Heródoto y Tucídides: Fundamentos de la Historiografía Griega Antigua

Pilares de la Historiografía Griega: Heródoto y Tucídides

Heródoto: El Narrador del Imperio Persa y las Guerras Médicas

La mayoría de los autores reconoce en la obra de Heródoto una estructura general en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, habitualmente conocida como “historia de Persia”, y que ocupa los libros I-IV, se narra el crecimiento del Imperio Persa, incluyendo lógoi sobre los diversos pueblos conquistados (lidios, persas, babilonios, masagetas, egipcios, escitas). La segunda parte es la narración del enfrentamiento propiamente dicho entre Grecia y Persia, aunque caben también otras divisiones de la obra.

Se ha discutido mucho sobre la idea o ideas centrales que dan unidad al asunto, pero es evidente que la forma definitiva habría sido muy distinta si desde el principio se hubiera propuesto narrar sólo las Guerras Médicas. Aun así, el planteamiento de Heródoto representa un considerable avance respecto de sus predecesores, pues abandona la forma de lógos geográfico-etnográfico para incluir esos apartados en un conjunto general ordenado cronológicamente, en lo que será imitado por los historiadores posteriores.

Tucídides: El Cronista de la Guerra del Peloponeso

Tucídides (c. 460 – c. 400 a. C.), al que se ha llamado “genio de la objetividad”, nació en Atenas en una rica familia con importantes intereses en Tracia. En 424 a. C., Tucídides fue nombrado estratego, y le correspondió ocuparse en la Calcídica de ciertas acciones militares que resultaron fallidas. Como consecuencia de ello, Tucídides fue desterrado de Atenas por veinte años, y debió de emplear buena parte de ese tiempo en recoger los materiales que le permitieron redactar su única obra, la Historia de las Guerras del Peloponeso, que es quizá la obra de historia mejor construida que jamás se haya escrito.

Se divide en ocho libros (aunque la división no remonta a su autor) y quedó inconclusa. Durante veintiocho años, con un breve paréntesis, todos los recursos de Grecia se aplicaron a aquel conflicto, en el que se enfrentaban los sistemas ateniense y espartano, que representaban ideales contrapuestos de democracia y aristocracia. Aquella guerra agotó a Atenas y puso fin a uno de los períodos de actividad científica, artística e intelectual más brillante de la historia de la humanidad. Tucídides fue consciente de que esa guerra era de una magnitud sin precedente, y por eso acometió la tarea de describir los hechos.

Su obra se dirige a un lector reflexivo, en la idea de que hechos como los de esta guerra pueden volver a suceder como consecuencia de la regularidad del comportamiento humano. Por eso, su objetivo no es obtener el éxito inmediato, sino que considera que su obra será una conquista que traspasará las edades (ktêma es aeí).