Historia y Escritores en la Antigua Roma
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Historiografía Romana
En el siglo V a.C., la historia no tenía sentido científico. Existían partes serias y no tan serias (como los chismes) de esta disciplina. Algunos claros ejemplos son: Heródoto (griego y serio), Suetonio (romano y menos serio) y Tito Livio (romano, serio y más similar a los historiadores actuales). Estos historiadores antiguos tenían más inconvenientes que los actuales, como las complicaciones para viajar o el alto costo de la escritura.
Los historiadores griegos comenzaban a hablar del primer origen del Lacio, unas primeras menciones de la Península Itálica y la primera historia de Roma. Este último tema aparece a partir de los registros anales religiosos de los colegios sacerdotales (como el Colegio de los Pontífices) que agrupaban por annus los eventos sobresalientes y designaban días fastos (laborables) y nefastos (no laborables). Además, había registros de los oráculos, como la Sibila de Cumas.
Los romanos de los siglos I a.C. y I d.C., como Tito Livio, Tácito, Salustio y Suetonio, también hablaban de la fundación de Roma y otros hechos de la región. Julio César, general romano, tiene obras en las que cuenta su desempeño en la conquista de la Galia y en la guerra civil; son una especie de partes de guerra adornados. Los romanos muestran una mayor preocupación por la exactitud que los helenísticos, con mayor elegancia en la expresión y en el análisis e interpretación de los hechos políticos y sociales. Existían distintas tendencias en cada historiógrafo, aunque eran creíbles hasta un punto, ya que omitían o deformaban los hechos según su opinión, no eran objetivos; por ejemplo, muchos los modificaban positivamente para mostrar la mayor gloria de Roma; algunos exageran el valor, la fuerza y hasta el tamaño de los enemigos vencidos. También había una gran tendencia de los historiadores romanos a la actividad política (“la historia fue para los romanos una continuación de la política con otras armas”).
Desde los orígenes de Roma hasta la desaparición de su dignidad imperial, la historiografía fue cambiando:
Historiografía Romana de la Época Republicana
Los Anales (explicado antes): género analístico
Anales Primitivos: desde la primera obra hasta los “Orígenes de Catón”; en griego y régimen cronológico; Fabius Pictor, Cincio Alimento, Aulo Postumio Albino y Acilio.
Anales Latinos: desde la “Historia de Roma” de Cuadrigario; en latín; mayor propensión a las digresiones políticas y moralizantes.
Anales de Transición: desde la “Historia de Roma” hasta “Ab urbe condita”; muy marcada la tendencia de modificar cifras y subvertir el desarrollo de hechos para lograr sus propósitos.
Monografías: dejan de hablar tanto de los orígenes de Roma y tratan más temas concretos y bien definidos. Estos textos sufren de la parcialidad y del sentido pragmático moralizante. Salustio y Julio César fueron importantes autores. Este último cuenta mucho su experiencia personal.
Historiografía Romana del Principado y el Imperio
Escritores de biografías y al servicio de la grandeza de Roma, aunque con sinceridad. Tienen un notable sentido crítico y selectivo que no quita la tendencia pragmática moralizante. Se destaca Tácito, muy similar a los historiadores actuales, del cual queda mucho testimonio oral. Los grandes romanos tenían importantes biografías.