El Greco: Vida y Obra del Maestro del Manierismo en España
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Vida y Obra de El Greco: Un Legado Inmortal en la Pintura Española
La pintura de El Greco, con sus características figuras alargadas, posee un sello inconfundible que continúa cautivando tanto al público como a los expertos. Su formación artística comenzó en Creta, en talleres dedicados a la creación de iconos religiosos sobre fondos dorados, siguiendo la tradición bizantina.
Primeros Años y Formación en Italia (Venecia y Roma)
A los 27 años, El Greco se traslada a Venecia, donde queda profundamente impresionado por el vibrante colorido de Tiziano y las elegantes figuras alargadas de Tintoretto. Su estancia en Italia se completa con un período en Roma, donde asimila el depurado dibujo de Miguel Ángel. Estas dos influencias, el color veneciano y el diseño romano, marcarán de manera significativa su obra posterior.
Llegada a España y Primeros Encargos
El Greco llega a España con el objetivo de participar en la decoración del Monasterio de El Escorial. El historiador Lafuente Ferrari propuso la hipótesis de que su carta de presentación para trabajar en el monasterio fue el lienzo Alegoría de la Santa Liga, que conmemora la victoria sobre los turcos en la batalla de Lepanto.
Mientras espera la respuesta de Felipe II, El Greco se establece en Toledo y recibe el encargo de pintar los retablos de Santo Domingo el Antiguo. En 1557, el Cabildo de la Catedral le encarga El expolio de Cristo, su primera obra en la ciudad castellana. Esta obra marca una ruptura con la escuela pictórica local debido a su innovador uso del dibujo y del color.
El Encargo de El Escorial y la Contrarreforma
Felipe II le encarga un cuadro para El Escorial: El Martirio de San Mauricio y la legión tebana. El Greco se dedica con esmero a este proyecto, consciente de que su futuro depende de él. Sin embargo, a pesar de tardar dos años en completarlo, el cuadro no fue del agrado del rey. El Greco, en lugar de destacar la decapitación del santo, se centra en los momentos previos, en la discusión que precede a la decisión de los cristianos de no adorar a los ídolos paganos. El rey y sus consejeros consideraron que esta representación no fomentaría el fervor religioso, a pesar de la elegancia de las figuras y la brillantez del colorido. El Greco había transgredido la regla fundamental de la estética de la Contrarreforma al priorizar los aspectos artísticos sobre los religiosos.
Consolidación en Toledo y Obra Maestra
En 1582, El Greco establece definitivamente su residencia en Toledo. Poco después, crea la que se considera la obra maestra de la pintura española del siglo XVI: El Entierro del Conde de Orgaz. A partir de este momento, El Greco alcanza un gran prestigio, iniciando una nueva etapa en su trayectoria artística.
Vida Personal y Últimos Años
Su situación económica mejora, y mantiene una relación estable con doña Jerónima de la Cueva, a quien retrata en La Dama del armiño. De esta unión nace su único hijo, Jorge Manuel, quien se convertirá en su mejor discípulo.