Fundamentos del Pensamiento de San Agustín: Epistemología, Antropología y Ética

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Fundamentos del Pensamiento de San Agustín

I. Epistemología: Los Grados del Conocimiento

Se distinguen varios grados de conocimiento:

  • El conocimiento sensible: Es el grado más bajo, susceptible únicamente de doxa (opinión).
  • El conocimiento racional: Se subdivide a su vez en inferior y superior.

Conocimiento Racional Inferior

Es el conocimiento de lo que hay de universal y necesario en la realidad temporal. Este nivel se denomina ciencia y depende del alma.

Conocimiento Racional Superior

Es la sabiduría, el verdadero conocimiento filosófico. Consiste en el conocimiento de las verdades necesarias, es decir, las ideas, que son los arquetipos fundamentales. Por lo tanto, el proceso de conocimiento parte de los grados más bajos para ascender al más elevado.

La Doctrina de la Iluminación

Para San Agustín, las ideas se encuentran en la mente de Dios y solo pueden ser conocidas mediante la iluminación divina.

  • Existen otras interpretaciones que consideran la iluminación como una virtud concedida por Dios a la razón, capacitándola para alcanzar las ideas por sí misma, aunque la razón no las posea por naturaleza.
  • También se acepta el símil platónico entre el Sol y el Bien: la idea de Bien ilumina a todas las demás, permitiendo su captación.

II. Antropología: La Composición del Ser Humano

El ser humano es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (forma), siguiendo la filosofía platónica, donde el cuerpo es un mero instrumento del alma.

Características del Alma

San Agustín atribuye al alma las mismas características que Platón describe en el *Fedón*: es simple, inmutable, inmortal e indivisible. Asume todas las funciones cognoscitivas, siendo la más importante la realizada por la razón.

Origen del Alma

Respecto al origen del alma, San Agustín oscila entre dos posiciones:

  1. Creacionismo: Dios crea el alma para cada individuo al nacer.
  2. Generacionismo: El alma es generada por los padres al engendrar los cuerpos y se transmite a sus hijos.

III. Ética y el Problema del Mal

La Felicidad Suprema

Para el cristianismo, la felicidad consiste en la visión beatífica de Dios, gozada en la otra vida (el cielo), tras la práctica de la virtud. Dado el carácter trascendental de los humanos (con alma inmortal), es necesaria la gracia de Dios para alcanzar este objetivo, imposibilitando que la salvación provenga únicamente de la práctica virtuosa.

La Naturaleza del Mal

San Agustín se aleja de la filosofía platónica, que equiparaba el mal con la ignorancia. Para él, el mal es la carencia de ser, es decir, no-ser. Puesto que el ser y el bien se identifican, todo lo creado es intrínsecamente bueno.

IV. Doctrina Política

La política está marcada por la lucha entre dos ciudades:

  • La Ciudad de Dios: Compuesta por los creyentes.
  • La Ciudad Terrenal: Conformada por los no creyentes.

Esta lucha se mantendrá hasta el final de los tiempos, momento en el que la Ciudad de Dios triunfará sobre la terrenal. Siguiendo a Aristóteles, San Agustín acepta que la sociedad y la familia son necesarias al individuo por derivarse de la naturaleza humana. Además, el poder de los gobernantes procede directamente de Dios.

V. Argumentos sobre Dios

La filosofía agustiniana es, en esencia, una teología. Aunque no elabora pruebas fundamentales de la existencia de Dios, sí desarrolla argumentos que la ponen de manifiesto:

  • Argumentos basados en el orden observable del mundo, que concluyen la existencia de un ser supremo ordenador.
  • Argumentos basados en el consenso, que resaltan la universalidad de la creencia en deidades entre todos los pueblos.
  • La localización de Dios en el interior del hombre, como se explica en su teoría del conocimiento.

La Demostración Suprema

La demostración más importante de la existencia de Dios parte de las ideas. Estas no pueden residir en las cosas creadas, que son cambiantes, sino que deben estar en un ser inmutable y eterno, es decir, en Dios.

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