El Grupo de Discusión en la Investigación Social

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1. Diseño de las Reuniones

El número de grupos de discusión está directamente relacionado con el número de criterios que segmentan el campo de observación. Con respecto a cada objeto de investigación, la función estratégica está en jerarquizarlos adecuadamente.

Con respecto a las características que han de tener los participantes, según Ibáñez, se busca un punto medio entre homogeneidad y heterogeneidad social. Morgan se limita a hablar de cierto grado de homogeneidad.

La homogeneidad de los participantes posibilita el proceso de agrupación y la producción de diálogo. Aceptando la homogeneidad, las diferencias se perciben como externas al grupo, provenientes del mismo sector social. La heterogeneidad, por otro lado, parte de la necesidad, pues el intercambio lingüístico solo es posible desde la percepción de ciertas diferencias, que hacen que los individuos se esfuercen por presentarse al otro e intentar persuadirlo. Si la homogeneidad garantiza el nacimiento del grupo, la heterogeneidad alimenta su crecimiento.

La homogeneidad es necesaria para establecer acuerdos locales y vínculos con el objeto de estudio, así como para el diálogo con otros sectores de la sociedad. Sin embargo, una homogeneidad excesiva bloquea el proceso de reagrupación, llevando rápidamente a la conclusión-consenso. Cierta heterogeneidad es necesaria para observar las resistencias a posiciones más extremas. No obstante, una heterogeneidad excesiva también bloquearía el proceso de reagrupación.

2. Reclutamiento de los Participantes

La búsqueda de las personas que participarán en la reunión de grupo debe ser realizada por una persona distinta al moderador. Esto evita que los participantes establezcan algún tipo de vínculo previo con él.

3. Las Gratificaciones

Existen dos tipos de gratificaciones. Unas, que no son el origen del problema principal, como ofrecer algo de comer o beber. El problema principal suele estar en otras gratificaciones, las directas, especialmente el dinero. Obsequiar a alguien con algún detalle por su esfuerzo parece adecuado. El problema está en hasta qué punto la gente asiste a la reunión por la promesa del obsequio, especialmente si este es dinerario.

4. La Representatividad del Grupo de Discusión

Desde el punto de vista de la representatividad de la muestra, los miembros de un grupo de discusión son intercambiables con otros sujetos que cumplan las mismas características expuestas en el diseño. El habitus se genera en la propia existencia. La existencia común es la base de la intercambiabilidad entre los sujetos.

También la intercambiabilidad de los sujetos en situación de interacción asegura la representatividad, dando lugar a la representatividad de lo dicho por los participantes. Al ser sujetos objetivados, lo que dicen en un proceso de objetivización, como es el intercambio lingüístico en la situación de grupo, cabe considerarlo también objetivado.

La microsituación así representada y la dinámica consciente e inconsciente del grupo hacen emerger las emociones básicas, los conflictos y las normas sociales dominantes vinculadas al tópico investigado en la macrosituación de la clase y/o estrato social al que los miembros del grupo pertenecen.

La representatividad se encuentra por saturación. ¿Saturación de qué? De una posición social. De un habitus con respecto al objeto investigado.

5. La Presentación del Tema

La presentación del tema implica un interrogatorio: un "queremos saber de ustedes". La cuestión es cómo interrogar sin que parezca un interrogatorio. Lo conveniente son alusiones elusivas al objeto de la investigación.

La presentación del tema también es una provocación. Debe empujar a hablar. No basta con invitar a hablar sobre un tema. Hay que presentarlo de tal manera que se desencadene una reacción.

6. El Moderador

Un buen moderador es aquel que modera como investigador, en función de la situación de la reunión y de los objetivos de la investigación.

No interesa que una reunión sea muy animada o que se diga muchas cosas, si no están relacionadas con el objetivo de la investigación. Es más, como moderador, su papel puede ser el de frenar a los que hablan en exceso, lo que puede lograrse evitando el contacto visual con quien habla y dando rápidamente la palabra a otro de los participantes. No parecen convenientes estilos de moderación agresivos, regresivos o huidizos.

El moderador no debe tener demasiada urgencia en controlar las controversias, pero ha de prever las posibilidades de conflicto general y ruptura de cualquier posibilidad de grupo. Se aconseja una constante labor de despersonalizar los conflictos. Por el contrario, una paz excesiva desembocaría en el silencio.

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