La Guerra Civil Española: Orígenes, Desarrollo y Consecuencias del Conflicto

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17. La Guerra Civil: sublevación, bandos en conflicto y su dimensión internacional.

Entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939 tuvo lugar una cruenta guerra civil entre españoles enfrentados en dos bandos que se calificaban a sí mismos y a los contrarios como azules, nacionales o fascistas contra rojos, antiespañoles o comunistas. El Gobierno de la República consiguió resistir durante casi tres años, pero finalmente el triunfo fue para los militares sublevados.
La victoria de la Fronte Popular en las elecciones de febrero del 36, sustentada en un programa electoral basado en el reformismo y en la puesta en libertad de los represaliados por las revoltas de 1934, suponía de nuevo la puesta en práctica de las reformas del Bienio reformista (31-33), las cuales se oponían de manera clara a la oligarquía y a los sectores más conservadores de la sociedad española, entre los que destacaban el ejército y el clero. Alcalá Zamora dejó su puesto de Presidente de la República reprobado por las Cortes en favor de Manuel Azaña, y la presidencia del gobierno fue asumida por Casares Quiroga.

El Levantamiento Militar

Con la intención de paralizar el proceso reformista, desde inicios de 1936 un grupo de militares comandados por el general Mola, Sanjurjo (exiliado en Portugal) y Franco comenzaron a planear un golpe de Estado buscando el apoyo de las fuerzas antirreformistas de derecha que acabarían conformando el bando sublevado. El general Mola actuó como organizador. El general Sanjurjo, exiliado en Lisboa, tomaría el mando superior.
Este bando, aglutinado por el interés común de paralizar el proceso reformista, era muy heterogéneo ideológicamente: Mola abogaba por la instauración de una dictadura militar republicana; la CEDA de Gil Robles por la Restauración borbónica; los requetés carlistas por una monarquía tradicionalista, y la Falange de José Antonio Primo de Rivera por una dictadura de corte fascista.
Los llamamientos de algunos diputados de derecha a los militares para dar un golpe de Estado (Calvo Sotelo) y los rumores de que iba a suceder provocaron la reacción del gobierno de Azaña, desterrando a Mola a Pamplona y a Franco a Canarias para alejarlos del grueso de las tropas africanas. Así como provocaron también una creciente crispación social (atentados profascistas, huelgas obreras...) que llevaron a una fuerte agitación social. El asesinato del teniente Castillo de los Guardias de Asalto por las fuerzas de derecha y la posterior venganza de estos con el asesinato de Calvo Sotelo adelantarán los planes de la sublevación de los militares. El ejército africanista apoyará al bando sublevado, mientras que la facción peninsular permanecerá fiel a la legalidad republicana.
El 17 de julio, Franco subleva sus tropas en África, en los cuarteles de Melilla. El 18 de julio llega de Canarias el general Franco y toma el mando del ejército de África, mientras la sublevación se extenderá por la Península.


El mismo día se sublevaron otros jefes militares: Mola en Pamplona, Queipo de Llano en Sevilla, Goded en Mallorca y Cabanellas en Zaragoza. Necesitaban trasladar las tropas de África a la Península. Conseguido en los primeros días de agosto, con un puente aéreo entre Tetuán y Sevilla, gracias al envío de aviones alemanes e italianos, los dos estados fascistas más importantes de Europa. Esto permitió a los sublevados seguir con las operaciones militares.
Este golpe, apoyado por la Iglesia (Isidro Gomá), que lo denominará como una Cruzada dándole la categoría de Guerra Santa, fracasará en su intento de tomar el poder provocando la ruptura de España en dos bandos y dando inicio a la cruenta Guerra Civil (1936-1939), sin duda el acontecimiento principal y más traumático de la historia contemporánea española. Los dos bloques, el bando de los sublevados (de derechas o azules) y el bando republicano (de izquierdas o rojos) coinciden con la división entre reformistas y antirreformistas y con el mapa electoral de febrero de 1936.
Los sublevados ocupaban una parte del territorio, pero el pronunciamento militar no triunfó, pero tampoco pudo ser sofocado por el gobierno. Los sublevados tardaron tres años en controlar el país que se dividió en dos bandos que se enfrentaron en una guerra civil.
El gobierno de la República tardó en reaccionar y durante los días 17 y 18 no tomó ninguna medida para sofocar el golpe. El presidente de la República, Casares Quiroga, dimite y Azaña nombra nuevo presidente a José Giral.

Una de las primeras medidas de José Giral fue autorizar la entrega de armas a los sindicatos y a los partidos de la Fronte Popular. Fueron ellos, junto con una parte del ejército y la Guardia de Asalto, quienes les hicieron frente a los golpistas.

Los sublevados:
Además de en Marruecos, el pronunciamento triunfó en las regiones que en general tenían gran presencia de campesinos propietarios: Castilla y León, Navarra, la parte occidental de Aragón, Galicia, Baleares, Canarias y en algunas ciudades andaluzas. Disponían de la mayor parte de la producción agrícola y ganadera, lo que provocó grandes problemas de abastecimiento en la zona republicana. En Galicia, la sublevación militar se inició el día 20. Tras breves enfrentamientos con las fuerzas leales en Coruña, Vigo y Ferrol, los sublevados se hicieron con el control del territorio.

La República consiguió mantener su dominio sobre:
➢ Los principales centros industriales (franja Cantábrica, Cataluña, Madrid), las zonas de agricultura de exportación (Valencia y la región de Murcia), o con mayoría jornalera (Castilla-La Mancha, Extremadura y parte de Andalucía) permanecieron fieles a la República).
➢ La mayoría de la flota y de la aviación.
➢ Las reservas de oro del Banco de España.
El bando republicano estaba formado por la coalición de la Fronte Popular, que incluía a los republicanos liberales (Izquierda republicana y Unión republicana), al PSOE y UGT, CNT-FAI (anarquistas), el PC (estalinistas) y el POUM (trotskistas).
La división del territorio en dos espacios tan claros, con una economía agraria diversificada para el bando sublevado (cereales de Castilla y ganado gallego) y los espacios industriales en el lado republicano otorgó una ventaja a los primeros que solo se puede explicar atendiendo a los apoyos internacionales.


La Dimensión Internacional del Conflicto

La Guerra Civil, desde su inicio, fue internacionalizada, siendo la antesala de la Segunda Guerra Mundial. Reino Unido y el gobierno de la Fronte Popular de Léon Blum en Francia firman junto con las demás potencias el pacto de no intervención en los asuntos españoles. A pesar de esto, tanto la Alemania nazi como la Italia fascista se saltaron el pacto y prestaron un apoyo determinante en la victoria de los sublevados desde el inicio, sin consecuencias internacionales debido al miedo a provocar a Hitler. La armada y la aviación extranjeras permitieron el paso de 40.000 soldados africanos a la Península, claves en la victoria, tanto como apoyo militar entre los que destacan: la Legión Cóndor alemana (que ensayó la Blitzkrieg en España y fue clave en el bombardeo de Guernica) y los camisas negras italianos; Portugal envió un ejército de voluntarios llamado los viriatos. Aparte de esto, concedieron créditos y material de guerra que hicieron innecesario el control del bando sublevado de las zonas industriales.
El bando republicano no contó con más ayuda internacional que los voluntarios de las Brigadas Internacionales, grupo de milicianos voluntarios que consideraban la Guerra española como la primera batalla contra el fascismo. Algunos brigadistas famosos fueron Orwell, Hemingway, Tito y Willy Brandt, entre otros. La URSS ayudaría principalmente al Partido Comunista con apoyo armamentístico para tratar de establecerlo como partido dominante en un posible proceso revolucionario y convertir España en un satélite soviético. La compra de armamento a Rusia fue sufragada con los depósitos de oro del Banco de España.
De este modo, al no poder acceder al mercado internacional, poseer las zonas industriales y no las agrarias fue clave en la derrota republicana.
El verano de 1936 es el período más violento y caótico de la guerra, conocido como el terror caliente. Ambos bandos pusieron especial empeño en eliminar a todo disidente o sospechoso de poco entusiasmo con su causa, practicando el terror de los “paseos”. Esta política será rápidamente abandonada por el bando republicano, pero se convertirá en la forma de actuar de los sublevados alentada por el propio gobierno militar. No obstante, los sublevados no toman Madrid debido a la resistencia republicana apoyada por las brigadas internacionales y la CNT-FAI de Barcelona dirigidos por Durruti.
Franco lleva a cabo la liberación del Alcázar de Toledo, lo que le da mayor fama dentro de su bando. Además, era la figura que negociaba con las potencias del eje. Este hecho, junto con la muerte de Sanjurjo cuando vuelve de Portugal para liderar la sublevación, hará que la Junta militar le conceda el título de Generalísimo y Jefe del Estado. Mola morirá en 1937 en un accidente aéreo y José Antonio Primo de Rivera ya había sido fusilado al inicio de la guerra. Estos hechos despejarán el camino de Franco para su dictadura.
En abril de 1937, Franco promulga el Decreto de Unificación a través del cual todos los partidos políticos existentes en el bando sublevado se fusionan en un nuevo partido único: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS). En este mes, además, tiene lugar el bombardeo de la ciudad de Guernica, realizado por cazas alemanes e italianos.
Dentro del bando republicano hubo una gran cantidad de problemas internos (en menos de tres meses tienen cuatro presidentes de gobierno).


El primero de estos fue Casares Quiroga quien dimite por el armamento de los civiles, dejando el cargo a Martínez Barrio, el cual intenta negociar con el bando contrario sin éxito. El tercero fue José Giral en cuya etapa destaca principalmente la creación de las Milicias Armadas y de Comités y juntas revolucionarias. Finalmente, Largo Caballero resultó ser el único dirigente capaz de controlar la situación. Estableció el decreto de militarización de las milicias que permitió la creación de un ejército regular. Sin embargo, estas reformas no fueron suficientes y se produce la Crisis de Mayo de 1937. Fue un enfrentamiento entre el PCE y CNT-FAI debido a diferencias ideológicas. Por un lado, el PCE (con el apoyo de los socialistas y republicanos liberales) consideró que primero había que ganar la guerra y después hacer la revolución. Pero CNT-FAI y el POUM consideraban necesario llevar a cabo la revolución ya durante la guerra si querían ganarla. Tras la Crisis de Mayo, Largo Caballero tiene que dimitir. El nuevo jefe de gobierno es el socialista Juan Negrín que presenta en un documento la opción de resistencia total a la espera del previsible inicio de la Segunda Guerra Mundial entre los estados profascistas y pro-democráticos. Pero el pacto de Múnich (1938), la derrota en la batalla del Ebro (en la que la república pierde la iniciativa bélica) y los enfrentamientos entre los partidarios de pactar con Franco una rendición con condiciones (Golpe del teniente Casado y Besteiro en marzo de 1939) determinaron que los republicanos acabaran por admitir una derrota sin condiciones y optar, en gran número, por el exilio. Los sublevados toman Madrid el 1 de abril de 1939, marcando el fin de la guerra.
Aunque las cifras son confusas, podemos hablar de más de 500.000 víctimas durante la guerra más las cifras de los exiliados (muchos vuelven tras la instauración de la democracia) y los ejecutados en la posguerra. Actualmente, España es el segundo país detrás de Camboya con mayor número de desaparecidos. Además, se impondrá una dictadura franquista que hizo desaparecer todas las libertades democráticas, eliminando la oposición con la “Ley de Responsabilidades Políticas”. Habrá una gran decadencia cultural por el exilio de la mayor parte de los intelectuales y por la férrea censura, además de la paralización del crecimiento económico español que tardará 20 años en alcanzar el nivel productivo de 1936.
En conclusión, el establecimiento del sistema franquista supuso la reacción de la oligarquía, clero y ejército ante la pérdida de poder económico, político y social derivado del proceso reformista republicano y una ruptura con todas las mejoras alcanzadas hasta ese momento (libertades, mejoras sociales...) comenzando así la larga noche de piedra de la que hablaba Celso Emilio Ferreiro, la cual duró más de cuarenta años.


18. El franquismo: características e institucionalización.

La victoria del bando sublevado en la Guerra Civil el 1 de abril de 1939 deja vía libre para la institucionalización definitiva del régimen franquista. Una dictadura militar que tendrá su fundamentación ideológica en el pensamiento militar y católico español al que irá incorporando elementos procedentes de los fascismos italiano. Franco asumía todos los poderes y basaba su legitimación en la “salvación de España del mal” (liberalismo y comunismo) y en mantener la paz. Comienza así, una etapa que se prolongará sin muchos cambios hasta la muerte del dictador en 1975.
Dicho proceso de institucionalización contará con dos fases bien diferenciadas: una primera en la que trataba de construir un régimen fascista semejante al de sus aliados los nazis y los fascistas italianos, y una segunda etapa en la que, debido al inicio de la derrota de estos en la Segunda Guerra Mundial a partir de 1942, desarrollará el concepto de democracia orgánica para marcar distancia frente a estos.

El franquismo se sustentaba en unas bases ideológicas en sentido negativo (antiliberalismo, anticomunismo, antisemitismo, entre otras) y también en sentido positivo, estando a favor del caudillismo, el nacional-sindicalismo, el nacional-catolicismo, el centralismo y el militarismo. Su larga permanencia en el tiempo se entiende gracias al apoyo de cuatro sectores fundamentales de la sociedad. En primer lugar, la Iglesia, encargada de legitimar el régimen a cambio de privilegios económicos, influencia política y del monopolio sobre la cultura y la educación que habían perdido a causa de las reformas republicanas. El ejército, en el cual ascendieron de nuevo los africanistas e incorporaron a los milicianos fascistas y requetés de la Guerra Civil, fue utilizado para reforzar su poder político. Los otros dos sectores fueron FET y de las JONS (partido único del régimen creado tras el Decreto de unificación del 37) y ciertos sectores socioeconómicos (empresarios industriales y financieros, terratenientes, pequeña burguesía urbana y campesinos propietarios). La evolución de los apoyos fluctuaría con el tiempo y con la evolución de la economía española, siendo clave esta en la comprensión de la propia caída del régimen.

En la primera fase de la institucionalización trata de crear un régimen de tipo fascista forjando la imagen de líder único que identifica los intereses de la nación con los suyos propios. Franco fue reconocido como líder indiscutible del Movimiento Nacional, es decir, Franco concentraba “títulos de Caudillo, Monarca, Príncipe y Señor de los Ejércitos”.


Mediante el Decreto de unificación (1937) creará el partido único del régimen donde aglutinaba la heterogeneidad ideológica del bando sublevado (fascistas, afonsinos de la CEDA, carlistas y católicos).
En el año 1938, dentro de la idea de rechazo del constitucionalismo (creación de un Estado autoritario y corporativo que no estaba basado en una Constitución) será cuando se promulgue la primera de las denominadas Leyes fundamentales (un total de siete leyes elaboradas entre 1938 y 1967 y que se dividieron en dos grupos según su carácter dogmático u orgánico) que supondrán la arquitectura jurídica del régimen, pues estas leyes se convirtieron en las normas básicas de la organización del Estado.
Esta primera ley (1938) fue el Foro del trabajo (copia de la Carta di lavoro de 1927 del fascismo italiano), una ley de carácter dogmático, que regulaba el mundo laboral y que abordaba cuestiones relacionadas con la jornada laboral, vacaciones, salarios mínimos, precios… y que supuso la adopción de un modelo económico capitalista; y más tarde, fue complementada en 1940 con la Ley de Unidad Sindical, en la que se creaba el sindicato único (nacional-sindicalismo), en sustitución de los anteriores sindicatos obreros. En 1939 se promulgará la Ley de responsabilidades políticas que articulará toda la represión franquista que, lejos de reconciliar los dos bandos en la guerra, sirvió para eliminar a la oposición al régimen.
La etapa de la posguerra o de la Autarquía en la década de los cuarenta está marcada por la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaia en 1940. Franco declara a España no beligerante (las altas pretensiones de Franco para entrar en la Guerra, entre las que destacaban las colonias francesas en África occidental, hacen imposible el acuerdo) pero proporcionará materias primas al eje, colaborará en la batalla del Atlántico dando cobertura a los submarinos nazis en sus puertos, y enviará a la División Azul (voluntarios falangistas) al frente de Leningrado. 1941 marcará el inicio del distanciamiento con el eje con la entrada de Estados Unidos en la guerra y la firma de la Carta del Atlántico en la que EEUU y Reino Unido declaran su intención de eliminar el fascismo de Europa, provocarán el inicio de una maquillada del régimen hacia el pseudoliberalismo asimilable a los aliados. Las derrotas del Eje en Stalingrado, Midway y El-Alamein en 1942 marcan el inicio de la derrota de los antiguos aliados del franquismo.
Por esta razón, en ese año Franco decreta la segunda ley fundamental, la Ley Constitutiva de las Cortes, para disfrazar el carácter totalitario del sistema creando un pseudoparlamento denominado Cámara de procuradores que aprobarán las leyes que les postule el Jefe del Estado. Esta es la primera pieza de la democracia orgánica que era la denominación que el propio régimen utilizaba para su sistema político que consistía en el rechazo de la democracia representativa, sustituyéndola por un sistema donde la democracia se ejercía participando en tres esferas que, según el régimen, constituían los fundamentos de la vida política: la familia en la que se nace; el municipio donde se vive; y el sindicato único donde se trabaja. Curiosamente, reforzando esta idea de marcar distanciamiento con el Eje por su derrota, la ley sale en el 42, pero la Cámara se inaugura en febrero del 43 con la derrota de Stalingrado confirmada. En 1945, con la derrota del Eje, saldrán dos leyes fundamentales más, El Foro de los Españoles, para acelerar la maquillada del sistema debido al rechazo internacional con esta pseudodeclaración de derechos y deberes que pretendía simular la parte dogmática de una constitución.


Estaba constituida por una tabla de derechos y deberes, a modo de Carta Otorgada, que quedaban registrados en las leyes pero que en la práctica no estaban garantizados. En este mismo año, también fue elaborada la Ley de Referendo que permitía a Franco consultar mediante referendo a los españoles sobre cuestiones del Estado, simulando ante los otros Estados la existencia de sufragio en España y que se daba participación a la opinión pública para sancionar las leyes que decidía el Jefe del Estado.

En 1946, la condena de la ONU al régimen franquista agudiza su aislamiento de la etapa de la autarquía que defendía la capacidad de España de autoabastecerse sin necesidad de acudir al mercado exterior. En 1947 promulgará la ley fundamental de Sucesión a la Jefatura del Estado en la que definía España como un reino en el que Franco asumía de forma vitalicia la Jefatura del Estado, pero se reservaba el derecho a nombrar un sucesor a título de príncipe (en 1969 se refrendará a Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado) con la intención de silenciar la oposición monárquica surgida en el Manifiesto de Lausana de 1945. El contexto internacional marcado por la Guerra Fría también comenzó a ser favorable, y es clave para comprender el inicio del aperturismo del régimen: En 1953, con los acuerdos defensivos con los EEUU y el nuevo Concordato del Vaticano, pasó de ser un régimen aislado a una pieza en el tablero de la Guerra Fría que permitió su legitimación internacional al amparo de los EEUU. En 1955, España entra en la ONU, y en 1959 recibe la visita del Presidente estadounidense Eisenhower, pasando a ser formalmente miembro del bloque occidental. Las ayudas económicas de los EEUU permiten liberalizar económicamente el régimen promulgando en 1958 la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que reconoció el Movimiento Nacional (Falange Española Tradicionalista) como único partido, además de establecer los principios del nuevo régimen: “España es una unidad de destino en lo universal”; también estableció la condición de reino católico: “La Nación española considera como timbre de la honra el acatamiento a la Ley de Dios”, además quedaba subordinada a la “Santa Iglesia católica, Apostólica y Romana”; también establecía que “Las entidades naturales de la vida social: familia, municipio y sindicato, son estructuras básicas de la comunidad nacional”. Así, los altos cargos, civiles o militares, pasaron a ser miembros natos del Movimiento, y los funcionarios públicos quedaron también obligados a jurar sus principios fundamentales. Esta Ley será la antesala del nombramiento de los tecnócratas para iniciar ese proceso de liberalización económica. En esta segunda fase, las características totalitarias del régimen quedan disimuladas y se conforma un régimen autoritario definido como Nacional-catolicismo donde la economía, antes fuertemente intervenida por los falangistas, queda en manos de los tecnócratas del OPUS DEI, liberales en economía pero igualmente conservadores en lo ideológico.


El crecimiento económico del Desarrollismo y la culminación del aperturismo supondrán para el franquismo un nivel de legitimación tanto nacional como internacional nunca antes alcanzado, pero también los cambios sociales de los sesenta que penetraban parcialmente en España por el turismo comenzarán a fortalecer un sector social que demandaba ampliar las libertades políticas y sociales, además de liberalizar la economía. Al mismo tiempo, la Ley de responsabilidades políticas es sustituida por el TOP (tribunal de orden pública). En 1967, durante esta etapa, se promulgará la Ley Orgánica del Estado, compendio definitivo de la llamada “democracia orgánica”, cuyos partidarios consideraban que en España existía una verdadera representación popular representada, no a través del sufragio universal, sino de las relaciones sociales defendidas por la dictadura: familia, municipio y sindicato. Fue una síntesis y actualización de todas las leyes anteriores, donde Franco contempla que puede dejar la Jefatura de Gobierno (finalmente lo hará en 1973 en favor de Carrero Blanco, nombrado Presidente, pero manteniendo Franco la Jefatura del Estado) y supone el fin de la institucionalización del régimen. Por otro lado, para intentar vender esa imagen de “democracia orgánica” eran necesarias unas medidas que mostrasen la cara más amable del régimen: unas Cortes (en las que incluso llegó a haber presencia femenina) que asesoraban a Franco; la ley orgánica del Estado introdujo nuevos derechos y limitó el poder de Franco; en los concejos, los consejeros pasaron a ser designados por los vecinos cabezas de familia, otros por los sindicatos locales y otros por los concejeros ya electos; reconocimiento del derecho de colaboración directa de los españoles en la sanción de Leyes Fundamentales del Estado.
El crecimiento económico de la década de los sesenta se verá afectado por la crisis del petróleo de 1973, y el reconocimiento internacional sufrirá un duro revés a partir del proceso de Burgos y las posteriores condenas a muerte de la década de los 70. La oligarquía española veía como única vía de superación de la crisis ingresar en los circuitos internacionales de la CEE, pero esta denegaba la entrada en España debido a su carácter dictatorial (a pesar de conseguir un acuerdo económico preferencial con la CEE en 1970). Esto, sumado a la presión de la oposición al régimen, explican por qué tras la muerte del dictador, la vía reformista se impuso a la vía continuista, iniciándose el proceso conocido como Transición democrática refrendado en la última ley fundamental, la Ley de reforma política (1977) de Adolfo Suárez.
A modo de conclusión, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la larga permanencia en el tiempo del régimen radica en su capacidad de adaptación al contexto internacional: primero aliado del Eje, con el inicio de su derrota marca un distanciamiento con este para finalmente ingresar en el bloque occidental explotando en el contexto de la Guerra Fría su anticomunismo estructural. Finalmente, la incapacidad para adaptarse al contexto posterior a la crisis del 73 acabará siendo clave en su caída.


A MODO DE RESUMEN COMPLEMENTARIO:
El resultado de la Guerra Civil (1936-39) fue la consolidación del régimen dictatorial que los sublevados contra la República democrática comenzaron a construir en la denominada "España nacional" desde octubre del 36. En sus casi 40 años de existencia, el franquismo se mantuvo, con escasos cambios, como una férrea dictadura militar, muy conservadora, basada en la represión feroz de sus opositores y la eliminación de los derechos y libertades de los españoles.
La victoria de los militares sublevados en la Guerra Civil significó la liquidación de la experiencia democrática republicana y la instauración de un régimen dictatorial basado en los llamados ideales del 18 de julio:
- Un estado fuerte y centralizado que garantizase la unidad de España y una orden social y moral basada en la doctrina de la iglesia y en el ideario fascista de la Falange (el nacional-sindicalismo, el corporativismo): familia tradicional (sumisión de la mujer), catolicismo, propiedad privada, centralismo y orden.
- La concentración del poder en manos del general Franco: el Caudillo reunió en su persona la jefatura del Estado, del Gobierno, de las Fuerzas Armadas, del partido único y el poder legislativo. Empleó un poder absoluto y represor, suprimiendo los derechos y libertades y exaltando la figura del líder al estilo fascista. Concentró en sus manos un poder ilimitado del que, según él, solo respondería “ante Dios y ante la Historia”.
- La defensa de la proclamada verdadera tradición española, asociada al mitificado esplendor de la España imperial de los siglos XVI y XVII, contra la influencia extranjera del liberalismo, la masonería, el socialismo, el comunismo…
Básicamente, se trató de una dictadura militar, muy conservadora y católica (nacional-catolicismo) que mantuvo siempre un carácter represivo y contó con una fuerte oposición, pero que gozó también de un notable apoyo social. El ejército y la iglesia fueron las columnas vertebrales del régimen. Compartían el poder con otras familias políticas del régimen: los falangistas, los monárquicos, los católicos y los tecnócratas del Opus Dei.
- Impulsó un rígido control social e ideológico a través de la educación y la censura de prensa, cine y cultura. También utilizó los medios de comunicación para exaltar la figura del caudillo y convencer a los españoles de los logros y beneficios del régimen. La Fronte de Juventudes y la Sección Femenina ayudaban a adoctrinar a la población. El franquismo se caracterizó por una extraordinaria capacidad de adaptación tanto al contexto internacional como a los cambios socioeconómicos experimentados por el país durante este largo período. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, mientras las fuerzas del Eje tuvieron éxitos militares, el régimen se mostraba identificado con los valores fascistas y, aunque oficialmente mantuvo la neutralidad, apoyó a la Alemania nazi con el envío de materias primas y la División Azul. A partir de 1942, cuando comienza a cambiar el signo de la guerra, el régimen opta por ir eliminando ese entusiasmo fascista para evitar ser identificado como un aliado. Esa suavización de las formas fascistas no impidió a la ONU emitir una declaración de aislamiento internacional a la dictadura de Franco por haberla identificado con el fascismo. La llegada de la Guerra Fría abrió al franquismo la posibilidad de presentarse ante USA como el primer régimen que derrotó la amenaza de revolución comunista en Occidente. A partir de ahí, el régimen recibe el reconocimiento de USA y el Vaticano, lo que le permitirá salir del aislamiento internacional y iniciar una nueva fase dentro de su autoritarismo característico, algo a lo que nunca renunció.


19. El franquismo: las formas de oposición al régimen.

La evolución de la oposición al régimen franquista (1939-1975).

El resultado de la Guerra Civil (1936-1939) supuso la consolidación del régimen dictatorial que los sublevados contra la República democrática habían comenzado a construir en la España nacional desde octubre del 36: el franquismo. Se mantendrá hasta la muerte del dictador, en 1975, con pocos cambios: una dictadura militar, profundamente conservadora y católica, que ejercerá una dura represión contra sus opositores, especialmente en los años 40 y 50. El crecimiento económico y los cambios sociales, provocados por el desarrollismo, favorecieron la ampliación y fortalecimiento de las fuerzas de oposición en los años 60 y 70.

La toma de Madrid el 1 de abril de 1939 por el bando sublevado marca el fin de la Guerra Civil y el establecimiento de una larga dictadura denominada régimen franquista (1939-1975) que fundamentó su legitimación en esa victoria y en la necesidad de “salvar a España del mal” (socialismo, liberalismo y anticlericalismo).

Franco creó un régimen que primero trató de imitar el fascismo italiano (líder único, partido y sindicato único con intervención del estado en la economía) que, debido al contexto internacional de aislamiento tras la Segunda Guerra Mundial, irá derivando en un régimen autoritario basado en el nacionalcatolicismo.

Este régimen político afirmábase en unas bases ideológicas tanto en sentido negativo (antiliberal, anticapitalista, anticomunista, antirrepublicano, antisemita) como en sentido positivo (defendiendo el caudillismo, el nacionalsindicalismo; el nacionalcatolicismo, el ultramilitarismo y el hipercentralismo). Su larga permanencia en el tiempo radica en los apoyos de cuatro pilares fundamentales: la Iglesia, el ejército, FET y de las JONS (partido único del régimen creado tras el Decreto de unificación del 37) y ciertos sectores socioeconómicos (empresarios industriales y financieros, terratenientes, pequeña burguesía urbana y campesinos propietarios). Para la comprensión de la caída del régimen es fundamental comprender que la evolución económica erosionará los apoyos a la dictadura, principalmente en la década de los 70.

La posguerra se caracterizó por la fortísima represión política, la dificultad en las relaciones exteriores y la implantación de la autarquía económica.

La economía de posguerra se caracteriza por un nivel de producción muy bajo (tardará casi veinte años en alcanzar el nivel productivo de 1936) debido al impacto de la guerra. El bloqueo internacional declarado por la condena de la ONU por régimen fascista en 1946 lleva a proclamar la autosuficiencia, defendiendo la capacidad de España de autoabastecerse sin necesidad de mercado exterior, pero realmente la autarquía no fue radical, pues siempre se importaron productos clave como el petróleo o la carne argentina. Se establecieron cartillas de racionamiento que fomentaron los negocios especulativos del mercado negro. Muchos se enriquecieron especulando con la miseria de los demás y muchas autoridades aceptaron los sobornos de los especuladores del estraperlo (destaca en la raya seca en Galicia). En Galicia, el sistema de minifundios de policultivo de autoabastecimiento permitió paliar en parte los rigores de la autarquía. Para promover la industrialización y favorecer la política autárquica, el estado creó el INI (Instituto Nacional de Industria), organismo que dirige la economía hasta la transición, y el INC (Instituto Nacional de Colonización) con la intención de desarrollar la agricultura. La política de intervención del Estado en la economía no permitió grandes resultados, pero la fijación de salarios muy bajos hizo posible que los empresarios lograran altos beneficios. Las inversiones del gobierno en la industria (clave para proveer de armamento al ejército) perjudicaron las reformas en la agricultura y ganadería, y los campesinos, que tanto ayudaron a los sublevados a ganar la guerra, se vieron desamparados en la posguerra ante las malas cosechas provocadas por las continuas fases de sequías.


Los años 50 son la culminación del fracaso de las medidas autárquicas y de la necesidad de aumentar el comercio exterior. Los hechos clave favorecedores de la apertura fueron el contexto internacional de la Guerra Fría concretados en 1953 en el Concordato del Vaticano y los Acuerdos con los EEUU en los que, a cambio de bases militares, se comprometían a enviar ayuda económica, nuevas técnicas para modernizar el sistema productivo español y abrir de nuevo a España los circuitos económicos internacionales. El total de la cuantía fue sensiblemente menor que la del Plan Marshall, gran aspiración no conseguida de la dictadura. Los gobernantes franquistas trataron de revisar el rígido intervencionismo estatal y suprimieron el racionamiento y decretaron la libertad de precios y comercio. Sin embargo, los cambios en el sector agrícola fueron escasos por la falta de inversiones de estilo capitalista en el campo.

A partir de la Ley de principios del movimiento nacional de 1958, la política económica del régimen queda en manos de los tecnócratas, expertos en derecho y economía de ideas liberal-capitalistas pero ultraconservadores, pertenecientes al Opus Dei (a diferencia de los falangistas, apostaban por la liberalización de la economía). Liderados por López Rodó, inician el denominado Plan de Estabilización de 1959. El objetivo de este era restringir el gasto público y privado y reducir la deuda, para poder llevar a cabo posteriormente planes de desarrollo. Este plan implicó: la congelación de los salarios, el recorte del gasto público, la subida de impuestos, la restricción del crédito, la devaluación de la peseta y la facilidad para instalar filiales de empresas extranjeras. Las consecuencias fueron un aumento significativo del paro y de la pobreza, pero poseer capital para lanzar los planes de desarrollo de la década siguiente.

Los años 60, en los que se confirmaría el éxito de la apertura, se caracterizan por la tranquilidad política, el crecimiento económico y el impulso de estos Planes de Desarrollo. Tras el éxito del Plan de Estabilización de 1959, los tecnócratas diseñaron tres planes de Desarrollo cuadrienales capaces de transformar España en un país desarrollado.

Estos planes prestaron atención preferente al crecimiento de la renta nacional, al pleno empleo, a mejorar la distribución de la renta (RPC) para crear una clase media consumidora y a la progresiva integración en los circuitos de la economía mundial. Pretendían alcanzar estos objetivos a través de la potenciación del turismo (nacido con el desarrollo del estado de bienestar en las economías capitalistas de los años 50) y de la industria, sobre todo la automobilística y de electrodomésticos. Estos planes llevan aparejados la creación de “polos de desarrollo” en la periferia de ciudades intermedias como Vigo, O Porriño y Valladolid, entre otras. Buscaban potenciar la creación de una red industrial homogénea en España.


La planificación de los tecnócratas tuvo éxitos espectaculares en la producción industrial de las fábricas de automóviles (Seat, Renault, Citroën) o de electrodomésticos (Fagor, Edesa) y dificultades graves en la agricultura. Las grandes multinacionales crean filiales en España para aprovecharse de los beneficios y ventajas que les ofrecen los tecnócratas y de las posibilidades de explotación que representaba la abundancia de mano de obra muy barata y sin derechos sindicales. Ante la necesidad de mano de obra cualificada, se crea la Ley General de Educación de 1970. Debido a los millones de españoles que cambiaron la aldea por las urbes y los millones de turistas, se produce un boom en la construcción. Los barrios obreros se desarrollan sin control y los inversores no dudan en sobornar a los gobernantes con tal de lograr el máximo beneficio. Se dio un auge en las importaciones, que fueron posibles gracias a la entrada masiva de divisas en España provenientes de los ahorros que mandaban los emigrantes en Europa (claves también para entender por qué el paro generado no supuso un problema para el régimen) y de los ahorros que gastaban los turistas en España. A pesar de todo este crecimiento, el deseo de ingresar en la CEE se ve truncado por el carácter dictatorial de España y solo en 1970 conseguirá un acuerdo de comercio preferencial.

A fines de los años 60 y comienzos de los 70, se confirma la crisis del desarrollo económico y del propio régimen político. A fines de los años 60, la economía española acusa un estancamiento del crecimiento motivado por errores de planificación en los planes de desarrollo y el impacto de la Crisis del petróleo de 1973, que tuvo lugar a raíz de la guerra del Yom Kipur, tras la que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) cerró el suministro de petróleo para presionar a occidente. La inflación de precios y el aumento del paro desatan una creciente conflictividad laboral, con numerosas huelgas en múltiples lugares del país.

Ante las dificultades económicas, los campesinos, obreros e incluso clases medias abandonaron su actitud pasiva y muchos reclamaron a los gobernantes cambios económicos, pero también políticos y culturales, a lo que el gobierno reaccionó con represión. La situación de crisis iba agrandándose a lo largo de los años 70 y las primeras medidas de contención no se toman hasta el primer gobierno democrático de 1977. El mundo empresarial y financiero consideraba que la salida de la crisis estaba en el ingreso en la CEE, lo cual llevó a sectores claves en el apoyo de la dictadura a optar por su transformación.

Como conclusión, podemos afirmar que la evolución económica condicionó profundamente la evolución de la dictadura y de la oposición, pues provocó el transvase de los inmovilistas a los reformistas, debido a que con la crisis y al ver frustrados los planes de entrar en la CEE, por su naturaleza dictatorial, consideraban como única opción de salir de la crisis transformarlo en un sistema democrático.


A MODO DE RESUMEN COMPLEMENTARIO:
La economía española durante la época del franquismo puede dividirse en dos etapas.
• La primera etapa es la autarquía caracterizada por una buscada autosuficiencia económica, propia del ideario fascista, y un obligado aislamiento internacional que comienza en el momento en que los sublevados militares ganan la Guerra Civil.
• La segunda etapa parte del año 1959 cuando se aprueba el Plan de Estabilización Nacional y España abre su economía al exterior y comienzan a llegar los inversiones extranjeras atraídas por la mano de obra abundante y barata.
El período de autarquía tenía como objetivo lograr la autosuficiencia económica para no depender económicamente del exterior, impulsando la producción interior y dificultando las importaciones mediante la imposición de elevados aranceles, es decir, la aplicación de una política proteccionista y un nacionalismo económico que se traduce en un intervencionismo del Estado.
En la agricultura descendió la producción debido a la escasez de abonos y a la baja productividad, lo que se tradujo en problemas en el abastecimiento de alimentos, obligando al Estado al establecimiento de una cartilla de racionamiento. Para lograr incrementar la producción agraria tomáronse medidas como la explotación de nuevas tierras con la creación del Instituto Nacional de Colonización que, entre los años 1945 y 1970, construyó más de 300 nuevos núcleos de colonización. En 1952 aprobóse la Ley de Concentración Parcelaria para evitar el minifundismo y hacer más rentables estas explotaciones. A pesar de la propaganda oficial que se hizo de estas medidas, estas no lograron ningún tipo de éxito.
En el ámbito industrial siguióse la política intervencionista con la creación del Instituto Nacional de Industria (1941) para el control de la producción de los sectores industriales básicos, cuyo mayor inversor y promotor era el Estado. Aún evitando el contacto económico con el exterior, la dependencia tecnológica y energética del extranjero provocó que no se cumplieran los objetivos marcados.
En el transporte destacó la nacionalización de la red de ferrocarriles de vía ancha y la creación en 1941 de RENFE.
Las transacciones comerciales estaban fuertemente intervenidas por el Estado y el comercio exterior organizábase a través de un sistema de licencias y acuerdos bilaterales, mientras que el comercio interior estaba reglamentado por la Comisaría de Abastecimientos y Transportes desde 1939.
A partir de los años cincuenta inicióse la recuperación económica que se produjo gracias a dos factores:
• El primero fueron las buenas cosechas de los primeros años de la década que permitieron recuperar tasas de producción anteriores a la guerra y tener excedentes agrícolas.
• El segundo fue la importante cantidad de divisas, materias primas, fuentes de energías y bienes de equipo proporcionada por los acuerdos con EEUU. Además, la población española experimentó en los años 50 un crecimiento demográfico importante, el "Baby boom", que permitió disponer de mano de obra abundante.
En 1959 aprobóse un plan de Estabilización que fue un programa de reformas realizado por un equipo de ministros y de altos cargos técnicos del OPUS DEI y contó con el apoyo del Fondo Monetario Internacional. Su objetivo era establecer un modelo basado en la libertad económica más acorde con la economía capitalista occidental. Esta economía basábase en la flexibilidad de precios y salarios, determinados por el mercado y no por el Estado, una política monetaria que obligaba a establecer la paridad de la peseta respecto a las divisas internacionales y la liberalización de los intercambios comerciales. En el sector público, el Gobierno comprometíase a ajustar los gastos a los ingresos, reducir la inflación y mejorar la recaudación del sistema fiscal. El éxito más destacable del Plan de Estabilización fue sentar las bases para iniciar el fuerte crecimiento de la década de los años 70, así como el abandono definitivo del modelo autárquico.


En la industria, entre los años 1964 y 1973, aparecen los Polos de Desarrollo Industrial en aquellos territorios donde el empleo industrial no era significativo. La aplicación de estos planes atrae inversiones industriales ya que se crea suelo industrial preparado con enormes ventajas fiscales e incentivos para las empresas por situarse en esos enclaves. Tanto la inversión pública como la privada aprovecharon estas ventajas. Un ejemplo es la creación de la Zona Franca en Vigo que sirvió de atracción para la localización de Citroën.
Cabe destacar que durante este segundo período, aunque se produjo un desarrollo económico en España, el mercado interior no fue capaz de absorber la mano de obra excedente, por lo que en esta década se produjo un gran incremento de la emigración tanto del rural a las ciudades como hacia el exterior, especialmente a los países europeos.
El crecimiento económico no tuvo en cuenta el impacto ambiental ni una adecuada política urbanística, por lo que el desarrollo del turismo, que fue conjuntamente con la construcción uno de los motores del despegue económico, transformó de un modo notable el litoral mediterráneo.
Todo este desarrollismo finaliza con la crisis económica del 73, cuando se produce la subida de los precios del petróleo, que en España se traduce en inflación y conflictividad laboral, dejando un legado de difícil gestión para la etapa política de la Transición.


VOCABULARIO

Pacto de San Sebastián:
Acordo ao que chegaron, en agosto de 1930 en San Sebastián, diversas personalidades representativas de partidos republicanos de diferentes tendencias, catalanistas e socialistas polo que se comprometían a dar unha alternativa de goberno á monarquía, sumida no desprestixio tras apoiar á Ditadura de Primo de Rivera. Tiñan como obxectivo fundamental establecer unha república democrática, cunha nova constitución e liberdades políticas e relixiosas, e recoñecer a autonomía de Cataluña, Galicia e as provincias vascas. Ademais, formaron un comité revolucionario para coordinar unha sublevación co fin de derrocar á monarquía de Alfonso XIII.

Bienio Negro:
Segundo período da Segunda República comprendido entre novembro de 1933 e febreiro de 1936. Foi cualificado así (e tamén como rectificador e contrarreformista) polas esquerdas debido ás medidas revisionistas e conservadoras tomadas polos gobernos de dereitas radical-cedistas, que paralizaron moitas das leis reformistas do primeiro bienio republicano (lexislación laboral e social, reforma agraria, política relixiosa, etc.) e exerceron unha dura represión sobre os participantes na revolución de outubro de 1934.

CEDA:
Siglas da Confederación Española de Dereitas Autónomas, unha coalición de partidos conservadores e católicos fundada en 1933 por José María Gil Robles. Definíase como contrarrevolucionaria e antimarxista, defensora da relixión, a familia e a propiedade, e esixía a revisión da Constitución de 1931 para adecuala aos principios cristiás. Mobilizou ás masas católicas do país, expresou de modo ambiguo o seu acatamento ao sistema e non se pronunciou sobre a forma de goberno (república ou monarquía). Formou parte do Goberno da Segunda República, en coalición co Partido Radical, entre 1934 e 1935.

FAI:
Siglas da Federación Anarquista Ibérica, organización heteroxénea de grupos anarquistas partidarios da insurrección revolucionaria xurdida clandestinamente en 1927 durante a ditadura de Primo de Rivera. Buscou controlar, dirixir e orientar ao sindicato da C.N.T. cara a fins anarquistas radicais, defendendo a implantación do comunismo libertario, contra os que buscaban a consolidación dun sindicato forte (anarcosindicalistas). A F.A.I logrou impoñerse dentro da C.N.T. durante a II República, chegando a ter numerosos seguidores. Durante a Guerra Civil conseguiu gran poder e era partidaria de compatibilizar a guerra coa revolución.


Sanjurjada:
Intento fracasado de golpe de Estado encabezado polo xeneral Sanjurjo o 10 de agosto de 1932 en Sevilla contra a Segunda República que contaba co apoio dalgúns militares, monárquicos e latifundistas andaluces. Controlado polo Goberno, os seus participantes foron detidos e condenados. Como reacción, republicanos e socialistas aproximaron as súas posicións, o que permitiu a aprobación do Estatuto de Autonomía de Cataluña e a Lei de Reforma Agraria que intentaban impedir os golpistas.

Brigadas Internacionales:
Unidades militares de voluntarios estranxeiros que participaron na Guerra Civil española apoiando á Segunda República. Estaban formadas por traballadores e intelectuais de ideoloxía progresista, procedentes de máis de 50 países de Europa e América, organizados a través dos partidos de esquerda socialistas e comunistas dos seus respectivos países. Os brigadistas acudiron a España movidos por un sentimento de solidariedade en defensa da causa republicana fronte á ameaza internacional do fascismo. A súa actuación foi destacada na defensa de Madrid e na batalla de Teruel. Foron retiradas en outubro de 1938 pola presión internacional.

Frente Popular:
Coalición electoral, ainda que non de goberno, creada en xaneiro de 1936 polos principais partidos obreiros (socialistas e comunistas) e republicanos de esquerda. Defendían un programa moderado baseado nunha amnistía xeral para os encarcerados polos sucesos de outubro de 1934 e a recuperación da política reformista desenvolvida polos gobernos formados por republicanos de esquerda encabezados por Azaña e Casares Quiroga.

FET das JONS:
Siglas de Falanxe Española Tradicionalista e das Xuntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, a organización política creada por Franco en 1937 mediante o Decreto de Unificación que fusionaba o movemento tradicionalista carlista coas formacións fascistas de Falanxe Española e das JONS baixo a xefatura suprema de Franco. O seu programa baseouse nos principios da Falanxe. O novo partido adoptou o saúdo fascista do brazo en alto, o uniforme de camisa azul dos falanxistas e a boina vermella dos requetés carlistas. Foi a única formación política autorizada durante o franquismo, sendo coñecida como Movemento Nacional.

Lexión Cóndor:
Denominación da forza de intervención alemá, fundamentalmente aérea, coa que o III Reich de Hitler apoiou ao bando sublevado franquista durante a Guerra Civil española. Foi clave e responsable de numerosos ataques a posicións republicanas e sobre a poboación civil, destacando os bombardeos de Madrid, Guernica e Barcelona.


Contubernio de Múnic:
Nome pejorativo co que o réxime franquista tratou de ridiculizar o Congreso do Movemento Europeo celebrado en Múnic en 1962. O máximo impulsor da reunión foi Salvador de Madariaga, moi ben relacionado cos dirixentes do movemento europeo, e a ela asistiron 118 opositores ao franquismo, tanto do interior de España como do exilio, unidos por un obxectivo común: instaurar en España un sistema político democrático.

Nacional-catolicismo:
Ideoloxía que defende que a vida política, social e cultural debe estar sometida ás directrices da Igrexa católica. Foi unha das bases ideolóxicas do réxime franquista que contou co apoio e aprobación da Igrexa católica. A xerarquía eclesiástica xustificou e aceptou a autoridade de Franco como Caudillo de España pola graza de Deus, e a cambio impuxo o seu control sobre a moral, os costumes e a educación.

Plan de Estabilización:
Conxunto de medidas e reformas económicas aprobadas en 1959 (Plan Nacional de Estabilización Económica) propostas por ministros tecnócratas que tiñan como obxectivo abandonar o modelo autárquico intervencionista e estabilizar e liberalizar a economía española, conectando así co capitalismo occidental. Sentou as bases para iniciar o forte crecemento “desarrollista” da década dos anos 60.

Sección Feminina:
Organización fundada en 1934 como rama feminina de Falanxe Española. Foi dirixida por Pilar Primo de Rivera e durante o franquismo monopolizou a educación das mulleres coa finalidade de formar amas de casa, subordinadas aos varóns e destinadas a ter fillos e educalos segundo as normas establecidas polo réxime. Para o seu adoutrinamento creouse en 1937 o Servizo Social, que impoñía a prestación obrigatoria de traballos sociais para todas as mulleres durante seis meses.

Sindicato vertical:
Nome co que era coñecida a Organización Sindical Española durante o franquismo. Inspirado nas corporaciones fascistas italianas, foi creado tras a promulgación da Lei de Unidade Sindical de 1940 que ilegalizaba todos os sindicatos de clase existentes e integraba de forma forzosa a todos os traballadores e empresarios (relación vertical) nun mesmo e único sindicato baixo a supervisión do Ministerio de Traballo.

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