La Guerra Civil Española: Evolución Política y Repercusiones
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Evolución Política y Consecuencias de la Guerra Civil Española
El golpe de estado provocó el inicio de una Guerra Civil que dividió España en dos zonas con gobiernos diferentes acordes a cada bando: el nacionalista y el republicano.
Evolución Política en la Zona Republicana
Tras la sublevación militar, se sucedieron como jefes del gobierno Casares Quiroga, Martínez Barrio y José Giral, que fracasaron. El gobierno no disponía de ejército suficiente para sofocar la sublevación y repartió armas a los militantes de las organizaciones obreras. Entonces el bando republicano inició la represión contra los sublevados a la vez que la revolución de forma desorganizada. Esta pérdida del control por las autoridades legales comenzó con el "terror rojo", matanzas cuyas víctimas pertenecían a partidos de derechas, eclesiásticos, terratenientes, militares o vinculados a la sublevación. Además, se desarrollaron las sacas, los paseos y las "checas", instalaciones ilegales para detener, torturar y juzgar a sospechosos de simpatizar con el bando rebelde. Destacan los fusilamientos masivos de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz. Por otro lado, en zonas de Cataluña, Aragón, Andalucía y Castilla-La Mancha los anarquistas se dedicaron a la colectivización de fincas y a la nacionalización de industrias y servicios públicos.
La presencia de los rebeldes a las puertas de Madrid, la actitud internacional y la dimisión de Giral obligaron al presidente Azaña a formar un gobierno de coalición, formado por ministros socialistas, comunistas, nacionalistas y anarquistas, dirigido por Largo Caballero. Los objetivos eran reconstruir los poderes del estado republicano, frenar la revolución, restablecer el orden público y transmitir una buena imagen de la república a Europa. Tuvieron que hacer frente a los movimientos revolucionarios de anarquistas (FAI y CNT) y comunistas radicales (POUM). Esta revolución proletaria conllevó la colectivización de fábricas y minas y la ocupación de fincas y ayuntamientos. Así, muchos pueblos pasaron a estar gobernados por comités revolucionarios, de forma que en la zona republicana convivían dos poderes políticos: el Gobierno y los comités revolucionarios, destacando enfrentamientos entre partidos políticos en Barcelona.
Ante las derrotas militares y el desorden político, los comunistas del PCE y socialistas obligaron a dimitir a Largo Caballero en mayo de 1937. Se formó un gobierno presidido por Juan Negrín, que expulsó del gobierno a los anarquistas y potenció a los comunistas. Manuel Azaña pretendía prolongar la guerra para obtener ayuda internacional, y trataron de restablecer la autoridad del gobierno central de la república, por lo que se enfrentaron a los sindicatos anarquistas y a los comunistas radicales del POUM. Ante el fracaso de la guerra, unos partidos se inclinaron hacia negociar la paz con Franco con la mediación de Francia y Reino Unido, como Azaña, y otros hacia la resistencia, como Negrín. Este elaboró un documento con 13 puntos para el fin de la guerra, pero las esperanzas se frustraron tras el Pacto de Múnich en 1938 y la derrota del Ebro. A principios de 1939, Negrín redujo sus puntos para buscar apoyos internacionales, pero no los consiguió. En estas circunstancias, el golpe de estado del Coronel Casado aceleró el fin de la república y el triunfo de Franco.
Evolución Política en la Zona Rebelde
Tras la muerte de Sanjurjo, se creó una Junta de Defensa Nacional presidida por Cabanellas, que declaró el estado de guerra. Se sustituyó a los gobernadores civiles por militares y se anuló parte de la labor de la república. Comenzó la represión contra aquellos en contra del golpe, llevada a cabo por milicias de requetés y de grupos de jóvenes falangistas, el "terror blanco", que consistía en los "paseos", fusilamientos. Con el fracaso de la sublevación, se creó una dirección militar y política unificada. Los tres candidatos eran los generales Mola, Queipo de Llano y Franco, que tenía el control de las tropas africanistas. Este último fue nombrado generalísimo, jefe supremo de todos los ejércitos sublevados y jefe del gobierno. Franco constituyó una Junta Técnica del Estado formada por militares. Las victorias militares convirtieron a Franco en "caudillo".
Para controlar a los partidos y milicias de extrema derecha, los unificó en un partido único formado por la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, iniciando el Movimiento Nacional, inspirado en la Falange, partido único durante la dictadura franquista, siendo Franco su jefe nacional. Su poder absoluto como dictador se consolidó en 1938 con la Ley de la Administración Central del Estado. El gobierno militar dirigía la administración con la Junta Técnica del Estado. Se anularon las reformas de la República: se devolvieron fincas expropiadas, se impuso la censura, se le devolvió poder a la Iglesia y plasmó la política social en el Fuero del Trabajo. Un apoyo para el gobierno franquista era la Iglesia, que entendía la rebelión militar como una "cruzada de liberación nacional" contra los enemigos del catolicismo. Por ello, concedió a Franco el título de "caudillo de España por la gracia de Dios".
Consecuencias de la Guerra Civil
- Consecuencias demográficas: Hubo entre 300.000 y 500.000 muertos, y con la dictadura franquista comenzó una fuerte represión sobre los republicanos, por lo que muchos se exiliaron en los países aliados, como "los niños de la guerra", enviados a Francia y la URSS, sobre todo en 1939. Entre los exiliados destacan los intelectuales como Azaña y Machado.
- Consecuencias económicas: Se destruyeron muchas infraestructuras de comunicación, industria y viviendas. Descendió la producción industrial, agrícola y ganadera. Cayó la inversión y el nivel de renta media. Aumentó la inflación agravada con la política de autarquía económica y el aislamiento internacional.
- Consecuencias sociopolíticas: Supuso el fin de la democracia y la división del país en vencedores y vencidos, que sufrieron persecución y depuración. Además, se impuso un modelo social tradicional de valores conservadores y católicos.
- Consecuencias culturales: Muchas figuras de la cultura española se exiliaron o fueron fusiladas, y las que se quedaron o regresaron, como Ortega y Gasset, sufrieron la censura del régimen. Además, se frenó el desarrollo de las culturas periféricas.