Geografía Agraria Española: Usos del Suelo y Cultivos Principales

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Usos y Aprovechamientos Agrarios en España

Por espacio agrario entendemos las áreas geográficas acondicionadas por el ser humano para la producción agrícola, ganadera o forestal. La superficie española, expresada en unidades de superficie agraria, es de 50,5 millones de hectáreas. La superficie de cultivo ocupa el 35%, los prados y pastizales el 14% y los terrenos forestales el 33%. En cuanto a lo que a tierras de cultivo se refiere, destacan los altísimos valores de Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia. Asturias y Cantabria se distinguen por sus prados, y Extremadura por sus pastizales.

Mapa de Usos del Suelo

Respecto a los grandes grupos de aprovechamientos, existe gran coincidencia entre los espacios forestales y las áreas de montaña. Ello es consecuencia del abandono de los usos agrarios tradicionales y de la repoblación forestal. Las praderas y pastizales ocupan las zonas de montaña menos accidentada y las grandes penillanuras del occidente peninsular. Su mayor desarrollo puede apreciarse sobre los suelos de la Iberia silícea. Son el asiento de la ganadería tradicional y adquieren gran importancia las dehesas.

Se distinguen tres grupos agrícolas principales:

  • Cuencas interiores a la Meseta (submesetas): con intenso uso agrario.
  • Depresiones exteriores: con gran actividad agrícola.
  • Litoral mediterráneo: con una intensa actividad y dominio de regadíos, cultivos forzados y subtropicales.

Los Cultivos en España

Los cultivos han sido la base y el fundamento de la actividad agraria y el principal elemento de valoración de la tierra. En los cultivos distinguiremos entre los de la España Atlántica y los de la España Mediterránea, y dentro de estos, entre los de secano y los de regadío. Los de mayor implantación son los integrantes de la denominada trilogía mediterránea. En esta se incluyen los cereales, el olivo y la vid. Hoy, en lo que a cultivos se refiere, la geografía agrícola española presenta unos caracteres nuevos, motivados por las transformaciones ocurridas en las últimas décadas.

Los cultivos más extendidos son los cereales; hoy ocupan menor superficie, pero la producción se ha multiplicado. Entre ellos destacan cultivos como el trigo y la cebada. El trigo alcanzó su máxima extensión en el apogeo de la sociedad rural y al amparo de los beneficios que le dispensaba la política proteccionista del periodo autárquico. Hoy ha perdido importancia. La cebada ha ocupado extensiones anteriores de trigo (piensos y cervezas). Mientras el centeno ha retrocedido, la avena ha avanzado. El arroz, desde la Albufera de Valencia, se ha extendido hasta el Delta del Ebro y las marismas del Guadalquivir. El maíz tiene su mayor área de expansión en la España Húmeda (Galicia).

Las hortalizas han pasado de los tradicionales enclaves de huerta a amplios espacios de cultivo. Los frutales se han beneficiado de la expansión del regadío y del acceso de las frutas a los mercados europeos. El grupo de frutales más destacado lo constituyen los cítricos, que ocupan desde Valencia las provincias litorales y occidentales de Andalucía.

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