Las Guerras Carlistas: Conflicto Sucesorio y Foral en la España Isabelina
La Sucesión de Isabel II y el Inicio de las Guerras Carlistas
El 29 de septiembre de 1833 fallece Fernando VII, dando inicio al reinado de Isabel II. Al ser menor de edad, su madre, María Cristina de Borbón, asume la regencia. Este evento desencadena la Primera Guerra Carlista, un conflicto sucesorio con profundas raíces en la disputa por el trono.
El Problema Sucesorio
La tensión se intensifica en 1829 cuando Fernando VII rescata la Pragmática Sanción, garantizando el trono para su descendencia. Su hermano, Carlos María Isidro, rechaza esta ley que abolía la Ley Sálica, argumentando que vulneraba sus derechos dinásticos. En 1830 nace Isabel, jurada heredera por las Cortes. Sin embargo, en 1832, una enfermedad del rey provoca los Sucesos de la Granja, donde Fernando VII firma la anulación de la Pragmática Sanción. Milagrosamente recuperado, el rey reimplantó la abolición de la Ley Sálica, consolidando la posición de Isabel.
La Guerra Civil (1833-1839): Carlismo vs. Isabelismo
La Primera Guerra Carlista fue una guerra civil y dinástica que definió la sucesión al trono español, pero también un conflicto con un marcado contenido ideológico y social. Los carlistas defendían el absolutismo y el Antiguo Régimen, mientras que los isabelinos o cristinos representaban al liberalismo.
Los Carlistas
- Ideología: Absolutistas, defensores del Antiguo Régimen, la unión trono-altar y la Ley Sálica. Su lema era "Dios, Patria, Fuero, Ley".
- Apoyos Sociales: Contaron con el respaldo de altos cargos de la administración y el ejército, parte de la aristocracia, el bajo clero regular, campesinos del norte (reticentes al cambio y movilizados por el clero), artesanos y apoyos internacionales de Austria, Prusia y Rusia.
- Apoyos Geográficos: Principalmente en el País Vasco, Navarra, Cataluña y los maestrazgos de Aragón y Valencia, reflejando un conflicto con una fuerte dimensión campo-ciudad.
Los Isabelinos o Cristinos
- Ideología: Absolutistas moderados apoyados por los liberales, quienes promovían la implantación del régimen liberal, la defensa de la Constitución y los derechos individuales.
- Apoyos Sociales: Respaldados por la mayoría de los generales, altos cargos del Estado, la jerarquía eclesiástica (obispos), la burguesía, campesinos del sur y obreros industriales. Recibieron apoyo internacional de Portugal, Francia e Inglaterra, formalizado en la Cuádruple Alianza (1834) para pacificar España y Portugal y expulsar a los absolutistas, aunque esta alianza tuvo limitaciones prácticas.
- Apoyos Geográficos: Se situaron en las zonas no controladas por los carlistas.
Fases de la Primera Guerra Carlista
La guerra, que se extendió de 1833 a 1839, se puede dividir en tres fases:
- 1833-1835: Dominada por victorias carlistas, destacando el papel de Zumalacárregui, quien murió en Bilbao en 1835.
- 1835-1837: Periodo crítico para los isabelinos, con expediciones carlistas en busca de apoyos. El ejército carlista intentó tomar Madrid en 1837 sin éxito. Las derrotas carlistas llevaron a Don Carlos a huir a Francia.
- 1837-1839: La iniciativa pasó a los isabelinos, con Espartero consolidado como general. La guerra concluyó con el Convenio de Vergara (1839) entre Espartero y el general carlista Maroto. Este acuerdo reconoció los grados militares del ejército carlista y buscó respetar los fueros vascos y navarros, manteniendo ciertos privilegios.
Tras el convenio, Don Carlos abandonó España, marcando el fin del absolutismo en el país. Sin embargo, la prolongada guerra dejó un legado de devastación económica y humana que afectó el desarrollo posterior de España.