Heráclito: La Filosofía del Cambio, el Lógos y la Armonía Universal

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Heráclito de Éfeso: Vida y Pensamiento

Heráclito de Éfeso (aproximadamente 500 a.C.) fue un influyente filósofo presocrático, emparentado con la aristocracia dominante en su ciudad. Existen diversas noticias y contradicciones sobre su personalidad: su melancolía, la oscuridad de su estilo, su apartamiento del mundo y su vegetarianismo, entre otros aspectos que han contribuido a su enigmática figura.

La Armonía de los Contrarios en Heráclito

La armonía, para Heráclito, es un equilibrio dinámico que surge de las tensiones entre los contrarios. La palabra griega harmonia significa originalmente "unión" o "ajuste". Según su visión, el mundo está intrínsecamente lleno de oposiciones que, lejos de anularse, se armonizan y conjugan. El equilibrio que constituye lo real es el efecto de tendencias opuestas que se neutralizan entre sí, que vencen para ser a continuación vencidas. El mundo no es solo lo real y los sucesos ya determinados, sino que también es el juego constante de los opuestos, manifestado en aparentes contradicciones que, en realidad, están armonizadas. Es decir, se trata de una lucha inherente que tiende a la paz, del mismo modo que las discrepancias pueden originar la justicia.

El Lógos: Razón Universal y Orden Cósmico

El concepto de lógos posee un significado de múltiples matices en la filosofía heraclítea. La armonía de los contrarios nos sugiere la existencia de una ley o un orden único que todo lo gobierna: el lógos, una especie de razón universal que todo lo unifica. Para Heráclito, esta razón universal reside también en los hombres, aunque estos a menudo la desoyen.

Heráclito se refiere a los hombres de su tiempo e intenta hacerles ver los posibles errores de los que se alimentan, de una manera crítica y a la vez con una conciencia educativa y reformadora. Es como si el lógos fuera una meta de la inteligencia y del progreso, y una realidad inherente a las cosas. Sus comparaciones e imágenes interpretan las experiencias de una sensibilidad que expresaba una idea sobre el lenguaje como una de las primeras formas de entender la realidad, abriendo el camino al pensamiento.

El Fuego como Arché: Principio y Transformación

Para Heráclito, el fuego es el elemento primordial (arché) que simboliza el principio y el fondo inestable de la realidad. La idea de un fuego que jamás se extingue, que establece límites y organiza el mundo, nos remite a la antigua concepción griega del eterno retorno. La concepción del fuego como creador de vida también expresaba el asombro ante esa forma de ser ardiente y arrolladora donde se revelaba el aliento del misterio. El fuego también es luz y expresa la inteligencia, como lo resume la frase: «el fuego es inteligente y causa de la organización de todas las cosas».

El Fluir Constante: Panta Rhei

Para expresar el fluir continuo de las cosas, Heráclito utilizó la célebre frase: «nunca nos bañamos dos veces en el mismo río». Es decir, siempre que vayamos a ese río, el agua que fluye es distinta. Esta comparación se condensó en la célebre fórmula «todo fluye» (Panta Rhei), que de manera abstracta, pero contundente, manifiesta la esencia de la metáfora del río.

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