Goya Retratista: Realismo y Psicología en la Corte Española

Enviado por Chuletator online y clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 3,64 KB

En su obra, Goya describe una escena familiar y aburguesada alejada de los retratos oficiales y en la que incluye ya un autorretrato, cuestión que repetirá en otras obras a imitación de Velázquez en Las Meninas. Famoso es también el retrato que realiza de Manuel Godoy, valido de Carlos IV en 1801. En él se percibe lo crítico que puede llegar a ser Goya. Godoy aparece con el bastón de mando entre las piernas en alusión directa a los idilios del personaje con la reina, cuestión por la que obtiene, desde el punto de vista del pintor, y no de pocos historiadores, su poder político.

Con la subida al trono de Carlos IV, Goya es nombrado “pintor de cámara del rey”, lo que le dará la oportunidad de representar a toda la realeza. Su obra más famosa en este momento es, sin duda, La familia de Carlos IV, un retrato de grupo en el que Goya muestra una gran audacia al presentarnos al rey y a toda su familia despojados de cualquier idealización y sin ninguna concesión adulatoria. En esta obra, Goya vuelve a mostrar su fascinación por Velázquez al autorretratarse en la escena como el maestro del siglo XVII lo hizo en sus Meninas.

Retratos Femeninos

Los retratos femeninos también constituyeron para Goya un particular atractivo. En su primera etapa vio la gracia femenina con una finura típicamente dieciochesca y algunos de sus retratos parecen figuras salidas de los cartones de sus tapices, como los de la duquesa de Alba o Tadea Arias. El de la Condesa de Chinchón es una de sus obras maestras y el de doña Antonia de Zárate, de grandes ojos negros melancólicos, demuestra cómo sabe penetrar en el alma del modelo. Sin embargo, alejándose de esta línea, será destacable su cuadro de la Maja desnuda, en la que la figura femenina desnuda aparece por primera vez sin ningún tipo de referencias mitológicas, sin añadir a la obra más lectura que la de un retrato de la duquesa de Alba y que claramente está inspirada en la Venus del espejo de Velázquez.

Otros Retratos

Goya también destacó como retratista de niños, captando la inocencia, la mirada despierta y la vitalidad infantil, como se observa en el retrato de su nieto Mariano Goya con sombrero. Igualmente, continuará durante toda su trayectoria haciendo retratos de su familia y sus amigos, algunos de los cuales los realizó en sus últimos años de exilio en Burdeos. Destaca el óleo de su gran amigo Martín Zapater, de 1797, con quien se carteó toda la vida, y dibujos de su esposa e hijo, así como un autorretrato de 1820 en el que aparece, desaliñado y exhausto, en compañía del doctor Arrieta, quien le ayudó a recuperarse de una grave enfermedad.

Tras la Guerra de la Independencia, Goya es acusado de afrancesado, investigado por la Inquisición, sordo y angustiado decide, tras la magnífica realización de sus Pinturas Negras, marcharse a Burdeos donde morirá en 1828. Una de sus últimas obras como retratista fue La Lechera de Burdeos, en la que escoge un modelo popular para ejecutar un retrato femenino con una pincelada impresionista.

Conclusión

Tanto Velázquez como Goya fueron magníficos retratistas. Reflejaron perfectamente la psicología de sus personajes. También reflejaron a la perfección la sociedad de su tiempo, el paisaje que los rodeaba o la vida en la Corte. Sus obras se convierten en fuentes importantísimas para el estudio de su época y de la historia del momento.

Entradas relacionadas: