Grecia Antigua: Un Viaje por su Historia, Polis y Legado Cultural
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Grecia Antigua: Geografía y Características Fundamentales
La civilización griega se desarrolló en el sur de la península balcánica, las islas de los mares Egeo y Jónico, y en la costa de Asia Menor. El territorio, conocido como Hélade, se caracterizaba por dos rasgos físicos principales:
- Proximidad al mar: Este factor fue crucial para la importancia del comercio marítimo y los viajes, facilitando la interacción y expansión cultural.
- Carácter montañoso: Su relieve montañoso dificultó las comunicaciones internas y la agricultura, pero, paradójicamente, favoreció su organización en polis o ciudades-estado independientes.
Los Helenos y su Tiempo: Unidad Cultural en la Diversidad Política
A pesar de no formar nunca un Estado unificado, los habitantes de la Hélade se autodenominaban helenos y compartían un mismo espacio geográfico, una cultura común, la misma lengua y religión.
La antigua civilización griega se desarrolló aproximadamente entre los siglos VIII y I a.C. Su historia se divide tradicionalmente en tres grandes períodos:
- La Época Arcaica
- La Época Clásica
- La Época Helenística
La Época Arcaica (800-500 a.C.): El Surgimiento de las Polis y las Colonizaciones
Este período se caracterizó por el desarrollo de las polis y la expansión de las colonizaciones.
Las Polis Griegas
Las polis eran ciudades-estado independientes, formadas por un núcleo urbano y las tierras de labor, bosques y pastos que lo rodeaban. Cada una poseía su propio sistema de gobierno, leyes, ejército y moneda. Además, eran autosuficientes económicamente. Existieron más de 200 polis, aunque las más célebres fueron Atenas (conocida por su democracia), situada en el valle del Ática, y Esparta (caracterizada por su oligarquía), localizada en la región de Laconia.
Las Colonizaciones Griegas
Las colonizaciones fueron migraciones de griegos que establecieron asentamientos en las costas de los mares Negro y Mediterráneo.
Causas de las Colonizaciones
Las principales causas fueron el aumento de la población y el desigual reparto de tierras, concentradas en manos de grandes propietarios.
Consecuencias de las Colonizaciones
Entre las consecuencias destacaron la extensión de la influencia griega, la difusión del uso del hierro, la moneda, el alfabeto y el arte griego por todo el Occidente.
La Época Clásica (500-336 a.C.): Esplendor y Conflictos de las Polis
Este fue el período de mayor esplendor de las polis, especialmente Atenas y Esparta, a pesar de las frecuentes guerras.
Las Guerras Médicas y la Hegemonía de Atenas
A principios del siglo V a.C., el Imperio Persa intentó conquistar la Grecia continental. Este hecho provocó el enfrentamiento entre griegos y persas, conocido como las Guerras Médicas (490-480 a.C.).
La mayoría de las polis se unieron contra los persas, y el ejército y la flota de Atenas fueron decisivos para vencer en batallas clave como las de Maratón (490 a.C.) y Salamina (480 a.C.).
Atenas: La Polis Hegemónica
Atenas se consolidó como la polis más poderosa bajo el gobierno de Pericles (siglo V a.C.).
La Liga de Delos
Se formó la Liga de Delos, una alianza de polis liderada por Atenas, con el objetivo de prevenir futuros ataques persas.
La Guerra del Peloponeso y la Hegemonía Espartana
El conflicto entre Atenas y Esparta culminó en la Guerra del Peloponeso (431-404 a.C.). Esparta logró la victoria e impuso su hegemonía.
Consecuencias de la Guerra del Peloponeso
Las consecuencias fueron el debilitamiento generalizado de las polis, lo que permitió que en el siglo IV a.C. Filipo II de Macedonia impusiera su dominio sobre Grecia.
La Época Helenística (338-30 a.C.): El Imperio de Alejandro Magno y sus Sucesores
Alejandro Magno (356-323 a.C.), hijo de Filipo II, continuó la expansión territorial iniciada por su padre. En solo diez años, con un ejército que llegó a sumar 400.000 hombres, conquistó el Imperio Persa y formó un vasto imperio que se extendía desde el mar Egeo hasta la frontera de la India.
Tras la muerte de Alejandro, sus generales (los Diádocos) se repartieron el imperio y crearon las monarquías helenísticas. Estos reyes ejercieron un poder absoluto, impulsaron el desarrollo de la industria y el comercio, fundaron numerosas ciudades (como Alejandría y Antioquía) y favorecieron el asentamiento de ciudadanos griegos en sus territorios. Finalmente, las monarquías helenísticas fueron conquistadas por Roma.