La Guerra Fría: Neutralidad, Características y Distensión

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El Movimiento de Países No Alineados

Frente a la enorme presión de las superpotencias para ampliar sus respectivas zonas de control, algunos países del Tercer Mundo mostraron su deseo de adoptar una posición de neutralidad ante los dos bloques. Surgió así el Movimiento de Países No Alineados. Este movimiento se desarrolló paralelamente al proceso de descolonización de Asia y África, desde finales de la década de 1940 hasta mediados de la de 1970.

El momento más importante fue la celebración de la Conferencia de Bandung, en 1955 en Indonesia, en la que se reunieron 23 países encabezados por China, India y Egipto. El acuerdo más importante de Bandung fue el rechazo a la colonización y el apoyo a todos los movimientos nacionales de liberación, aunque también decidieron establecer una línea propia dentro de las Naciones Unidas que los desvinculase de los dos bloques.

El Movimiento de los No Alineados celebró varias reuniones más. La más importante fue la Conferencia de Belgrado de 1961, en la que se reafirmó la intención de mantener una línea política alejada de los dos bloques. Otras conferencias se celebraron en El Cairo, Lusaka, Argel, La Habana y nuevamente en Belgrado.

A pesar de que el movimiento alcanzó un importante eco internacional, su eficacia fue muy limitada y no obtuvo ningún logro significativo. De hecho, sus miembros se vieron continuamente implicados en la política de los bloques y, a menudo, mantuvieron conflictos diplomáticos entre ellos mismos.

Características de la Guerra Fría

El concepto Guerra Fría define el sistema de relaciones internacionales existente entre 1945 y 1991. Durante ese periodo, el mundo se dividió en dos bloques antagónicos: uno encabezado por Estados Unidos y el otro por la Unión Soviética. Esta situación generó un sistema bipolar que estuvo en vigor durante más de cuarenta años.

Cada bloque representaba una diferente concepción política, económica e ideológica:

  • El bloque occidental defendía un sistema político democrático, una economía capitalista y una ideología liberal.
  • El bloque comunista defendía un sistema político totalitario, una economía planificada y una ideología marxista.

No obstante, ambos bloques no dudaron en apoyar regímenes contrarios a sus principios ideológicos si con eso conseguían debilitar al contrario. Las dos superpotencias intentaron mantener su seguridad y ampliar o proteger sus zonas de influencia utilizando todos los medios disponibles, con excepción del conflicto bélico directo, ya que este implicaba el uso de armas nucleares y, por lo tanto, la destrucción mutua.

Entre estas formas de enfrentamiento destacaron:

  • Una continua carrera de armamentos, especialmente en lo referente al arsenal nuclear, de forma que cada superpotencia dispuso de suficientes medios para destruir varias veces la vida sobre la Tierra.
  • La propaganda ideológica.
  • La subversión y el espionaje del bloque contrario a través de los servicios secretos (CIA estadounidense y KGB soviético).
  • Las presiones políticas y económicas, tanto sobre los Estados aliados como contra los del bloque enemigo.
  • La guerra localizada en territorios periféricos por los que los dos bloques intentaban expandir su dominio.

La ONU quedó con las manos atadas por los intereses de las dos grandes potencias. Las políticas de colaboración y los acuerdos fueron muy difíciles en este contexto, pues primaba la desconfianza mutua. No obstante, la ONU sirvió, al menos, como foro de debate entre los bloques y permitió que existiera una comunicación entre ellos.

Cambio de Dirigentes y Comienzo de la Distensión

A partir de 1953, se inició una sustitución de los dirigentes de las dos grandes potencias. Eisenhower asumió la presidencia de Estados Unidos y ese mismo año murió Stalin, al que sucedió, tres años después, Nikita Kruschev. Los dos dirigentes parecían más dispuestos a la negociación que sus predecesores, lo que inició el deshielo de las relaciones entre ambas potencias.

Este cambio no solo tenía que ver con el nuevo talante de los políticos, sino que estaba motivado por nuevos factores que habían aparecido en el escenario internacional:

  • En 1949, la URSS construyó la primera bomba atómica, lo que supuso el fin del monopolio nuclear de Estados Unidos. El riesgo de conflicto nuclear que se produjo durante la guerra de Corea llevó a ambas superpotencias a relajar la enorme tensión internacional, temerosas de que un nuevo conflicto pudiera llevar a una guerra nuclear.
  • Algunos países, especialmente del Tercer Mundo, expresaron su voluntad de no entrar en la política de bloques y mantenerse en una posición neutral respecto de las dos superpotencias.
  • Dentro de los propios bloques se produjeron conflictos y movimientos internos que pusieron en riesgo su cohesión.

A esta nueva etapa en las relaciones entre los dos bloques la denominamos coexistencia pacífica. No obstante, esta época no estuvo, en absoluto, libre de conflictos. Las conversaciones entre las superpotencias alternaron con periodos de enorme tensión internacional que, en los casos más graves, pusieron al mundo al borde del enfrentamiento nuclear. A su vez, las crisis eran seguidas de conversaciones y de reuniones de los respectivos dirigentes con el objetivo de promover el acercamiento político y establecer acuerdos en diversos campos.

La Primera Prueba: La Crisis del Canal de Suez

El primer conflicto en que se pusieron a prueba los mecanismos de diálogo de la nueva etapa fue la crisis del Canal de Suez de 1956, en la que ambas potencias actuaron conjuntamente. El presidente de Egipto, Nasser, había decretado la nacionalización del Canal de Suez, que hasta entonces controlaba una compañía anglo-francesa.

Un ataque combinado de Francia, Reino Unido e Israel sobre Egipto pretendía anular por la fuerza la nacionalización del canal, bajo el pretexto de que ponía en peligro su suministro de petróleo. No obstante, la oposición de Estados Unidos y de la URSS a una agresión de claros tintes colonialistas impuso la retirada de los atacantes. Con esta actuación, las dos superpotencias conseguían acabar con la influencia europea sobre esta región estratégica e incorporarla a su zona de control.

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