Grandes Maestros de la Pintura Barroca Española: Un Recorrido por el Siglo de Oro
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El Siglo de Oro de la Pintura Española: El Barroco
El periodo conocido como el Siglo de Oro es considerado la cúspide de la pintura española. Se caracteriza por una producción artística fundamentalmente religiosa, donde los pintores españoles adoptan el naturalismo barroco. La pintura religiosa barroca se distingue por su forma realista y concreta, cargada de profunda emoción. Las composiciones tienden a simplificarse, y los personajes se mueven en los cuadros como en la vida cotidiana, buscando una conexión más directa con el espectador. Una preocupación central es el manejo de la luz, y Velázquez, en particular, logrará desarrollar la innovadora perspectiva aérea.
Escuela Valenciana
Francisco Ribalta
Es el pintor tenebrista español que utiliza el naturalismo, colores oscuros y expresiones de éxtasis. Su obra Cristo abrazado a San Bernardo es un claro ejemplo de su estilo.
Jusepe de Ribera (El Españoleto)
Considerado uno de los grandes maestros del tenebrismo. Sus luces y sombras se distinguen de las de Ribalta, y además es un gran colorista, pues su sentido exaltado le lleva a ennegrecer aún más las sombras. La luz adquiere una importancia capital, produciendo un efecto dramático y de gran impacto visual. Es un dibujante de primer orden que se distingue por su maestría en la composición. Ribera es un naturalista extremado, sin detenerse ante la imperfección física del modelo. Es un pintor de santos y mártires; en los santos muestra la grandiosidad, y en los mártires le interesa el movimiento y la dramaticidad. Obras destacadas incluyen La mujer barbuda y La vieja usurera.
Escuela Sevillana
Francisco de Zurbarán
Posee dos características fundamentales: el claroscuro y el naturalismo. Se mantiene toda la vida dentro del tenebrismo, aunque sus luces son más trascendentales y claras. Siente un gran interés por pintar las cualidades de las cosas; es un admirable pintor de telas blancas, brocados y terciopelos, tratados con gran cuidado e intensidad. No siente ningún interés por el escorzo o el movimiento; le gustan las composiciones reposadas y tranquilas. Cultiva temas religiosos, pero sobre todo es conocido como el pintor de frailes. Estos cuadros religiosos los aborda con una expresión firme y gestos sobrios, en línea con sus composiciones serenas.
Alonso Cano
Estudia cuidadosamente la composición y es un excelente dibujante. Superior a Zurbarán en el arte de componer, en el dibujo y la perspectiva, aunque a menudo carece de la emoción de este. Inicia su carrera en el tenebrismo, pero al llegar a Madrid, aclara progresivamente su paleta. La perspectiva aérea no es una de sus preocupaciones principales.
Escuela Madrileña
Diego Velázquez
La trayectoria de Velázquez se puede dividir en tres etapas clave:
Etapa Sevillana (1599-1623)
En estos años, como pintor vanguardista, muestra un enorme interés por el naturalismo y el tenebrismo, utilizando una gama cromática sobria. Pinta cuadros de tipo religioso y bodegones.
Pintor de la Corte (desde 1623)
Realiza retratos a Felipe IV; el monarca queda complacido y Velázquez es nombrado pintor de cámara, puesto del que ya no saldrá de la corte. Tendrá ocasión de investigar y, poco a poco, irá dejando atrás el tenebrismo.
Viajes a Italia y Madurez (1629-1649 y posteriores)
Durante su primer viaje a Italia (1629-1631), va aclarando su paleta a base de utilizar colores plateados. Obras como La túnica de José muestran cómo da espacio a la luz. Su experiencia va madurando y para el Salón del Reino pinta algunos retratos. Su Cristo crucificado contrasta equilibrio y serenidad. Sus pinceladas se hacen cada vez más ligeras y libres, y a veces parecen casi impresionistas. Las obras cumbre de su perspectiva aérea son Las Meninas y La Venus del espejo.
Velázquez es un pintor poco fecundo; a menudo deja los cuadros sin terminar y utiliza una paleta de colores sobria en el lienzo. Pinta las cosas observándolas de lejos, sin ocuparse directamente del espectador. Quiere ser realista y no pinta nada que no esté en el objetivo cotidiano; pinta solo lo estrictamente necesario con menos pinceladas. Renuncia a la belleza idealizada impuesta en el Renacimiento, así como a los temas religiosos y mitológicos; cuando los aborda, siempre los encierra en la realidad. Crea un arte totalmente distinto al tradicional. Llama la atención el sosiego en sus obras, aunque también pinta figuras en movimiento. Velázquez capta las figuras en un instante preciso.
Bartolomé Esteban Murillo
Cultivador preeminente del género religioso. Interpreta sus temas con un colorido deslumbrante. Sus composiciones son a menudo celestiales, con nubes pobladas de ángeles; su obra trata de despertar el amor divino a través de escenas humanas sentimentales y tiernas. Es el pintor por excelencia de los niños y las Inmaculadas. Entre sus obras más conocidas destaca El Buen Pastor.
Juan de Valdés Leal
Su modo de pintar está muy lejos de la belleza idealizada y del sentido de la medida. Se complace con lo macabro y lo repugnante, explorando temas de vanitas y la fugacidad de la vida.