Grandes Corrientes de la Metafísica Contemporánea: Idealismo, Marxismo y Vitalismo Nietzscheano

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La Metafísica Contemporánea: Corrientes Clave del Siglo XIX y XX

En los siglos XIX y XX, la metafísica experimentó profundas transformaciones a través de diversas corrientes filosóficas, destacando el Idealismo Alemán, el Marxismo y el Existencialismo.

El Idealismo Alemán

Esta corriente, heredera del pensamiento kantiano, surge a raíz de un cuestionamiento fundamental de conceptos previos. Sus principales representantes fueron Fichte, Schelling y Hegel. A diferencia de Kant, estos filósofos consideraron que el noúmeno era un concepto erróneo e injustificado, que debía ser suprimido. Sin él, toda realidad se concibe como una construcción del sujeto, y nada queda fuera de su alcance. Para los idealistas alemanes, la realidad es, en esencia, un producto del espíritu humano.

El Marxismo

El Marxismo sostiene una concepción materialista de la realidad, afirmando que la naturaleza es lo único real. Se trata de una realidad dialéctica, donde la materia dinámica se transforma a partir de elementos contradictorios. Esta perspectiva se opone directamente al Idealismo hegeliano; Marx invierte la dialéctica de Hegel al sustituir el espíritu por la materia. Por tanto, toda realidad debe ser estudiada en términos dialécticos. Para comprenderlo, es fundamental conocer los siguientes conceptos básicos:

  • Relaciones de producción: Para transformar la naturaleza, los seres humanos necesitan establecer relaciones de propiedad o laborales.
  • Fuerzas productivas: Son todos los elementos que actúan en el proceso de producción: las personas que lo producen (fuerza de trabajo) y los medios de producción.
  • Modo de producción: Es el conjunto de las relaciones de producción y las fuerzas productivas en un momento histórico determinado. La infraestructura económica de una sociedad determina su superestructura, un conjunto de concepciones materializadas en organizaciones e instituciones. Esto constituye una formación social.

La Lucha de Clases

La historia, según el Marxismo, avanza de una manera dialéctica. Un modo de producción, es decir, la estructura económica de una sociedad, genera su propia oposición debido a las contradicciones inherentes entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Llegará un momento en que estas relaciones se convertirán en un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas. Este proceso se describe como tesis y antítesis, y de la tensión entre ambas surge un nuevo modo de producción, la síntesis. Esta contradicción se manifiesta en una lucha entre dos clases sociales, la cual se convierte en el motor de la historia. La clase dominante utiliza la superestructura para mantener su dominio; su ideología se extiende por la sociedad, promoviendo una visión deformada de la realidad.

El Vitalismo de Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche es un filósofo vitalista, quien considera que la vida tiene sentido en sí misma. Todas sus obras pueden interpretarse como un acto de defensa de la vida. En el ámbito de la filosofía, Nietzsche critica la cultura occidental por ser dogmática, decadente y enferma, donde la racionalidad se impone sobre el instinto y la vida. Occidente, según él, se basa en una ficción que Nietzsche se propone desenmascarar.

Crítica a la Metafísica

Según Nietzsche, la historia de la filosofía es errónea, y este error comienza con Sócrates, con el predominio del pensamiento lógico y racional, afianzándose con Platón, quien infravalora el mundo sensible y crea uno suprasensible. Nietzsche ve el mundo más allá del sensible como una negación de la vida; la apariencia es para él lo único que existe, por lo que los conceptos metafísicos nos alejan de la auténtica realidad.

Si Platón ha situado la realidad en un más allá suprasensible e ilusorio, y ha considerado el mundo aparente como una copia sombría, el cristianismo (según Nietzsche) es un "platonismo para el pueblo". Justifica el sufrimiento y la muerte como consecuencia de una culpa, y convierte en pecado los sentidos, los instintos y el cuerpo. La salvación, según esta visión, consiste en la renuncia a la vida, convirtiendo en valores los sentimientos propios del rebaño, como la obediencia, el sacrificio o la humildad.

El sentido de la vida se sitúa en un más allá donde, supuestamente, encontramos la vida verdadera. La razón, el progreso y la historia han ocupado el lugar de Dios cuando el hombre empieza a liberarse de la religión. Sin embargo, la necesidad de encontrar un sentido a la existencia es propia del hombre.

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