Historia de Al-Ándalus: El Esplendor del Califato y la Fragmentación de los Reinos Islámicos
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El Califato de Córdoba (929-1031)
Abd al-Rahman III consiguió:
- Acabar con los problemas internos y pacificar Al-Ándalus.
- Controlar el avance de los núcleos cristianos del Norte Peninsular.
- Buscó restaurar la unidad del estado islámico y convirtió a los reinos cristianos en tributarios y vasallos.
- Promovió un renacimiento artístico, cultural e intelectual.
Le sucedió su hijo Hakam II. Durante su reinado, Al-Ándalus alcanzó el máximo esplendor económico y cultural. El esplendor económico se debió al control de las rutas comerciales, el cobro de impuestos y la imposición de tributos a los reinos cristianos.
Al-Ándalus quedó dividida en coras. En las fronteras con los reinos cristianos se crearon tres coras militares: la superior (Zaragoza), la mediana (Toledo) y la inferior (Mérida).
En el siglo XI, el Califato se debilitó y Almanzor se hizo con el poder del ejército, organizando campañas contra los cristianos. Almanzor murió en 1002. Tras una larga etapa de guerras civiles, el Califato de Córdoba desapareció en 1031.
Los Reinos de Taifas (1031-1096)
En 1031, el Califato se fragmentó en pequeños reinos independientes llamados Taifas. Estas Taifas fueron controladas por tres grupos étnicos principales:
- Las Taifas eslavas (o Saqaliba): Individuos de origen eslavo, cuyos antepasados habían sido esclavos de los musulmanes y se habían convertido al islam para lograr su libertad. Se ubicaron principalmente en la zona levantina (Valencia).
- Las Taifas andalusíes: Individuos de origen árabe, concentradas en el centro de Al-Ándalus (Córdoba).
- Las Taifas bereberes: Controladas por individuos de origen norteafricano, ubicadas en el sur de Al-Ándalus (Granada).
Su organización administrativa era similar a la del Califato, pero tuvieron una corta duración, ya que existían múltiples luchas internas por conquistar territorios. Buscaron aliarse con los reinos cristianos, quienes se fueron fortaleciendo al cobrarles parias (tributos).
Los Almorávides (1086-1145)
Los reinos cristianos del Norte continuaron su avance hacia el sur. Alfonso VI conquistó Toledo, lo que llevó a los reyes de Taifas a pedir ayuda a Yusuf ibn Tashfin, jefe de la tribu bereber de los almorávides. Estos derrotaron al ejército de Alfonso VI en la Batalla de Sagrajas (Badajoz) en 1086, y comenzaron a recuperar los territorios de las Taifas que habían sido conquistados por los cristianos.
El avance almorávide fue frenado temporalmente por Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid. Sin embargo, tras la muerte de este, Valencia fue incorporada al dominio almorávide en la Batalla de Uclés en 1108.
Su decadencia llegó debido a su austeridad y sus estrictas costumbres religiosas, que propiciaron revueltas en la sociedad andalusí. Esto provocó la disgregación de su imperio y la aparición de la segunda etapa de los Reinos de Taifas.
Los Almohades (1146-1238)
Los musulmanes del Norte de África, que pretendían restablecer los principios del islam y el cumplimiento estricto de sus normas, entraron en la península en 1146. Su llegada se produjo cuando los reyes de Taifas pidieron ayuda para combatir el avance de los reinos cristianos. Conquistaron los territorios del Imperio Almorávide.
Tuvieron dificultades para conquistar la zona levantina. A pesar de la resistencia, fueron finalmente derrotados por los reinos cristianos, liderados por Alfonso VIII de Castilla, en la decisiva Batalla de las Navas de Tolosa en 1212.
Tras esta derrota, el poder almohade comenzó a declinar rápidamente, y los reinos cristianos avanzaron en la conquista de Al-Ándalus. Fernando III de Castilla conquistó Córdoba en 1236, lo que supuso la aparición de las terceras Taifas. Finalmente, Al-Ándalus se redujo al Reino Nazarí de Granada.