Fundamentos de la Vida Cristiana: Conexión con Jesús, Amor a Dios y el Llamado a la Santidad

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Seguir a Jesús: Una Relación Transformadora

Jesús tenía su grupo que le acompañaba y convivía con él. Hoy, cuando Jesús ya no está físicamente entre nosotros, los cristianos creen que es posible seguir a Jesús porque Él resucitó y vive entre nosotros. Seguir a Jesús hoy es establecer con Él una relación que se puede describir de esta manera:

  • Es real pero no física: Se puede sentir interiormente y vivirla en la vida cotidiana.
  • Es de ida y vuelta: De Jesús hacia nosotros y de nosotros hacia Él.
  • Es una amistad que brota del conocimiento mutuo y del trato asiduo: El cristiano se siente conocido y amado por Jesús, y por eso, le responde ofreciéndole también su amor.
  • Influye en la persona y la va transformando: Cuanto más se cultiva, más lleva a identificarse con la forma de sentir, de pensar y actuar del mismo Jesús.

Amarás a Dios sobre Todas las Cosas: El Primer Mandamiento

En el Antiguo Testamento se lee: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.” Jesús, para responder a la pregunta de cuál es el mandamiento principal de la Ley, dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Es el primer mandamiento y el más importante.

Este mandamiento es una invitación a poner a Dios en el centro de la vida y a considerar la relación con Él como lo más importante, lo que da sentido a todo lo demás. En la práctica, este mandamiento lleva a la persona a:

  • Cultivar la relación con Dios y la maduración de la propia fe, buscando conocerle mejor para amarle más.
  • Dedicar tiempo a la oración como escucha de Dios y diálogo amistoso con Él.

¿Qué Significa Ser Santo?

Santo, en sentido pleno, solo lo es Dios. Cuando el profeta Isaías narra su vocación, dice que Dios es aclamado solamente con una fórmula que hoy se sigue repitiendo en la Eucaristía: “Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria.” En el anuncio del nacimiento de Jesús a María también se dice que el niño que nacerá “será santo, y se llamará Hijo de Dios.” Santo es, pues, una palabra que identifica el ser de Dios y de Jesús. El seguidor de Jesús, que vive unido a Él y se identifica con Él, recibe su mismo ser, su mismo Espíritu. Se va haciendo, pues, santo, lleno del Espíritu de Dios al que llamamos, precisamente, Espíritu Santo.

Llamados a Ser Santos: Un Don de Gracia

Los primeros cristianos compusieron una oración en la que, entre otras cosas, dicen: “Dios nos eligió para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor.” Los seguidores de Jesús están llamados a ser santos, es decir, a amar a Dios como Dios ama y a vivir las mismas actitudes de Jesús. En el sacramento del Bautismo el cristiano recibe la semilla de esta nueva vida. La santidad es fruto del amor de Dios que actúa en la vida del cristiano. A este amor se le llama “gracia.”

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