Grandes Obras del Renacimiento: Miguel Ángel, Rafael y El Greco
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La Cúpula de San Pedro del Vaticano
La cúpula se asienta sobre un tambor circular que presenta parejas de columnas gemelas, destacadas del plano muro. Sobre el tambor se eleva un segundo tambor, con decoración de guirnaldas y sobre este la cúpula, apuntada, de nervios destacados y vibrantes por los juegos de luz y sombra. Sobre la cúpula se eleva una linterna abierta a la luz, también entre pares de columnas. Todo ello dentro de un lenguaje manierista propio del autor de esta época.
La cúpula del Vaticano se convierte en un símbolo universal de enorme sencillez, tanto en el interior —llenando todo el espacio de luz, creando una concepción de ligereza— como en el exterior por su perfecta concepción volumétrica. En el conjunto del interior destaca la luminosidad y la unidad del espacio, que adquieren un sentido de monumentalidad no alcanzado hasta el momento. Al exterior, toda la fuerza expresiva de la labor escultórica de Miguel Ángel se expresa en plenitud, debido al juego de masas, tensiones y rupturas de corte materialista, de gran magnitud. Esta cúpula es muy importante porque es una expresión del arte del Cinquecento.
La Piedad
S. XVI, Miguel Ángel
Es una de las primeras obras que esculpió Miguel Ángel a principios del siglo XVI, cuando tenía alrededor de 20 años. Fue un encargo para una capilla funeraria y el mismo eligió el mármol sin vetas ni impurezas. En esta obra representa un tema medieval, pero la forma de interpretación es clásica. Esta obra, realizada en mármol de Carrara, es una escultura de bulto redondo, de más de dos metros de largo y de alto, esculpida siguiendo una composición piramidal.
La Virgen aparece joven y con rasgos serenos, en posición sedente, manteniendo la figura de Cristo ya muerto. Los rasgos de la Virgen nos hablan de la armonía entre los sentimientos y la inteligencia, presentando rasgos de una mujer adolescente y joven; por esto Miguel Ángel recibió críticas que justifica con que representaba la virginidad. En la parte superior, los paños se adaptan a la anatomía dejándola traslucir, otro rasgo propio del clasicismo que nos recuerda a la técnica de los paños mojados de la escultura griega. A partir de la cintura, los pliegues se multiplican, se ondulan, se hacen curvos y provocan efectos de claroscuro.
Cristo, ya muerto, aparece en diagonal dando una sensación de reposo e inestabilidad, acentuada por la mano de la Virgen que lo acoge, como para mostrar que no se desliza. La cara muestra a un Cristo joven y su cuerpo es un perfecto estudio anatómico (Miguel Ángel estudió numerosos cadáveres para conseguir la perfección de la escultura). La Piedad es la única obra firmada por Miguel Ángel, probablemente en un acto de ingenio y para demostrar su autoridad ante las incertidumbres que generaba, así como para destacar el nuevo concepto de artista intelectual del Renacimiento en lugar de artesano, que era el concepto característico de los escultores de la Edad Media. Además de la perfección en los gestos, rasgos, belleza y composición, es importante resaltar el mármol pulido que se ve sin imperfecciones. La Piedad es la primera obra clásica que reconoce a Miguel Ángel como uno de los grandes genios de la escultura en la historia, y esta se encuentra en una de las capillas del Vaticano.
El David
S. XVI, Miguel Ángel
Escultura realizada en mármol entre los años 1501 y 1504. Es una estructura política para rememorar el triunfo de la República sobre los Medici. Esta escultura representa a David antes de la lucha, concentrado, vigilante, mirando al enemigo por el lado izquierdo y calculando el momento y lugar en el que lanzará la piedra a Goliat. Presenta casi a un héroe por su anatomía y monumentalidad y a la vez un hombre que conseguirá la victoria, con la cabeza proporcionalmente más grande que el resto del cuerpo.
Contrapposto en brazos y piernas (oposición armónica de las distintas partes del cuerpo, especialmente cuando una de ellas se halla en tensión o movimiento y sus simetrías en reposo). Estudio anatómico perfecto, presentando un cuerpo entre un adolescente y un adulto.
Figura en reposo, pero la tensión manifestada en la representación de tendones, músculos, huesos… La cara representa la concentración y el pensamiento, manifestado en el entrecejo, ojos, cuello con la técnica del trepano, es decir, estrechas y profundas incisiones que producen claroscuros y volumen. La cabeza girada rompe la frontalidad, dando más volumen y supuso un reto para conseguir el volumen de la pieza con un bloque de mármol muy estrecho. No es un movimiento real, ya que la pierna está deslizada y no adelantada. Simboliza un héroe en el que domina la inteligencia.
La Escuela de Atenas
S. XVI, Rafael
Pintura al fresco en la estancia de la Signatura del Vaticano, encargo de Julio II (mecenazgo). Representa una serie de personajes sabios, filósofos y artistas que están en el interior de un grandioso edificio renacentista, que recuerda el proyecto de Bramante para San Pedro. En la arquitectura que se introduce en la obra observamos un espacio abovedado, con una bóveda de cañón decorada con casetones, y un vano central cubierto con una especie de cúpula que proporciona una luz homogénea. Los personajes están envueltos en la gran escalera, creando un espacio dinámico y envolvente por la postura y expresión de los personajes.
Las figuras humanas se representan en posiciones variadas, ascienden desde los lados hasta el centro donde se encuentran Platón y Aristóteles, contribuyendo a hacer viva la arquitectura. Numerosos personajes se representan en diversidad de posturas y expresiones, tratados con cierto realismo y naturalismo, aunque también con cierta idealización, ya que se presentan como si su única ocupación fuera el arte, la ciencia y el pensamiento. En el centro aparecen Platón y Aristóteles, vestidos con togas al estilo romano. Utiliza una perspectiva geométrica, con el punto de fuga situado en las cabezas de Platón y Aristóteles.
El tema de la obra hace referencia a la alegoría en la que se intenta representar la filosofía neoplatónica, que consiste en conciliar la cultura grecorromana y cristiana, haciendo que los temas paganos (griegos y romanos) tengan carácter moralizador y convivan con los cristianos. Además, se produce una fusión de la arquitectura, escultura y pintura, al tiempo que hay una reivindicación social del artista, ya que los personajes tienen rostros de artistas contemporáneos (Platón = Leonardo da Vinci).
El Entierro del Conde de Orgaz
S. XVI, El Greco
Óleo sobre lienzo realizado en la iglesia de Santo Tomé que narra el milagro sucedido en 1323 al morir el Conde de Orgaz y bajar San Esteban (izquierda) y San Agustín (derecha) a recoger su cuerpo. La obra se divide en dos zonas principales: la terrenal y la celestial.
En la terrenal aparece en el centro San Esteban y San Agustín (con barba) que sostienen el cuerpo del caballero revestido con armadura parcialmente dorada. Un friso de rostros de caballeros, clérigos y sacerdotes asisten a la escena (contemporáneos del Greco y vestidos al estilo del siglo XVI). Un ángel en escorzo toma el alma y la transporta hacia el mundo celestial.
La zona celestial está sobre unas nubes de gran movimiento e inestabilidad, que constituyen el soporte de los que residen en la gloria. El alma es recibida por Cristo; le acompañan cuerpos desmaterializados, la Virgen y San Juan Bautista. A la izquierda, David, Moisés, Noé y San Pedro (con las llaves); y a la derecha, Felipe. El Greco utiliza negro y tonos fríos en la parte inferior para resaltar el blanco de las ropas, las manos y las expresiones de los rostros: grises, amarillos, rojos y violetas. El estatismo predomina en la zona terrenal; sin embargo, en la zona celestial el movimiento (nubes) está presente. Colores venecianos, referencia al dibujo de Miguel Ángel y el alargamiento de las figuras típico del manierismo (y muy especialmente del Greco).