Hegemonía Cultural: Dominación, Consenso y Resistencia en la Sociedad
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Evolución del Concepto de Hegemonía
En los años 60 y 70, los medios eran vistos como manipuladores de las conciencias, herramientas de la invasión cultural al servicio de los intereses capitalistas e imperialistas. A partir de los 80, la perspectiva cambió hacia el desafío de comprender la dominación como un proceso de comunicación. Las relaciones de poder no podían considerarse aisladamente; existen prácticas y procesos culturales populares que fortalecen el poder de los dominadores.
Para los griegos, "hegemonía" significaba conducción o dirección de otros, o poderío para gobernar un grupo o una sociedad. El concepto de hegemonía tiene dos significados principales:
- Dominio: Se destaca el carácter colectivo del concepto, la fuerza ejercida por los poderosos sobre los subordinados, la sumisión política en lugar del consenso cultural.
- Dirección intelectual, moral y cultural: Una clase dominante logra legitimidad, alcanzando consenso como clase dirigente.
Hegemonía según Antonio Gramsci
Para Antonio Gramsci, las prácticas hegemónicas tienen por objeto la formación del conformismo cultural de las masas. Esto permite a los grupos dominantes convertirse en dirigentes de la sociedad. Para ello, juegan con la hegemonía y el consenso a través de la educación, el derecho, los partidos políticos, la opinión pública, los medios de comunicación, etc.
El problema de la hegemonía se encuentra entre la cultura y lo político. La dominación es un proceso en el que una clase se hace hegemónica en la medida en que logra representar intereses diferentes de las clases populares, y en el que los sectores populares se reconocen dentro del proceso hegemónico, lo asumen, son conformistas.
Para que exista hegemonía debe existir una práctica de articulación. Esto significa que dos elementos se ponen en relación y cada uno contribuye a la formación de una situación cultural diferente. El proceso de articulación es simbólico y puede adquirir distintos significados, según los intereses políticos que le otorguen sentido.
Hegemonía según Raymond Williams
Para Raymond Williams, la hegemonía es un complejo entrelazamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales diferentes, con el fin de constituir y sostener la conducción de una sociedad. Debe existir cierta internalización práctica de los valores, la ideología y las prácticas de los seres dominantes.
Hegemonía como Proceso de Formación Discursiva
Hegemonía según Ernesto Laclau
Según Ernesto Laclau, la sociedad es una configuración discursiva; todo lo que ocurre posee un significado. El lenguaje configura la experiencia, luego la expresa e interpreta. El mundo social, como discurso, está lleno de significantes y significados. La hegemonía trabaja en dos sentidos:
- Producción de un imaginario de orden, coincidente con los intereses de los sectores dominantes. La presentación de ese orden como algo natural.
- Elaboración de equivalencias discursivas, donde determinados significantes tienen un significado fijo.
El discurso social construye equivalencias entre significantes y sus significados, que van configurando estatutos (se naturalizan determinados significados que son sociales e históricos). Los significados que se desvían de los significados naturalizados en el estatuto quedan como del otro lado de una frontera imaginaria y suelen ser objeto de pánico moral. Este es un problema central relacionado con las vinculaciones entre comunicación y hegemonía, ya que en las culturas se hacen dominantes determinados significados y otros son censurados moralmente, y los sujetos que los representan suelen ser discriminados.
Funcionamiento Discursivo y Estratégico de la Hegemonía
La hegemonía, desde el punto de vista discursivo, opera de la siguiente manera: en una formación social, se construye una formación hegemónica, que es una producción simbólica o imaginaria. La formación social posee elementos variables y casuales, pero la hegemónica establece fronteras, límites fijos que pretenden estabilidad, con el objetivo de que toda la sociedad acepte esas fronteras. Para esto, interpela a los sujetos a través de la educación, la formación de opinión pública, los medios de comunicación, etc.
La formación hegemónica, desde el punto de vista estratégico, organiza el campo social a través de pares binarios (dominador-dominado), que tienen una función ideológica. Los dominados suelen asumir actitudes conformistas, colaborando con el pánico moral y la discriminación. La dominación, en términos de hegemonía, no actúa por la fuerza, sino a través del consenso, de la legitimidad y del conformismo. Los sectores populares ofrecen consenso a aquellas representaciones sociales: las sienten como si fueran propias y las legitiman. Los sectores sociales pueden estar conformes con las ideas y representaciones sobre ellos, aunque provengan de los dominadores con el fin de sostener su dominación.
Resistencia y Lucha contra la Hegemonía
Comprender la hegemonía implica percibir los modos en que los sectores populares se resisten a los significados dominantes y los refutan. Pero esa resistencia no es solo una oposición a los significados dominantes, es una práctica que consiste en saltar las fronteras imaginarias y luchar por los espacios sociales donde los sujetos puedan lograr mayor autonomía. La hegemonía es la dimensión de la comunicación en la cual se juega el conformismo o la resistencia, la posibilidad de luchar por una sociedad y condiciones de vida más justas, que superen los mandatos dominantes.