La Generación del 28: Semilla de la Política Moderna en Venezuela

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La Semana del Estudiante de 1928: Un Punto de Inflexión

La Semana del Estudiante de 1928, concebida dentro del período tradicional de los carnavales, dio lugar a una importante protesta de distintos sectores urbanos de la ciudad de Caracas contra la dictadura del General Juan Vicente Gómez. Gómez es una figura casi legendaria para la mayoría de los venezolanos, pues controló el poder político de un modo absoluto desde 1908 hasta 1936, año en que murió en su casa de Maracay.

Los sucesos de la Semana Estudiantil mostraron, con mayor claridad que manifestaciones anteriores, que fuerzas de nuevo cuño estaban comenzando a minar el orden caudillista que prevaleció en el país desde el siglo XIX. A la protesta siguió una asonada militar de jóvenes oficiales, y el General, un tanto sorprendido de la composición de esta rebelión, aplicó su receta de rigor: el exilio para un grupo de ellos, la cárcel para otro y la disolución de la Federación de Estudiantes de Venezuela.

Emergencia de Nuevos Liderazgos y el Exilio

Aquí comienza la historia de algunos de quienes serán los protagonistas de la historia contemporánea del país, incluyendo a fundadores del partido Acción Democrática como Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, quienes sufrieron la medida del exilio. Otros estudiantes fueron encarcelados, y aun otros lograron escapar de la represión y permanecerían activos, debatiendo las ideas que lograban traspasar el férreo control del dictador y organizando asociaciones.

La historia de los que se quedan en el silencio de la dictadura es poco conocida, pero no por ello menos importante, pues hombres como el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, convergerán con el ideario que, desde el exterior, comienzan a concebir los estudiantes expulsados.

ARDI: La Forja del Pensamiento Político en el Exilio

A nuestros propósitos, nos interesa destacar los avatares de Rómulo Betancourt y su grupo de amigos y compañeros en el exilio, entre otros Leoni, Ricardo Montilla y Valmore Rodríguez, quienes para 1931 habían constituido el grupo ARDI (Agrupación Revolucionaria de Izquierda), un nombre bastante pretencioso para un grupo de doce “muchachos” que, ávidos de ejercitarse en la acción política e imposibilitados de hacerlo en Venezuela, entraron en contacto con viejos caudillos, intelectuales, dirigentes comunistas y demás venezolanos que compartían su misma suerte.

Al calor de conspiraciones que fracasaban y ante las dificultades de ponerse de acuerdo entre ellos sobre ideas que fueran más allá de derrocar a Gómez, este grupo se dedicó a estudiar las teorías políticas del momento, a debatir entre ellos, a polemizar con los comunistas y a confrontar la realidad venezolana con el contexto latinoamericano y mundial. Entre Curazao, Colombia, México, Costa Rica y aun Europa y los Estados Unidos, se establecieron vasos comunicantes entre quienes comenzaron a concebir un ideario político de transformación global para la sociedad venezolana.

Documentos Clave e Influencias Ideológicas

Del grupo ARDI se conocen dos documentos fundamentales: el Plan de Barranquilla de 1931 y el documento firmado por Rómulo Betancourt Con quién estamos y contra quién estamos de 1932.

Estos textos revelan que la experiencia del exilio radicalizó a los jóvenes, los alineó al marxismo, un marxismo “criollo” nacido de la convicción de que, por la especificidad de América Latina, debían guardarse distancias con las imposiciones de la Tercera Internacional.

Las experiencias del PRI mexicano y del APRA del peruano Haya de la Torre influenciaron esta posición de Betancourt y su grupo, una posición que desde entonces los iría separando cada vez más de los partidos comunistas del continente y les daría finalmente grandes dividendos políticos.

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