Grandes Corrientes Filosóficas del Siglo XX: Conciencia, Lógica y Existencia

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Fenomenología: La Búsqueda de la Conciencia Pura

La filosofía del siglo XIX se planteó el método que debían seguir las ciencias del hombre o del espíritu, en contraste con el método de las ciencias naturales, que habían limitado el campo del conocimiento al despreciar lo genuino del espíritu y la conciencia por no ser observable. La fenomenología, en este contexto, pretendió fundar una ciencia de la conciencia y de lo subjetivo, buscando reconciliar el saber y la vida.

Para ello, trató de reencontrarse con el "yo" de la vivencia pura, anterior a toda objetivación, lo que permitiría recobrar el mundo de la vida tal y como se presenta a la conciencia: el fenómeno. El lema de Edmund Husserl, matemático y lógico, “¡A las cosas mismas!”, pretendía alcanzar el corazón de lo real tal como se le presenta a la conciencia, es decir, la esencia de las cosas, que es el sentido que lo vivido tiene para la conciencia, separando y superando la distinción entre objeto y sujeto.

Este enfoque requirió un método nuevo que pusiera en suspenso todo prejuicio para adoptar una contemplación pura, casi con los ojos de un niño, con el fin de describir la esencia del fenómeno. Este método influyó significativamente en la psiquiatría, la psicología y la corriente del existencialismo.

Positivismo Lógico: Ciencia y Verificación

El positivismo lógico se originó a partir de las ideas de Auguste Comte y sostiene la premisa de que solo la ciencia aporta conocimiento. Se distinguen dos focos principales:

  • El primero se encontró en Inglaterra, en las universidades de Oxford y Cambridge, donde se estudió el lenguaje perfecto para evitar malentendidos y los usos o la pragmática del lenguaje (speech acts). En este foco, destacamos a Bertrand Russell. A partir de 1929, este enfoque sería conocido como 'filosofía analítica'.
  • El segundo foco se desarrolló en Viena en 1922, donde el profesor Moritz Schlick reunió a una serie de científicos y profesores para discutir las tesis del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein. De este modo, surgió el Círculo de Viena, que se disolvió con la invasión del nazismo.

Para los miembros del Círculo de Viena, toda hipótesis sería considerada ley científica si era verificable mediante una observación o un experimento. Solo la ciencia natural poseía sentido, y la filosofía solo debía verificar una teoría. Karl Popper, sin embargo, señalaría el principio de falsabilidad, según el cual toda hipótesis es científica si es falsable, es decir, si puede demostrarse su falsedad.

Existencialismo: Libertad, Angustia y Compromiso

El existencialismo es un amplio movimiento cultural que surgió en una época de profunda crisis, marcada por las guerras mundiales, la despersonalización, el avance tecnológico, la 'muerte de Dios' y el nihilismo. En este contexto, la existencia se percibe como carente de sentido, como absurda.

Un precursor clave fue el danés Søren Kierkegaard, quien influyó en Miguel de Unamuno. Sin embargo, ya en el siglo XX, destacan figuras como Martin Heidegger en Alemania y Jean-Paul Sartre en Francia.

Todos ellos parten de la premisa de que la existencia precede a la esencia: no somos otra cosa que lo que hacemos, que lo que vivimos. El Ser es siempre 'Ser-en-el-mundo' (Dasein o 'Ser-ahí'). Esta concepción provoca sentimientos de angustia, náusea, miedo a la libertad y vértigo ante el vacío y, según Heidegger, nos lleva a caer en una existencia inauténtica, conformándonos con la rutina o la repetición gregaria.

Para Sartre, el ser humano está condenado a ser libre, y esa libertad le exige un compromiso ético con el mundo, consigo mismo y con los demás.

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