Goya: Un Viaje por la Evolución de su Obra Maestra
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Goya: La Obra y la Evolución de un Genio
La obra y la evolución del pintor Francisco de Goya y Lucientes van unidas a la trayectoria de la sociedad española de su tiempo. No se le puede enmarcar en ningún periodo ni estilo definido, por ser un gran genio que no siguió las corrientes artísticas de su época. Le tocó vivir un período de profunda transformación en el arte, pues fue testigo de los últimos años del Barroco y del Rococó, el Academicismo, el Neoclasicismo e incluso el Romanticismo. Cronológicamente, se le sitúa en el periodo neoclásico.
Su pincelada es suelta, vigorosa y relega el dibujo a un lugar secundario. A esto se une su técnica innovadora, al utilizar indistintamente los pinceles, los dedos, la espátula o brochas. Goya nos ha dejado una obra ingente (óleos, grabados, cartones para tapices…), cuyo estilo varía notablemente a lo largo del tiempo. Su paleta de colores, claros y brillantes en un principio, se irá oscureciendo progresivamente hasta llegar a las sombrías Pinturas Negras.
Etapas Estilísticas en la Obra de Goya
Periodo de Formación (Zaragoza y Madrid, hasta 1790)
Nacido en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746, Goya entró a los catorce años en el taller de José Luzán, donde comenzó a copiar cuadros de otros autores. En esta etapa inicial, empezó realizando pinturas de cartones para tapices, que simultaneaba con retratos de la nobleza. En 1774, fue nombrado pintor de la corte junto a su cuñado, primero de Carlos III y después de Carlos IV, monarcas a los que retrató con frecuencia.
Impacto de la Sordera y Madurez Artística (1790-1800)
Tras una grave enfermedad que lo dejó sordo entre 1792 y 1793, Goya experimentó un cambio profundo. Esta condición contribuyó a aislarle y a favorecer la creación de un mundo propio, repleto de pesadillas y miedos, que se reflejaría en su obra. Entre 1792 y 1799, realizó la innovadora serie de grabados de Los Caprichos. Tras ellos, se inició un momento esplendoroso para el artista, en el que pintó los frescos de San Antonio de la Florida, el célebre retrato de La familia de Carlos IV y las icónicas Maja desnuda y Maja vestida.
Guerra de Independencia y Últimos Años (1808 en adelante)
En 1808, Goya sufrió un nuevo impacto en su estilo con los sucesos de la Guerra de Independencia contra los franceses. De este momento son los impactantes cuadros de El 2 de Mayo (o La Carga de los Mamelucos) y El 3 de Mayo (o Los Fusilamientos del 3 de Mayo), así como las series de grabados Los Desastres de la Guerra y La Tauromaquia. Los últimos años de su vida los pasó solo y enfermo en La Quinta del Sordo, donde creó las enigmáticas Pinturas Negras.
Exilio en Francia (1823)
En 1823, Goya fue perseguido y tachado de “afrancesado”, por lo que decidió abandonar España e instalarse en Burdeos, Francia. Allí, en sus últimos años, pintó obras como la luminosa La lechera de Burdeos.
Temas y Obras Destacadas en la Trayectoria de Goya
Los Cartones para Tapices: Reflejo de la Sociedad del Siglo XVIII
Uno de los primeros y más importantes encargos que recibió Goya en su carrera fueron los cartones para que con ellos se tejieran tapices en la Real Fábrica de Santa Bárbara. Sus protagonistas son majas, niños y vendedores ambulantes, que bailan y se divierten, reflejando la vida cotidiana y las costumbres de la época. Ejemplos notables incluyen:
- Merienda a la orilla del Manzanares
- La Vendimia
- La Nevada
En estas obras, encontramos a un Goya colorista y luminoso, fiel reflejo del optimismo vital. Algunos cartones tienen un cierto matiz social, como El albañil herido o El cacharrero, mientras que otros reflejan la moda de lo popular, como La gallina ciega o El quitasol.
Retratos de la Nobleza y Realeza: El Cronista de su Época
En esta misma época, Goya pintó numerosos retratos de la nobleza y la realeza, que le dieron gran fama como artista. Entre ellos destacan:
- El Conde de Floridablanca
- Carlos III cazador
En 1786, Goya ya era pintor del rey y gozaba de un reconocimiento consolidado.
Maestro del Grabado: Crítica Social y Visión Interior
Con el tiempo, Goya se convertiría en un maestro insuperable del grabado, utilizando esta técnica para expresar su visión crítica de la sociedad y sus propias inquietudes. Sus series más famosas son:
- Los Caprichos (1799): Sátira de vicios y supersticiones.
- Los Desastres de la Guerra (1810-1815): Crónica brutal de los horrores bélicos.
- La Tauromaquia (1816): Representación de la fiesta de los toros.
- Los Disparates (o Proverbios, 1815-1823): Obras enigmáticas y de difícil interpretación.
Obras Emblemáticas de Madurez: La Profundidad del Alma Humana
Entre 1796 y 1797, realizó obras tan significativas como La maja desnuda y La maja vestida. Hacia 1800, pintó retratos de gran profundidad psicológica como La condesa de Chinchón y la ya mencionada La familia de Carlos IV, donde capta la esencia de sus personajes con una maestría inigualable.