Generación del 98 y su Influencia en la Literatura Española

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Generación del 98: Pesimismo y Renovación en la Literatura Española

La Generación del 98 está formada por un conjunto de escritores que nacieron en fechas cercanas, poseen una formación intelectual semejante y comparten su preocupación y pesimismo ante la decadencia de España y la angustia existencial. Los autores de la Generación del 98, también llamados noventayochistas, tienen en común muchos aspectos con los modernistas, entre ellos la rebeldía social y política y su afán por renovar la literatura apartándose del Realismo del siglo XIX.

Características de la Generación del 98

Sus características principales son las siguientes:

  1. Inquietudes existenciales y religiosas (el sentido de la vida, destino del hombre, el conflicto fe-razón, el paso del tiempo…).
  2. Preocupación social, reflejada en su interés por el llamado “problema de España”: en su visión de este tema atraviesan por dos etapas diferentes, una primera de mayor intención crítica e influjo regeneracionista, y otra posterior más elegíaca y centrada en Castilla como símbolo de España.
  3. Renovación de la novela, superando el modelo realista y naturalista: antirretoricismo, método impresionista, lenguaje sobrio y asequible...

La Novela a partir del 98

Los escritores del 98 y, en general, los novelistas posteriores rechazan el estilo y la ideología de la novela realista-naturalista del siglo XIX, y muestran su afán renovador.

A partir del 98 se abre camino para la novela experimental. Las dificultades de lectura de estas novelas las convierten en una literatura elitista, para las minorías.

En cuanto a las características de la novela a partir del 98 se destacan:

  1. Hilo argumental débil.
  2. El final de la novela suele ser abierto.
  3. Se combinan la 1ª y 3ª personas, y el monólogo interior.
  4. Se hace un retrato psíquico de los personajes de forma superficial. Por su parte, las descripciones físicas son subjetivas.
  5. Se usa un lenguaje literario.
  6. Predominio del subjetivismo, enfoque existencial y pesimismo ante la vida y la sociedad.

Autores de la Generación del 98

Los autores que pertenecen a dicha generación se detallan a continuación. Todos los miembros del grupo, excepto Antonio Machado, escriben novela.

Miguel de Unamuno

Cultivó diversos géneros literarios, aunque destacó en ensayo y novela. El problema de España y el sentido de la vida humana vertebran toda su obra. Para abordar estos temas usa tanto la razón como los sentimientos. Fue uno de los mayores renovadores de la novela de principios de siglo. Además, es el creador de “nivola”, género caracterizado por ser una novela con poca acción y descripción en la que adquieren importancia los diálogos y los monólogos, a través de los que el autor expresa sus conflictos existenciales. A este tipo de género pertenece su obra Niebla. Tiene otras obras destacadas como Abel Sánchez, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir.

Pío Baroja

Sus novelas son una mezcla entre el pesimismo existencial más radical y el vitalismo individualista de algunos de sus personajes. En sus novelas desarrolla generalmente un esquema de aprendizaje vital de los protagonistas. Su producción es muy extensa, repartida en trilogías. Entre sus obras cabe destacar: Zalacaín el aventurero, Camino de perfección, La busca y su obra más representativa: El árbol de la ciencia.

Concha Espina

Escritora y periodista coetánea de la Generación del 98. Comenzó publicando poesía desde muy joven, pero destacó sobre todo por su obra periodística y su narrativa. Su novela, alejada de preocupaciones sociales, está impregnada de lirismo y destacan los personajes femeninos del entorno rural. Obras: Altar Mayor, La luz de luzmela.

Azorín

Cultivó el género teatral y es autor de la trilogía formada por La voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo. La voluntad tiene un estilo minucioso, lento, casi impresionista. Sus novelas presentan un desarrollo fragmentado, con gran abundancia de descripciones y un cierto tono lírico; la trama argumental es mínima. El tema fundamental de su narrativa es la melancolía por el paso del tiempo.

Carmen Burgos

Periodista, escritora, traductora y activista de los derechos de la mujer. Su vinculación con la Generación del 98 es tanto cronológica como por su pensamiento regeneracionista. Entre sus novelas destaca Puñal de Claveles.

Valle-Inclán

Presenta también en el género narrativo la misma evolución de su obra dramática: una etapa de modernismo inicial (Sonatas), una fase de transición (El ciclo de la guerra carlista) y la definitiva etapa esperpéntica, con el ciclo de novelas de “El ruedo ibérico”, entre las que destaca Tirano Banderas. Luces de bohemia fue la obra con la que inaugura el teatro del esperpento. Este teatro fue creado por él para reflejar de forma crítica lo absurdo y miserable de la existencia humana.

La Edad de Plata y la Generación del 14

Después del Modernismo, la literatura española alcanzó tal calidad estética, que este período se conoce con el nombre de Edad de Plata y abarca desde 1914-1936. En la primera etapa se va a desarrollar un movimiento literario denominado Novecentismo o Generación del 14. Está formado por un grupo de intelectuales con una sólida preparación universitaria que se definen por el europeísmo y por la búsqueda de un arte puro. Fueron escritores y pensadores que quisieron superar el pesimismo de la Generación del 98, ofreciendo soluciones concretas para sacar a España de su crisis social y política.

Características del Novecentismo o Generación del 14

  1. Los autores abandonan la subjetividad y sustituyen los sentimientos y las emociones por las ideas. Sólo las élites intelectuales son capaces de comprender y compartir el placer estético que suscitan estas obras. Se trata, por lo tanto, de una literatura de minorías.
  2. Los novecentistas adoptan una postura serena, clasicista y antirromántica. Asimismo, ponen especial cuidado en la elaboración de sus obras y manifiestan preocupación por la forma.
  3. Los nuevos artistas no aspiran a reflejar la belleza externa sino a comprender la esencia y el significado profundo de las cosas.
  4. Acaban también con el pesimismo de los modernistas y muestran una actitud optimista, alegre, hacia un siglo XX que les trae la tecnología, el deporte…
  5. En poesía se suprime la rima a favor del verso libre, se desprecia la adjetivación colorista y ornamental, y adquieren mayor importancia los sustantivos y los verbos.
  6. Uso de un léxico culto. La figura retórica más usada es la metáfora.
  7. La novela se caracterizó por dos rasgos: el lirismo descriptivo y la presencia de pasajes ensayísticos. Se trata de obras en las que lo fundamental no es la acción sino la reflexión y la descripción de los personajes y de sus ambientes.

Autores de la Generación del 14

Entre los novelistas de la Generación del 14 destacaron Gabriel Miró (El libro de Sigüenza, El obispo leproso) en cuyas novelas prevalece la forma sobre el contenido y Ramón Pérez de Ayala (A.M.D.G., Belarmino y Apolonio), caracterizado por su intelectualismo y su estilo academicista.

Ramón Gómez de la Serna

Mención aparte merece el novelista y ensayista Ramón Gómez de la Serna, principal introductor de las vanguardias en España y creador de las greguerías, que el propio autor definía como una suma de humorismo y metáfora. Por ejemplo: “La q es la p que vuelve de paseo”. Por lo tanto, Greguería = Humorismo + Metáfora.

Las Vanguardias y la Rehumanización de la Literatura

En la década de los 20, en superposición con el Novecentismo, se produce la entrada y desarrollo de las vanguardias en España. Aunque su campo de expresión será preferentemente la poesía, existen ejemplos de narrativa vanguardista: Benjamín Jarnés, Ramón Gómez de la Serna, del que destacan las greguerías definidas como “el atrevimiento de definir lo indefinible” y como la “suma del humor y la metáfora”.

Finalmente, en los años 30 se produce, en todos los géneros literarios, una rehumanización de la literatura como respuesta a las circunstancias históricas. Se escribe entonces una novela comprometida, de carácter social e incluso abiertamente político, cuyos representantes más destacados son César Arconada, Joaquín Arderíus, Ramón J. Sender, Rosa Chacel y Francisco Ayala. Todos terminan su obra en el exilio.

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