Geografía de la Vegetación en la Península Ibérica: Ecosistemas Atlánticos y Mediterráneos
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La Región Atlántica o Eurosiberiana: Clima, Vegetación y Actividad Humana
Factores Físicos y Humanos
La región atlántica o eurosiberiana, que abarca el norte de la Península Ibérica, se caracteriza por un clima oceánico con precipitaciones abundantes y temperaturas suaves. Esto favorece una vegetación densa, principalmente caducifolia, con especies como robles y hayas, que requieren alta humedad. El relieve, influenciado por la Cordillera Cantábrica, genera microclimas húmedos, y los suelos, ricos en materia orgánica y ácidos, son fértiles para estas especies. La acción humana, como la agrarización y la repoblación con pinos y eucaliptos, ha reducido la extensión de los bosques caducifolios y transformado los paisajes, aunque en los últimos años se buscan soluciones para restaurar estos ecosistemas.
Tipos de Especies y Características
La vegetación de la región eurosiberiana incluye el bosque caducifolio, la landa y el prado. El bosque caducifolio es denso, con robles y hayas, y un sotobosque de musgos y helechos. La landa, formada por matorrales como brezo y tojo, aparece en áreas degradadas por la actividad humana y se transforma en prados destinados al pastoreo. En zonas de clima oceánico de transición, el bosque marcescente, con especies como quejigos, es menos denso. En la montaña atlántica, se alternan bosques caducifolios, landas y prados en las cimas.
Aprovechamiento Económico de la Vegetación Eurosiberiana
La región es aprovechada principalmente para la silvicultura, con especies como el pino y el eucalipto, utilizadas en la producción de madera, papel y celulosa. Sin embargo, el cultivo de eucalipto ha generado preocupaciones por su impacto ambiental. Alternativas más sostenibles incluyen el roble y el haya, que se utilizan en la fabricación de muebles. Además, la ganadería extensiva, especialmente de vacuno, y la apicultura son importantes fuentes de ingresos, al igual que la recolección de frutos como setas y arándanos. El turismo rural, enfocado en el senderismo y la visita a parques naturales, también contribuye a la economía local. No obstante, el uso intensivo del suelo y la introducción de especies no autóctonas amenazan la biodiversidad, lo que exige un manejo sostenible.
La Región Mediterránea: Adaptaciones, Usos y Desafíos Ambientales
Factores Físicos y Humanos
La región mediterránea abarca la mayor parte de la Península Ibérica y las Baleares. Su clima mediterráneo, con escasas precipitaciones y sequías estivales, favorece especies adaptadas a la falta de agua, como la encina, el alcornoque y diversos pinos. El relieve influye en la distribución de especies según la altitud y la orientación, y los suelos varían desde los ácidos y poco fértiles en el oeste, hasta los fértiles suelos rojos y arcillosos en otras áreas. La posición geográfica asegura alta insolación y una gran influencia de distintos climas, como las borrascas mediterráneas y atlánticas. La actividad humana ha reducido los bosques autóctonos, transformando muchas áreas en dehesas o repoblándolas con pinos.
Tipos de Especies y Características
La vegetación mediterránea se adapta a la sequía estival y alta insolación, destacando el bosque perennifolio y el matorral mediterráneo. El bosque esclerófilo, compuesto principalmente por encinas y alcornoques, tiene árboles de mediana altura con adaptaciones xerófilas, como hojas pequeñas y raíces profundas. El matorral incluye formaciones como la maquia (densa y alta), la garriga (menos densa y baja) y la estepa (herbáceas y arbustos espinosos). En zonas de montaña, el bosque perennifolio se combina con maquia y garriga, y los prados aparecen en las cimas más altas.
Aprovechamiento Económico de la Región Mediterránea
La región mediterránea es un área clave para la agricultura, con suelos fértiles aptos para cultivos como el olivo, la vid y los cítricos. La producción de aceite de oliva, vino y almendras es fundamental, y el regadío intensivo en Levante convierte a España en un gran exportador de frutas y verduras. El turismo, especialmente en las costas y áreas naturales, es otro motor económico importante. La silvicultura, centrada en la explotación de encinas y alcornoques para madera, leña y corcho, y los pinares para la producción de papel, también es relevante. Además, la ganadería extensiva, como el pastoreo de cabras y ovejas, y la recolección de productos del bosque como piñones y setas complementan la economía local. Sin embargo, la sobreexplotación de recursos plantea desafíos ambientales, lo que ha impulsado medidas de conservación y prácticas sostenibles.