Grandes pintores del Renacimiento

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Giotto (siglos XIII y XIV)

Fue un pintor florentino quien, acompañado de los humanistas, forjó una pintura que reflejaba la vida de los seres humanos en escenas que parecían suceder ante los ojos del espectador. Creaban en las superficies planas ilusión de profundidad, que permitía mirar en perspectiva. Lo consiguieron sobre todo con la perspectiva lineal. También utilizaron el claroscuro, que dotaba a los elementos de volumen e imitaba con degradaciones de color la incidencia de la luz.

Fra Angelico (1400-1455)

El fraile dominicano Giovanni da Fiesole, conocido como Beato o Fra Angelico, continuó fiel a la tradición de la pintura religiosa gótica, que renovó incorporando el concepto moderno de la perspectiva. La orientación de su pintura era fundamentalmente religiosa y siempre coherente con los principios del humanismo cristiano. Quería acercar los temas de la religión a los fieles y hacerlos comprensibles a la razón humana y la sensibilidad moderna. No obstante, se mantuvo fiel a los esquemas compositivos tradicionales, las perspectivas con el horizonte alto y el uso de algunas convenciones.

Piero della Francesca (1420-1492)

Se formó en Florencia y trabajó en otras ciudades. Adoptó el sentido del espacio y volumen realizando perspectivas rigurosas con figuras monumentales y escultóricas que quedan perfectamente integradas en el entorno. Dotó a sus obras de un aire trascendente y sereno que infunde religiosidad, pero sin recurrir a antiguas convenciones, sino a través de la composición y el uso de la luz. Fue uno de los primeros artistas en Italia en utilizar la técnica al óleo. Recurría a discretos detalles para establecer una unidad de sentido en las escenas.

Jan van Eyck (1390-1441)

Fue el mejor maestro de la escuela gótica flamenca. Su pintura destaca por la belleza de sus colores, el brillo de los detalles y el aspecto sagrado. Representa con gran detalle los objetos más lejanos y próximos, los detalles dan a la realidad terrenal un sentido trascendental. En sus retratos se impone la personalidad gracias al fondo neutro, intensidad de la mirada y ausencia de sentimientos. Su mejor obra es el Matrimonio Arnolfini.

Rogier van der Weyden (1400-1464)

Recibió la influencia de Van Eyck, pero su actitud fue menos intelectual y su obra más expresiva y cercana. Le interesaban los sentimientos y la devoción popular y es un autor más tradicional. Pinta figuras con volumen y presencia escultórica que dan más espacio en el cuadro. Su mejor obra es el Descendimiento.

El Bosco (1450-1516)

Fue un pintor nacido en los actuales Países Bajos, autor de una obra excepcional tanto por la extraordinaria inventiva de sus figuraciones y los asuntos tratados como por su técnica. Adquirió fama en vida como inventor de figuras maravillosas y de imágenes llenas de fantasía. Puso su vena satírica al servicio de un discurso moral asentado en la doctrina tradicional de la Iglesia católica, con frecuentes alusiones al pecado, la transitoriedad de la vida y la locura del hombre que nos sigue el ejemplo de Cristo. Su mejor obra es El jardín de las delicias.



Giotto (siglos XIII y XIV)

Fue un pintor florentino quien, acompañado de los humanistas, forjó una pintura que reflejaba la vida de los seres humanos en escenas que parecían suceder ante los ojos del espectador. Creaban en las superficies planas ilusión de profundidad, que permitía mirar en perspectiva. Lo consiguieron sobre todo con la perspectiva lineal. También utilizaron el claroscuro, que dotaba a los elementos de volumen e imitaba con degradaciones de color la incidencia de la luz.

Fra Angelico (1400-1455)

El fraile dominicano Giovanni da Fiesole, conocido como Beato o Fra Angelico, continuó fiel a la tradición de la pintura religiosa gótica, que renovó incorporando el concepto moderno de la perspectiva. La orientación de su pintura era fundamentalmente religiosa y siempre coherente con los principios del humanismo cristiano. Quería acercar los temas de la religión a los fieles y hacerlos comprensibles a la razón humana y la sensibilidad moderna. No obstante, se mantuvo fiel a los esquemas compositivos tradicionales, las perspectivas con el horizonte alto y el uso de algunas convenciones.

Piero della Francesca (1420-1492)

Se formó en Florencia y trabajó en otras ciudades. Adoptó el sentido del espacio y volumen realizando perspectivas rigurosas con figuras monumentales y escultóricas que quedan perfectamente integradas en el entorno. Dotó a sus obras de un aire trascendente y sereno que infunde religiosidad, pero sin recurrir a antiguas convenciones, sino a través de la composición y el uso de la luz. Fue uno de los primeros artistas en Italia en utilizar la técnica al óleo. Recurría a discretos detalles para establecer una unidad de sentido en las escenas.

Jan van Eyck (1390-1441)

Fue el mejor maestro de la escuela gótica flamenca. Su pintura destaca por la belleza de sus colores, el brillo de los detalles y el aspecto sagrado. Representa con gran detalle los objetos más lejanos y próximos, los detalles dan a la realidad terrenal un sentido trascendental. En sus retratos se impone la personalidad gracias al fondo neutro, intensidad de la mirada y ausencia de sentimientos. Su mejor obra es el Matrimonio Arnolfini.

Rogier van der Weyden (1400-1464)

Recibió la influencia de Van Eyck, pero su actitud fue menos intelectual y su obra más expresiva y cercana. Le interesaban los sentimientos y la devoción popular y es un autor más tradicional. Pinta figuras con volumen y presencia escultórica que dan más espacio en el cuadro. Su mejor obra es el Descendimiento.

El Bosco (1450-1516)

Fue un pintor nacido en los actuales Países Bajos, autor de una obra excepcional tanto por la extraordinaria inventiva de sus figuraciones y los asuntos tratados como por su técnica. Adquirió fama en vida como inventor de figuras maravillosas y de imágenes llenas de fantasía. Puso su vena satírica al servicio de un discurso moral asentado en la doctrina tradicional de la Iglesia católica, con frecuentes alusiones al pecado, la transitoriedad de la vida y la locura del hombre que nos sigue el ejemplo de Cristo. Su mejor obra es El jardín de las delicias.

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