Fundamentos del Vitalismo Nietzscheano: Crítica a la Decadencia y Afirmación de la Vida
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El Vitalismo Radical de Friedrich Nietzsche
La filosofía de Nietzsche se puede dividir en dos grandes partes:
- Parte Negativa: Consiste en criticar todas las manifestaciones culturales (incluyendo la filosofía) que podríamos llamar «decadentes», porque van en contra de la vida.
- Parte Positiva: Consiste en la interpretación de la realidad y del ser humano que el propio Nietzsche considera verdadera porque afirma la vida y los valores vitales.
La filosofía de Nietzsche se enmarca así en el vitalismo. Es vitalista toda teoría filosófica para la que la vida es irreductible a cualquier categoría extraña a ella misma. Esta corriente tuvo éxito en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
Características del Vitalismo
El vitalismo subraya el papel del cuerpo, los instintos, lo irracional, la naturaleza, la fuerza y la lucha por la subsistencia. Es una teoría contraria al racionalismo, y sus conceptos más importantes son:
- Temporalidad
- Historia
- Vivencia
- Instintos
- Irracionalidad
- Corporeidad
- Valor de lo individual
- Cambio
- Finitud
Cabe entender la totalidad de la filosofía de Nietzsche como el intento más radical de hacer de la vida lo Absoluto. La vida no tiene un fundamento exterior a ella; tiene valor en sí misma. Por esta razón, Nietzsche creyó posible medir el valor de la metafísica, la teoría del conocimiento y la ética a partir de su negación o afirmación de la vida.
Los Cuatro Pilares del Vitalismo Nietzscheano
El vitalismo de Nietzsche se desarrolla a través de cuatro conceptos fundamentales:
- La transvaloración de los valores
- El superhombre (Übermensch)
- El eterno retorno
- La voluntad de poder
El Eterno Retorno
El eterno retorno, según Nietzsche, implica que todos los eventos del mundo se repetirán eternamente, incluyendo personas, seres y situaciones. Esta idea refleja la fugacidad de la vida y la inexistencia de lo permanente. Sin embargo, sugiere que podemos encontrar una noción de permanencia al hacer que cada instante se repita infinitamente, no porque nunca termine, sino porque se reproduce sin fin.
La Voluntad de Poder
La voluntad de poder, según Nietzsche, es el principio fundamental que impulsa la realidad, siendo la fuerza primordial detrás del desarrollo de todos los seres. Es el deseo de mantenerse en el ser y de superarse continuamente. Para Nietzsche, este impulso hacia la existencia se encuentra en todos los niveles de la realidad, desde lo inorgánico hasta lo humano. La voluntad de poder se caracteriza por ser irracional, inconsciente, impersonal y carente de finalidad. Es la expresión de una fuerza que busca existir y expandirse constantemente.
La Transvaloración de Todos los Valores
La «transvaloración de todos los valores» según Nietzsche implica el fin de la moral tradicional y el surgimiento del superhombre. No busca eliminar los valores existentes, sino invertirlos, reemplazando la moral de renuncia y resentimiento hacia la vida por una que celebre radicalmente la vida. Nietzsche atribuye al judaísmo y al cristianismo la transformación de una moral aristocrática basada en la superioridad y el honor hacia una moral de igualdad y altruismo, que él considera una expresión de debilidad y resentimiento.
El Superhombre (Übermensch)
El superhombre, según Nietzsche, es el individuo que emerge tras la «muerte de Dios», fiel a los valores de la vida. Aunque su caracterización es ambigua, ha sido interpretada de manera peligrosa, como en el caso del nacionalsocialismo alemán. Contrario al igualitarismo cristiano y socialista, el superhombre representa la idea de hombres superiores frente a inferiores. Este concepto implica una moral de la violencia, con rasgos como la falta de compasión, el desprecio por los débiles y el gusto por el combate y la guerra. Es la afirmación enérgica de la vida y el creador de su propio destino, un espíritu libre.