El Grito de Edvard Munch: Contexto Histórico, Filosófico y Artístico del Expresionismo

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El Grito de Edvard Munch: Contexto Histórico, Filosófico y Artístico

La icónica obra El Grito fue pintada por el artista noruego Edvard Munch en París en 1893. Munch desarrolló su prolífica obra a caballo entre los siglos XIX y XX, consolidándose como una figura clave dentro del movimiento del Expresionismo.

Influencias Filosóficas: El Existencialismo

Durante este período, surgieron con fuerza las filosofías existenciales, que ejercieron una profunda influencia en el pintor. Pensadores como Søren Kierkegaard, Friedrich Nietzsche y Arthur Schopenhauer sentaron las bases de esta corriente de pensamiento. El existencialismo, al no encontrar respuestas convincentes a los principales interrogantes de la existencia humana, provoca una profunda angustia vital y un desasosiego inherente ante la imposibilidad de explicarla de manera racional. Esta ausencia de respuestas claras origina una filosofía marcadamente pesimista.

El Grito plasma de manera magistral esta angustia existencial del ser humano y, por tanto, recoge la profunda influencia de estas corrientes filosóficas.

Contexto Artístico: El Auge de las Vanguardias

A comienzos del siglo XX, el arte experimentó cambios muy profundos y rápidos, desembocando en el surgimiento de las vanguardias artísticas. Edvard Munch se sitúa en el inicio de este proceso como uno de los principales representantes del Expresionismo.

El positivismo del siglo XIX había elaborado el mito del progreso y la confianza ilimitada en la técnica; sin embargo, la crisis de las primeras décadas del siglo XX desmoronó la utopía del progreso sin límites y abrió el camino a la crítica del sistema, la protesta y la desconfianza. Así, el positivismo dio paso al subjetivismo, a la expresión de las angustias y dudas surgidas ante la existencia.

Características del Estilo Expresionista

En cuanto al estilo, cabe destacar que las obras expresionistas pretenden reflejar la miseria y el terror humanos. Existe la voluntad de plasmar en el lienzo lo más profundo del alma humana, deformando la realidad para potenciar al máximo la expresividad. De este modo, la deformación se convirtió en uno de los procedimientos básicos de esta corriente, siempre con la intención de potenciar los aspectos expresivos.

El Expresionismo fue una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva; es decir, anteponía esos sentimientos a las propias formas. El artista expresionista busca generar un impacto fundamentalmente emotivo en el espectador a través de sus obras. Lo importante en este movimiento es la expresión de la forma y el sentimiento del autor.

Técnicas y Elementos Visuales del Expresionismo:

  • La pintura se concibe como un medio de desahogo y de ver la vida desde otro punto de vista.
  • Utilización de colores fuertes y puros.
  • Distorsión de las formas, retorciéndolas, y representación de rostros desfigurados y tristes.
  • Transmisión del ritmo de los sentimientos a través de las líneas.
  • Composiciones agresivas.
  • Alteración intencionada de la luz y la perspectiva.

El fin último es potenciar el impacto emocional del espectador, distorsionando y exagerando los temas. Los expresionistas representan las emociones sin preocuparse por la realidad externa, sino por la naturaleza interna y las impresiones que pueden despertar en el observador.

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