La Hispania Romana y el Reino Visigodo
La Hispania Romana
La conquista romana
En torno al 218 a.C., Roma puso sus ojos en la Península Ibérica, marcando el paso de la protohistoria a la Historia. El proceso de dominio y conquista romana fue largo, pero finalmente logró la unidad peninsular bajo el Imperio.
Las fases de la conquista:
2ª Guerra Púnica (218-197 a.C):
Estas guerras enfrentaban a Cartago con Roma por el control del Mediterráneo. Escipión llegó a la Península para cortar la vía de suministros cartaginense. En el 202 a.C., Roma derrota a Cartago y conquista la costa Mediterránea y los valles del Ebro y del Guadalquivir.
Conquista del interior peninsular (197-31 a.C):
Destacó la resistencia de los pueblos celtíberos como los lusitanos, a cuya cabeza se encontraba Viriato, vencido en 139 a.C., y Numancia, que resistió un bloqueo de 10 años hasta 133 a.C. Tras esto, la resistencia fue mucho menor. Conquistaron toda la Península menos la cornisa cantábrica. Hispania fue escenario de guerras civiles durante el siglo I a.C.
Conquista de la cornisa cantábrica:
Augusto inicia las Guerras Cántabras en el 29 a.C. Diez años después acabó la conquista. La Península se romanizó rápidamente, y sus habitantes acabaron teniendo importancia en el Imperio (del que eran parte).
Economía y Sociedad en la Hispania Romana
En cuanto a la economía, se vivió un importante desarrollo durante este dominio, con mejoras en técnicas agrícolas y mineras. También se incrementó el comercio con el imperio. En el sector primario, destaca la agricultura (triada mediterránea: trigo, vid y olivo), la ganadería era ovina principalmente, y destaca la villa como forma de explotación agropecuaria. Destacaban los salazones de pescado y la salsa garum. En cuanto a la minería, se consideró un territorio rico en yacimientos: oro (Galicia y León), mercurio (Almadén), estaño (Galicia), plata y plomo (Cartagena). Era común la utilización de mano de obra esclava (mayor en zonas más romanizadas). Estos esclavos eran prisioneros de guerra y eran útiles en el campo, las villas, etc. La economía monetaria romana estaba basada en intercambios comerciales, se produjo gracias a las calzadas y al dominio total del Mediterráneo, siendo las ciudades centros comerciales y con una unidad monetaria unificada en todo el imperio: el denario romano.
En la sociedad, la principal distribución se establecía entre hombres libres y esclavos. En pocas generaciones, los hispanos se convirtieron en ciudadanos romanos de pleno derecho. Había tres grupos sociales fundamentales: ciudadanos romanos (hombres ricos y con cargos importantes en Roma), caballeros (élites de los pueblos sometidos, ostentaban cargos políticos locales y provinciales), y la plebe (ciudadanos romanos, pequeños artesanos). Un grupo aparte eran los ya mencionados esclavos, sin ningún derecho y propiedad de su señor.
Organización Territorial y Romanización
El territorio hispánico estaba bien cohesionado y se dividía en una serie de provincias, en las que había un gobernador y un consejo. Las había senatoriales e imperiales:
- s. III a.C. → Citerior (norte) y Ulterior (sur).
- Dominación de Augusto (27 a.C.) → Bética, Lusitania y Tarraconense.
- Diócesis de Hispania (Diocleciano), siglos III y IV d.C. → Bética, Lusitania, Tarraconense, Baleárica, Gallaecia y Cartaginense.
Los romanos crearon una excelente red urbana y de carreteras, fundaron ciudades como Hispalis, Tarraco, etc., y conquistaron Cartago, Segovia…, ciudades que eran centros económico-políticos y ofertaban una serie de servicios impensables hasta entonces. Estaban conectadas por calzadas, que pasaron de un uso militar a un uso comercial. Estas eran: Vía Augusta (vía Mediterránea), Vía de la Plata (de Hispalis a Austrica Augusta), y la Vía Transversal (de Caesaraugusta a Emerita Augusta).
Los 8 siglos de dominación romana provocaron la romanización (proceso por el cual se asimiló la cultura, las costumbres, las leyes y la religión romana en la península). Este proceso se vio favorecido por: la integración hispana en el sistema económico romano, por el ejército y por la extensión del derecho romano como ley rectora. Manifestaciones de la romanización fueron:
- El latín, que se impuso a todas las lenguas, tomando prestigio en la ciencia, derecho y política.
- El derecho romano se extendió por Hispania, regulando relaciones con ciudadanos e instituciones, ayudó a la cohesión y “desbarbarización” e influyó a todos los códigos europeos posteriores.
- La religión: se impusieron las religiones del imperio, pero se permitieron las autóctonas (culto al emperador, a partir del s. IV → cristianismo como religión oficial e inicio del poder eclesiástico).
El Reino Visigodo
A partir del s. III d.C., el Imperio Romano entró en crisis. Hubo una serie de problemas políticos, militares, sociales y económicos, todo ello con el problema de los pueblos bárbaros, con los que pactaron. Sin embargo, en el siglo IV, el Imperio se dividió por su bien en Imperio de Oriente e Imperio de Occidente (que caería pronto). Los bárbaros entraron en la Península en el 409, de la mano de vándalos, suevos y alanos. Los visigodos (norte del Danubio), se aliaron con los romanos en el 416, para derrotar a estos pueblos bárbaros. Expulsaron a vándalos y alanos, y redujeron a los suevos a Gallaecia. Los visigodos estaban asentados en su reino de Tolosa, al sur de la Galia. En el siglo VI, el franco Clodoveo derrotó a los visigodos en la batalla de Vouille (507) y estos crearon el reino visigodo de Toledo. Eran una minoría, sin embargo, bajo un clima de tensiones continuas, se hicieron con el control político y militar. La monarquía visigoda era electiva, lo que provocaba gran inestabilidad política. Los reyes compartían su poder con: el Aula Regia (consejo real) y los Concilios (asamblea de obispos con influencia política).
El primer rey que destacó fue Leovigildo, que conquistó el reino suevo, redujo a los bizantinos hasta expulsarlos y sometió a cántabros y vascones. Fundamentó el estado en el derecho romano, aunque la unidad religiosa llegó con Recaredo, el cual se convirtió al catolicismo (obteniendo mayor apoyo de la Iglesia). Recesvinto acabó unificando la sociedad y estableció el Liber Iudicirum como código judicial.
Desde el s. VII aumentó la inestabilidad política por luchas de poder. Los enfrentamientos entre el rey Don Rodrigo y Witzla facilitaron la llegada musulmana en 711, acabando con los visigodos. La sociedad visigoda era rural, pues la tierra era un factor determinante de riqueza. El Estado hizo que sus funciones se suplieran con relaciones personales. Se fueron gestando los rasgos del modelo social feudal.