevas fuentes de ingresos como la lotería, creada en 1763.

Relaciones Iglesia-Estado en el Siglo XVIII

Las relaciones Iglesia-Estado durante el siglo XVIII se fundamentaron en la firma del Concordato de 1753 con la Santa Sede, donde se reconoció el patronato universal, es decir, se estableció la superioridad de la monarquía sobre la Iglesia. Con el Concordato también se redujeron los impuestos enviados a Roma y se estableció el nombramiento de cargos eclesiásticos por parte de la monarquía.

El Siglo XIX: Crisis del Antiguo Régimen y Construcción Liberal

De la Revolución Francesa al inicio de la Guerra de Independencia

Tras el estallido de la Revolución Francesa, Carlos IV y su principal ministro Floridablanca impusieron un “cordón sanitario” para evitar la expansión de las ideas revolucionarias por España. Tras el ajusticiamiento de Luis XVI, España declaró la guerra a Francia (la Guerra del Rosellón entre 1793 y 1795), que tras la victoria francesa se solucionó con la Paz de Basilea de 1795, por la que España se convertía en aliada de Francia.

Los Afrancesados

Los afrancesados no fueron un grupo homogéneo. Entre los sectores acomodados, destacaron: un grupo de liberales convencidos que creían que José I llevaría a cabo las reformas necesarias para el país; otro grupo fue el de los ilustrados, muchos de ellos antiguos ministros de Carlos III, para quienes el reformismo josefino representaba la culminación de sus aspiraciones personales. También hubo afrancesados en la administración, el ejército de José I, la guardia cívica e incluso en una “contra-guerrilla” creada para combatir a los guerrilleros.

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

Las razones del conflicto son varias: en primer lugar, la crisis de la monarquía borbónica, donde el rey Carlos IV se vio obligado a abdicar en su hijo Fernando VII tras el Motín de Aranjuez; también la expansión de la Francia napoleónica por toda Europa; y por último, el incumplimiento del bloqueo continental por parte de Portugal, que fue aprovechado por Francia para entrar en España y conquistar ambos territorios. El conflicto enfrentó a la Francia napoleónica contra el pueblo español, apoyado por los británicos. El conflicto se desarrolló en tres fases: la primera en 1808, donde tras la expansión francesa por el norte peninsular y Madrid, fueron derrotados por los españoles en la Batalla de Bailén, frenando el avance francés; la segunda entre 1808 y 1812, donde los franceses y el general Soult conquistaron todo el territorio peninsular a excepción de Cádiz; y la última en 1813, donde tras la derrota francesa en Rusia y la retirada de parte del ejército que ocupaba España, las tropas anglo-portuguesas y españolas derrotaron a los franceses, expulsándolos del país.

La Constitución de 1812 ('La Pepa')

Las características de la Constitución de 1812 son las siguientes:

  • La primera es la afirmación de la soberanía nacional, donde el poder reside en la nación.
  • La segunda es la división de poderes: el ejecutivo en el rey, el legislativo en el rey con las Cortes y el judicial en los tribunales.
  • La tercera será la proclamación de la monarquía constitucional, donde el poder del rey está limitado por la Constitución, a diferencia de las Cortes estamentales donde se produce la monarquía absoluta y, por lo tanto, tampoco hay división de poderes.
  • La cuarta será la existencia de Cortes unicamerales elegidas por sufragio indirecto.

El Reinado de Isabel II y la Construcción del Estado Liberal

Carlos María Isidro y el inicio del conflicto carlista

La causa del conflicto carlista fue la promulgación de la Pragmática Sanción, por la que era derogada la Ley Sálica y que permitía reinar a Isabel, hija de Fernando VII. Este hecho no fue aceptado por Carlos María Isidro, hermano del rey, dando inicio al conflicto. El bando carlista era apoyado por los defensores del Antiguo Régimen, a los que se unieron vascos y navarros en defensa de sus fueros. El bando isabelino fue apoyado por los liberales, que vieron la oportunidad de implantar definitivamente el liberalismo en España.

Periodos del Reinado de Isabel II

El reinado de Isabel II se divide en dos periodos: la minoría de edad (entre 1833 y 1843) y la mayoría de edad (entre 1843 y 1868). La primera se divide a su vez en dos periodos: la regencia de María Cristina (entre 1833 y 1840), donde destacaron los gobiernos progresistas con la desamortización de Mendizábal y la Constitución de 1837; y la regencia de Espartero, quien asumió en 1840, instaurando un periodo de gobierno personal y autoritario, hasta su caída en 1843 tras ser derrotado por el general O’Donnell. La segunda etapa se divide en tres periodos: la Década Moderada (entre 1844 y 1854), donde el poder recayó fundamentalmente en los moderados dirigidos por el general Narváez, destacando la Constitución de 1845; el Bienio Progresista (entre 1854 y 1856), donde los progresistas tomaron el poder tras la Vicalvarada de O’Donnell, destacando la desamortización de Madoz en 1855; y por último el periodo entre 1856 y 1868, donde se alternaron moderados y unionistas, dirigidos por O’Donnell, hasta que la Revolución Gloriosa de 1868 puso fin al reinado de Isabel II.

Partidos Políticos: Moderados, Progresistas y Unión Liberal

Los Moderados tenían su base social en las llamadas “personas de orden” y una ideología conservadora, mientras que los Progresistas tenían su base social en las clases medias y una ideología progresista-reformista. La Unión Liberal, liderada por el General O’Donnell, buscaba un punto intermedio entre ambos.

La Constitución de 1845 y la Década Moderada

Mediante la Constitución de 1845, se estableció un régimen muy conservador que intentaba evitar, de todas las maneras posibles, cualquier aperturismo progresista, por lo que estos tuvieron que recurrir a pronunciamientos militares para acceder al poder.

Comparativa Constitucional: Estatuto Real, Constitución de 1812 y Constitución de 1845

La diferencia principal es que el Estatuto Real es una carta otorgada, mientras que la Constitución de 1812 y la Constitución de 1845 son constituciones. Por lo tanto, en el primero la soberanía reside en el Rey, mientras que en las otras la soberanía está compartida entre las Cortes y el Rey. En todas ellas se establecen Cortes Bicamerales; la diferencia es que mientras que en el Estatuto Real y la Constitución de 1845, los miembros de la Cámara Alta son nombrados únicamente por el Rey, en la Constitución de 1837 solo nombraba a la mitad, mientras que el resto eran elegidos por sufragio censitario.

Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz

Las principales medidas de liberalización del mercado de la tierra durante el reinado de Isabel II fueron los procesos desamortizadores de Mendizábal en 1836 y de Madoz en 1855. La primera fue una desamortización eclesiástica y la segunda una desamortización civil. El objetivo de ambas era poner en el mercado las tierras de “manos muertas” y vinculadas para crear un grupo de propietarios que defendieran el régimen liberal frente al absolutismo, en un primer momento, y al partido progresista frente a los moderados, en un segundo momento.

La Revolución Gloriosa (1868)

La Revolución Gloriosa pretendía acabar con el reinado de Isabel II e implantar por primera vez un régimen democrático en España, a imagen y semejanza de lo que estaba ocurriendo en el resto de Europa occidental. El moderantismo de Isabel II, además de los desmanes personales y la falta de respeto a los principios liberales, llevaron a grupos ajenos al poder como progresistas, demócratas y republicanos a firmar el Pacto de Ostende en 1866.

El Sexenio Democrático (1868-1874) y la Constitución de 1869

La Constitución de 1869 presenta las siguientes características: se proclama la soberanía nacional y la monarquía parlamentaria. Se aprueban derechos individuales como el derecho de reunión y asociación, la inviolabilidad del domicilio y correspondencia, y la libertad de culto. Se establecía la división de poderes con el legislativo en las Cortes bicamerales elegidas por sufragio general masculino (directo el Congreso e indirecto el Senado); el ejecutivo recaía en el Rey, sin derecho a veto, y el Gobierno; y el judicial en los tribunales.

La Primera República Española (1873-1874)

La Primera República Española fracasó por diversas causas. En primer lugar, al proclamarse la república en 1873, los republicanos eran una minoría, por lo que uno de los principales problemas fue la falta de apoyos. De hecho, si la república fue proclamada fue porque se consideró la única solución posible ante la abdicación de Amadeo I de Saboya. En segundo lugar, los republicanos, aparte de minoritarios, se encontraban divididos entre unitarios y federales; estos últimos, además, divididos entre benévolos e intransigentes.

La Restauración Borbónica (1874-1902)

La Restauración Borbónica y Antonio Cánovas del Castillo

Se entiende por régimen de la Restauración al sistema político que supuso la restauración de los Borbones en el trono español a través de la coronación de Alfonso XII, hijo de Isabel II. El régimen, de carácter profundamente conservador, se basaba en tres características: la aceptación de la Monarquía como base esencial de la nación española; la Constitución de 1876, de carácter conservador pero con cierta “flexibilidad” para adaptarse a las características del régimen; y la implantación del bipartidismo.

Características de la Constitución de 1876

La Constitución de 1876 es de carácter conservador pero con cierta flexibilidad para adaptarse a los partidos del turno. Sus principales características son: el sistema de gobierno será la monarquía moderada y hereditaria; se articula un Estado centralizado; se reconoce la soberanía compartida de las Cortes con el Rey, por lo que no reconoce la división de poderes, aunque la establece de manera implícita puesto que le reconoce a las Cortes capacidad legislativa; se establecen unas Cortes bicamerales formadas por el Congreso y el Senado, elegidos por sufragio censitario.

El Caciquismo y la Corrupción Electoral

Los elementos fundamentales del régimen canovista serán el turno pacífico y la corrupción electoral. El primero de ellos se basará en el bipartidismo de los partidos Conservador de Cánovas y Liberal de Sagasta, que defendían los intereses de las élites económicas y aceptaban las características básicas del régimen. El segundo se basará en la existencia de caciques locales que controlaban el aparato político y administrativo del Estado.

El Funcionamiento del Turno Pacífico

La manipulación electoral permitía cumplir la voluntad del Rey y otorgar mayorías estables a los partidos del gobierno. Por lo tanto, ambos partidos acordaron aceptar la realidad y no denunciar las irregularidades electorales. El sistema funcionaba en una doble vertiente: por un lado, el Ministerio de Gobernación elaboraba el encasillado que se llevaba a la práctica a través de la manipulación electoral, en un primer momento gracias al sufragio censitario, y posteriormente a través del pucherazo.

El Turnismo: Cánovas y Sagasta

El sistema de Cánovas se basaba en la alternancia pacífica de los partidos dinásticos (Conservador y Liberal) en el poder a cambio de renunciar a los pronunciamientos militares como forma de acceso al poder. El Turnismo era regulado por el Rey y no por la voluntad popular. Cuando el partido en el poder perdía el apoyo de las Cortes, era el Rey quien pedía al líder del partido opositor la creación de Gobierno, entregándole el decreto de disolución de Cortes.

La Guerra de 1898 y la Paz de París

Firmado el 10 de diciembre de 1898, el Tratado de París acordaba la independencia de Cuba y la cesión de Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos. Sus consecuencias fueron el final del Imperio español de más de 400 años y el desarrollo de una corriente de pesimismo y frustración en todo el país tras el “Desastre del 98”. Además de las pérdidas demográficas, económicamente no hubo graves problemas gracias a la repatriación de capitales de las colonias.

El 'Grito de Baire' y la Intervención Estadounidense

La primera medida fue el envío del general Martínez Campos para volver a pacificar el conflicto, pero los triunfos de las guerrillas locales hicieron fracasar su labor pacificadora, por lo que fue sustituido por el general Weyler. Sus métodos represivos contra las guerrillas y la población rural que los apoyaba, de gran brutalidad, provocaron un aumento del apoyo popular al conflicto, además del inicio de una corriente favorable de la opinión pública norteamericana contraria al colonialismo español. El 'Grito de Baire' fue un levantamiento clave liderado por figuras como José Martí.

Causas de la Guerra de Cuba

Entre las causas destacamos la intransigencia del gobierno español con las peticiones cubanas de mayor autonomía y, sobre todo, de liberalización del comercio internacional de la isla. Todo ello, unido a las pérdidas económicas de las élites criollas por las crisis económicas de la segunda mitad del siglo XIX, provocaron el desarrollo de la Guerra de los Diez Años, solucionada con la Paz de Zanjón.

Las Desamortizaciones en Profundidad

Concepto de Desamortización: Mendizábal y Madoz

La desamortización es el proceso por el cual se pone fin a la amortización de la tierra y otros bienes inmuebles, convirtiéndolos en plena propiedad privada e introduciéndolos, por tanto, en el mercado. Se desarrolló fundamentalmente en la España de Isabel II. Incluye dos elementos: por un lado, la desvinculación o fin de la vinculación, es decir, los bienes pasan a ser propiedad privada de los titulares de las instituciones nobiliarias y de la Iglesia, que ya sí pueden venderlos; y por otro lado, la nacionalización, por la que el Estado se queda con las propiedades desvinculadas a la Iglesia y a los Ayuntamientos.

El Proceso de Desamortización y la Liberalización de la Tierra

Las medidas de liberalización del mercado de la tierra llevadas a cabo durante el reinado de Isabel II fueron los procesos desamortizadores de Mendizábal, iniciado en 1836, y el de Pascual Madoz, en 1855. Las principales causas de los procesos desamortizadores fueron los conflictos militares, sobre todo la Primera Guerra Carlista, que provocaba la necesidad de ingresos económicos a las maltrechas arcas del Estado, y la búsqueda de la creación de una capa media de propietarios afín al régimen liberal y que iniciase un proceso de modernización de la agricultura. La desamortización de Mendizábal afectó fundamentalmente a los bienes de la Iglesia.

Diferencias Clave entre las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz

La principal diferencia entre las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz es que la primera afectó fundamentalmente a bienes eclesiásticos, sobre todo del clero regular, mientras que la segunda se centró fundamentalmente en bienes civiles, de ayuntamientos, Estado, Cofradías u Órdenes Militares. Otra diferencia será la forma de pago: mientras que la de Mendizábal aceptaba como gran parte del pago la amortización de Deuda Pública y solo una parte en metálico, en la desamortización de Madoz solo se aceptó el pago en metálico.

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