Género y Lenguaje en Español: Normas y Usos Actuales
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Bloque 6: Gramática y Ortografía
1. Problemas de Género en el Español Actual
i. Palabras que Tradicionalmente no Tenían Femenino (o con Otras Acepciones)
Formación del femenino en profesiones, cargos, títulos o actividades humanas. Se pueden establecer las siguientes normas, atendiendo únicamente a criterios morfológicos:
- Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a: bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo.
- Los que acaban en -a funcionan en su inmensa mayoría como comunes: el/la atleta, el/la cineasta, el/la guía, el/la logopeda.
- Los que acaban en -e tienden a funcionar como comunes, en consonancia con los adjetivos con esta misma terminación, que suelen tener una única forma (afable, alegre, pobre, inmune, etc.): el/la conserje. Algunos tienen formas femeninas específicas a través de los sufijos -esa, -isa o -ina: alcalde/alcaldesa, conde/condesa, duque/duquesa, héroe/heroína. En unos pocos casos se han generado femeninos en -a, como en jefe/jefa, sastre/sastra, cacique/cacica. En algunos casos se han generalizado en el uso femeninos en -a, como clienta, dependienta o presidenta.
- Los pocos que terminan en -i o en -u funcionan también como comunes: el/la maniquí, el/la saltimbanqui, el/la gurú.
- Los que acaban en -l o -z tienden a funcionar como comunes: el/la cónsul, el/la corresponsal, el/la timonel, el/la capataz, el/la juez, el/la portavoz. No obstante, algunos de estos sustantivos han desarrollado con cierto éxito un femenino en -a, como es el caso de juez/jueza, aprendiz/aprendiza, concejal/concejala o bedel/bedela. la juez / la jueza (modelo el doctor / la doctora) / la juez; la médico / la médica / la médico; el ministro / la ministra / la ministro.
ii. El Género Común en Español
Sustantivos comunes en cuanto al género. Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a sustantivos tanto masculinos como femeninos: un padre/una madre feliz, un perro/una perra dócil, un sillón/una silla confortable.
el miembro / la miembra*
iii. Los/Las; L@s; Lxs
Uso del masculino en referencia a seres de ambos sexos. En los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical no solo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía. Consecuentemente, los nombres apelativos masculinos, cuando se emplean en plural, pueden incluir en su designación a seres de uno y otro sexo: Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión los alumnos podemos referirnos a un colectivo formado exclusivamente por alumnos varones, pero también a un colectivo mixto, formado por chicos y chicas.
Por otra parte, el afán por evitar esa supuesta discriminación lingüística, unido al deseo de mitigar la pesadez en la expresión provocada por tales repeticiones, ha suscitado la creación de soluciones artificiosas que contravienen las normas de la gramática: las y los ciudadanos o poner @ para referirse a los dos géneros.
iv. Lenguaje Sexista (o Xenófobo, Homófobo…)
Machismo en la lengua: connotación y significado en femeninos y masculinos zorro / zorra, perro / perra, coñazo / cojonudo.
2. Leísmo, Laísmo y Loísmo
Norma: (criterio etimológico: caso). Información sobre el caso, sobre su relación semántica con el predicado, su papel como argumentos (si son el beneficiario o afectado, C.I.; si son objeto, C.D.).
Leísmo de persona (aceptado por la RAE). Interesa distinguir persona de cosa (como en el complemento directo con a).
Laísmo de persona: (uso “impropio” para la RAE). Interesa la distinción de género en el dativo. “Carece de toda validez normativa para la RAE”, en su prólogo del “Esbozo” de 1973. Laísmo: Es el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino, en lugar de le(s), que es la forma a la que corresponde etimológicamente ejercer esa función.
Reflexión Crítica
En español, el problema es que en el pronombre de 3ª persona se distinguen persona y cosa unas veces sí y otras no; y femenino y masculino, igual. Es fácil pasar de la opción etimológica a cualquiera de las otras (aunque algunos lo perciban como incorrecto, con los pronombres mal puestos). La situación parece caótica. Pero no suele haber malentendidos: “nos entendemos con ellas o a pesar de ellas” (Garrido). No existe para los clíticos una solución perfecta; o se pierde la distinción de caso, o la de cosa, o la de género. Quizá por eso se mantienen opciones intermedias, y por eso comiten (desde hace siglos) (Garrido). Mantenimiento de opciones intermedias, y que compiten desde hace siglos.