Fundamentos del Pensamiento Platónico: Dialéctica, Alma y Sabiduría

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La Dialéctica en Platón

Para llegar a recordar lo olvidado, hay que seguir un método que Platón denomina dialéctica, y que es el camino que va desde la imaginación al conocimiento. La dialéctica es el camino y método en una doble vertiente: del conocimiento y de la Libertad; de la ciencia y de la justicia. Saber y conocer es buscar la verdad y liberarse de las opiniones y los prejuicios; por eso, Platón es un filósofo ilustrado.

La dialéctica tiene una doble dirección:

  • Ascendente: Consiste en la indagación del principio del que dependen todas las hipótesis, en la búsqueda de una realidad que no necesite de ninguna otra para existir, sino que sea ella la causa de la existencia de las demás realidades, y que termina con la visión de tal principio.
  • Descendente: Consiste en extraer las consecuencias de ese principio para poder vivir de manera justa.

Los que han ascendido al Mundo de las Ideas y han contemplado la Idea de Bien deben regresar a la caverna a liberar. En las obras posteriores a La República, Platón ya no definirá la dialéctica de la misma manera, sino como un proceso de generalización y división. El objetivo de la dialéctica se hace más modesto, y Platón no trata ya de deducir toda verdad de una única verdad trascendente, sino que se conforma con señalar las relaciones de afinidad o diferenciación que se dan entre las ideas.

El Ser Humano como Alma según Platón

El ser humano es un alma espiritual eterna encerrada en un cuerpo. El auténtico y genuino yo del hombre es el alma, y su destino, la sabiduría; el cuerpo es su cárcel. Platón distingue tres tipos de almas, pero solo una de ellas, la racional, constituye el auténtico hombre; las otras dos, la irascible y la concupiscible, son propias del cuerpo y desaparecen cuando este muere. Entre el cuerpo y el alma no hay una unión accidental; es decir, es la única que se puede dar entre dos realidades constituidas y de naturaleza distinta cuando se juntan la una con la otra. Las imágenes con las que Platón ilustra esta unión son las del jinete y el caballo. En el Fedón, Platón parece defender la teoría pitagórica de la metempsícosis (reencarnación) tras la muerte del individuo.

La Inmortalidad del Alma en la Filosofía Platónica

El alma del hombre es inmortal porque va a seguir existiendo cuando el cuerpo del hombre haya muerto, y también porque ha vivido en el Mundo de las Ideas antes de unirse al cuerpo. Entre los argumentos que utiliza Platón para demostrar la inmortalidad del alma, el más conocido es el de la simplicidad del alma. Solo se pueden disolver (y la muerte es disolución) aquellas cosas que por naturaleza son compuestas, dado que sus elementos se pueden disgregar de la misma forma que se unieron. Lo simple —y el alma lo es, al ser espiritual— no se puede disgregar y se encuentra siempre en el mismo estado, sin estar sometido a cambios.

La Purificación del Ser Humano según Platón

Platón insiste en la necesidad de que el hombre se purifique mientras viva, puesto que, en caso contrario, se verá obligado a sucesivas reencarnaciones en otros cuerpos hasta conseguir esa purificación. Lo importante de estos relatos es que no todas las conductas humanas son igualmente valiosas; su preocupación fundamental es también de carácter moral.

¿Cómo se purifica el hombre?

Platón piensa que en el ser humano existen tres almas diferentes. Afirma que el alma superior, que es la racional, debe someter y dirigir a las otras dos almas y dedicarse a su actividad propia, que es el conocimiento; solo entonces alcanzará la salud del alma.

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