Grecia Arcaica: El Periodo Geométrico, la Transformación del Oikos y el Surgimiento de la Polis
Periodo Geométrico (900-700/675 a.C.): Inicios de la Grecia Arcaica
La historia de la Grecia arcaica (siglos VIII-VI a.C.) es la suma de las historias de unas 1000 poleis, entidades independientes pero afines entre ellas. El Periodo Geométrico, además de ser un estilo cerámico distintivo, es fundamentalmente el periodo de formación de estas entidades políticas y sociales. A pesar de la migración hacia el este, en el siglo VIII a.C. el incremento demográfico fue notable, lo que condicionó la emergencia de nuevas organizaciones políticas. Solo observando un mapa de los yacimientos conocidos se puede apreciar el significativo aumento de asentamientos del X-IX al VIII a.C., evidenciando esta expansión.
El Oikos y el Surgimiento del Individuo
Un cambio social profundo se observa en los patrones de enterramiento: mientras que en los cementerios del Protogeométrico los entierros eran de grupos de 8-9 individuos, en el Geométrico esta cifra se reduce a 3-4. Este dato sugiere la ruptura de los lazos clánicos y el nuevo peso de las familias nucleares agrarias, una transformación social fundamental y básica para toda la historia griega posterior.
En este contexto, aparece el individuo como protagonista: el hombre agrario que lidera un oikos (unidad familiar y económica) con pocos hijos y acceso a tierras aptas para el cultivo de cereal. Este oikos se convertirá en una célula productiva y social esencial, de la que derivarán palabras clave como oikistés (el que dirige una expedición colonial, fundador de nuevos oikoi) u oikonomía (tratado de administración familiar).
En un mundo predominantemente rural, los oikoi buscan la autosuficiencia y la autarquía, siendo el único referente conocido de organización. Se establece así una dialéctica de colaboración y competencia entre oikoi. La colaboración dará frutos como una mejor organización comunitaria o una defensa común, embrión de un estado incipiente, pero también generará un difícil equilibrio de relaciones. La competencia, por otro lado, será un principio fundamental de desigualdad social.
El Oikos y la Aristocracia Emergente
La competencia es especialmente visible en un grupo de hombres que lidera el camino hacia la creación de la polis: los aristoi (los mejores). Estos eran cabezas de familia con un poder económico superior, gracias a la posesión de buenas tierras, aunque aún sin una gran acumulación de riquezas. Frente a ellos están los thetes, aquellos que trabajan a sueldo, miembros de familias con tierras marginales y sin linaje conocido, a diferencia de los aristoi.
La competencia es crucial entre los propios aristoi. Los templos, concebidos como las casas de los dioses, acogerán a su alrededor escenificaciones como pruebas atléticas. Este se convierte en un terreno ideal para que la aristocracia viaje, compita y mejore, ganando fama y recuerdo no solo local. Esto marcará el nacimiento de juegos panhelénicos como los Ístmicos y los Olímpicos.
Olimpia, que había sido un yacimiento micénico, acogió desde el 776 a.C. la primera competición atlética, un evento que se repetiría cada cuatro años en honor a Zeus. Los atletas no buscaban el bienestar físico, sino la gloria social de la victoria, un reflejo del espíritu competitivo aristocrático. A medida que se consolidaba esta nueva aristocracia, también surgía un ambiente literario que, con el tiempo, nos llevaría a la dialéctica y la filosofía.