Historia del Crecimiento Económico Global: Desigualdad y Medición del Bienestar

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La Evolución Económica Global: Del Pasado Pobre al Presente Divergente

Hace doscientos años, la mayoría de la población mundial vivía en la pobreza, con la excepción de algunos gobernantes y terratenientes. El economista Angus Madison estima que la renta media por habitante en Europa Occidental en 1820 equivalía aproximadamente al 90% de la renta media actual de África. Antes de los descubrimientos europeos de las rutas marítimas hacia América, Asia y África, regiones como China, Japón, India y Europa presentaban niveles de renta similares.

Antes de 1800, la población mundial había crecido lentamente. Sin embargo, a partir de 1820, el crecimiento económico, tanto en población como en renta per cápita, experimentó un despegue significativo. La población mundial se ha multiplicado por 6.8 en dos siglos, y la renta per cápita media ha crecido aún más rápidamente.

En 1820, la mayor diferencia entre ricos y pobres era de 4 a 1, específicamente entre el Reino Unido y África. Para 1998, esta diferencia se había ampliado a 20 a 1 entre Estados Unidos y África. Todas las regiones comenzaron este periodo en una situación de pobreza extrema. Actualmente, una sexta parte de la población mundial ha alcanzado una renta alta gracias a un crecimiento económico constante; dos tercios han ascendido a rentas medias, mientras que una sexta parte permanece en extrema pobreza.

El verdadero motor del crecimiento económico ha sido la capacidad de algunas regiones para lograr incrementos duraderos y sin precedentes en su producción total, alcanzando niveles superiores, mientras que otras se estancaban. La tecnología ha sido la fuerza motriz que ha impulsado el crecimiento de las rentas en el mundo desarrollado.

En el caso de China, su PIB en 2013 fue de 6957 millones de dólares, lo que la posicionó como la segunda economía en el ranking de los 183 países con PIB publicado. El crecimiento económico en China ha provocado que la tasa de pobreza extrema se haya reducido del 85% en 1981 al 16% en 2005. Sin embargo, las disparidades de ingresos han aumentado. El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad, aumentó del 0.31 al inicio de las reformas económicas a 0.41 en 2007, alcanzando su máximo histórico en 2008 con 0.49.

Dinámicas del Crecimiento y Desarrollo Socioeconómico

2.1 Crecimiento, Desarrollo Económico y Transformaciones Socioeconómicas

La urbanización es un fenómeno clave: a medida que la renta per cápita crece, la estructura productiva se desplaza hacia actividades industriales o de servicios. Esto provoca un desplazamiento de la población hacia las ciudades, donde se concentran las actividades económicas. Este proceso se explica por la naturaleza de las actividades sujetas a rendimientos crecientes y la posibilidad de aprovechar las economías de escala en el abastecimiento de factor trabajo y productos intermedios.

Los cambios en la distribución personal, funcional y espacial de la renta son también relevantes. Según la curva de Kuznets, la distribución del ingreso podría seguir una forma de 'U' invertida, volviéndose primero más desigual y luego menos desigual.

La transición demográfica se caracteriza por el descenso de las tasas brutas de natalidad y mortalidad. La mortalidad disminuye más rápidamente que la natalidad, lo que asegura un crecimiento sostenido de la población y un aumento de la esperanza de vida. La caída de la tasa de mortalidad se atribuye a cambios económicos que permiten una mejor alimentación y mejores infraestructuras sanitarias.

2.2 Cómo Medir el Crecimiento Económico y el Bienestar Humano

La renta per cápita o PIB per cápita es un indicador ampliamente utilizado para estimar la riqueza económica de un país. Mientras algunos economistas lo consideran un buen indicador del nivel de vida, otros lo ven imperfecto por varias razones:

  • Al tratarse de una media aritmética, no contempla la desigualdad social de la renta.
  • No incluye elementos como la esperanza de vida o el nivel sanitario, entre otros.
  • No contabiliza la producción obtenida mediante el trabajo sumergido.
  • Presenta dificultades en su cálculo para periodos preestadísticos.

Existen medidas alternativas para evaluar el bienestar y el desarrollo:

  • El Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES): Contabiliza el gasto de los consumidores, la utilidad aportada por el trabajo doméstico y el coste de las externalidades asociadas a la polución.
  • El Índice de Calidad de Vida Física (IFCV): Incluye la esperanza de vida a la edad de un año, la mortalidad infantil y la tasa de alfabetización adulta. Generalmente, si el PIB per cápita es bajo, el IFCV es modesto, mientras que si el PIB per cápita es alto, el IFCV es elevado.
  • El Índice de Desarrollo Humano (IDH): Incluye el PIB per cápita en dólares constantes y ajustados a la paridad del poder adquisitivo, la esperanza de vida al nacer y el nivel cultural. Sin embargo, también es un indicador imperfecto.

Tanto el IFCV como el IDH presentan defectos, como la ocultación de la desigualdad social. Además, el IFCV prescinde de la renta como componente directo, y el IDH tiene otras limitaciones en la captura de la complejidad del desarrollo.

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