Generación del 98: Explorando los Temas Centrales y la Renovación Estilística en la Literatura Española
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Temas Centrales de la Generación del 98
Preocupación por el problema de España
Coincidiendo con el Desastre del 98, se había extendido por todo el país una sensación generalizada de crisis y decadencia. Sin embargo, frente a los problemas económicos y sociales concretos, los autores de la Generación del 98 buscaron en general respuestas abstractas y filosóficas, y la esencia de lo español en el idioma, en la tradición, en la literatura medieval, en las vidas de las gentes sin historia o en el paisaje castellano.
Las preocupaciones filosóficas
Cuestiones como el sentido de la existencia o el destino del hombre son fundamentales en muchas de sus obras. En estos temas se aprecia la influencia de pensadores clave como Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard.
La literatura como tema
La literatura se convierte en tema de sus obras y a menudo vuelven la mirada a los autores medievales (Berceo, Rojas...) y también, por supuesto, a Cervantes. Don Quijote se convierte en un símbolo del carácter español.
La historia de gente anónima (Intrahistoria)
Se interesan por la gente que trabaja y lucha cada día sin alcanzar ninguna notoriedad. Es lo que Unamuno llamó la “intrahistoria”.
Rasgos Estilísticos Comunes
En lo que respecta al estilo, los rasgos comunes son:
Intenso subjetivismo
La realidad no se percibe tal como es, sino a través de las sensaciones del autor (o del personaje, en el caso de la novela). Hay una fusión entre el paisaje y el alma del autor, de modo que a menudo la descripción del primero supone la manifestación de profundas emociones y sentimientos.
Voluntad de renovación en los géneros literarios
El ensayo experimenta un gran auge por ser un cauce idóneo para sus preocupaciones patrióticas y existenciales. Por otra parte, desarrollan nuevas estructuras y técnicas narrativas (véase Niebla), rechazando el realismo plano, pero también el exceso de retórica, buscando la naturalidad y la precisión léxica.
Raíces en el Romanticismo
En los dos rasgos anteriores, la Generación del 98 hunde sus raíces en el Romanticismo: con los escritores románticos comparten individualismo, subjetivismo, carácter rebelde y crítico, además del ansia de originalidad. De hecho, uno de sus modelos fue Mariano José de Larra.
Interés por el idioma y la sobriedad
Manifestaron un profundo interés por nuestro idioma, rescatando, incluso, voces en desuso. Azorín afirmó que el mejor estilo era el que “con menos y más elegantes palabras haga brotar más ideas”. Para Unamuno, “lo primero es dar con la idea y luego vendrá la forma”. Aspiran, en suma, a la sobriedad, mediante un estilo cuidado, pulido, salpicado de palabras castizas y antirretórico.
Predilección por los clásicos españoles
Es patente su predilección por los clásicos de la literatura española: Cantar de Mio Cid, Cervantes, Fray Luis de León, Quevedo...