Fundamentos de la Moral Cristiana: Libertad, Ley Divina y el Desarrollo de las Virtudes
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Estructura de la Vida Moral: De la Libertad a la Santificación
1. La Libertad Humana y la Filiación Divina
La libertad se presenta en dos dimensiones:
- Coacción: La capacidad de realizar externamente las elecciones (libertad de elección).
- Libertad Moral: La capacidad de amar y hacer el bien.
¿Por qué Dios quiere la libertad? Dios busca que el hombre lo encuentre sin coacciones, mediante una elección consciente y libre, liberándose de la esclavitud de las pasiones. La libertad es esencial para la dignidad, pues hace posible el amor (reflejando la imagen divina en el hombre).
Cristo, mediante la Cruz, ofrece la salvación de la esclavitud y colabora con su gracia para que el hombre goce de plena libertad.
2. Las Leyes Morales
Ley Eterna
Es el plan de Dios para conducir la creación a su fin, actuando cada elemento de acuerdo con su naturaleza.
Ley Moral Natural
Es la participación de la Ley Eterna en la criatura racional; es la luz de la razón que permite discernir entre el bien y el mal.
Propiedades de la Ley Moral Natural:
- Universal: Se extiende a toda persona.
- Inmutable: Permanece a través de la historia.
- Obligatoria: El hombre debe hacer libremente el bien.
Ley Divino Positiva
Es la ley antigua revelada por Dios a Moisés, recogida en los Diez Mandamientos, que expresa conclusiones inmediatas de la Ley Moral Natural.
Ley de Cristo
Es la nueva ley, que consiste principalmente en la gracia del Espíritu Santo.
3. Interrelación entre Libertad y Ley
El comportamiento está regulado a cada uno según su conocimiento del bien y del mal. La negación del bien equivale a una falta de libertad. No existen casos en los que sea bueno realizar acciones intrínsecamente malas.
4. La Conciencia Moral
La conciencia moral es el juicio de razón que permite reconocer la moralidad de un acto.
- Conciencia Recta: Aquella que juzga con la verdad.
- Conciencia Errónea: Aquella que no alcanza la verdad.
5. Los Elementos del Acto Moral
El Objeto Moral
Es el fin próximo de una elección deliberada; la materia del acto. Un acto es intrínsecamente malo por su objeto, independientemente de la intención o las circunstancias.
Las doctrinas del Proporcionalismo y el Consecuencialismo anulan el objeto moral, centrándose únicamente en las consecuencias del acto.
6. La Intención
Es el movimiento de la voluntad hacia su fin, que en última instancia es alcanzar la perfección (Dios). La intención puede ordenar varias acciones hacia un fin último. Es crucial recordar que una buena intención no hace bueno un acto intrínsecamente malo.
7. Las Circunstancias del Acto Moral
Las circunstancias son elementos secundarios de un acto moral. Estas agravan o disminuyen la bondad o maldad de un acto, pero no pueden convertir un acto malo en bueno, ni viceversa.
El Acto Indirectamente Voluntario
Se refiere a la negligencia respecto al conocimiento o a un efecto tolerado sin ser querido por el que actúa. Si el efecto no se deseaba ni como fin ni como medio para otra cosa, la responsabilidad moral puede mitigarse (en estos casos, se recomienda pedir consejo).
8. La Gracia, la Justificación y la Santificación
Dios llama al hombre a participar de la vida sobrenatural de la Santísima Trinidad, lo cual es un anticipo del cielo en la tierra.
La Gracia
Es un don difundido para sanar y santificar nuestra vida, una participación de la vida de Dios que nos introduce en la filiación divina. Nos llega por la gracia de Cristo y es difundida por el Espíritu Santo.
La Justificación
Es el paso del estado de pecado al estado de gracia. Se recibe por primera vez en el Bautismo y, ordinariamente, se recupera mediante el sacramento de la Penitencia, que infunde la gracia.
Dios no niega la gracia; todos estamos llamados a la santidad. La gracia es la fuente de la obra de santificación.
La Santificación
Es la unión íntima con Dios, es decir, la unión con el mismo Cristo. Para cooperar con la gracia, es necesario pedirla mediante la oración y la mortificación.
9. Las Virtudes Teologales y Humanas
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien.
Virtudes Teologales
Se refieren directamente a Dios:
- Fe: Por la que creemos todo lo que Dios nos dice.
- Esperanza: Aspiración al cielo y a la vida eterna, poniendo la confianza en las fuerzas del Espíritu Santo.
- Caridad: Por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Virtudes Humanas (Cardinales)
Son fruto de actos naturalmente buenos y se perfeccionan por la gracia:
- Prudencia: Dispone a discernir el verdadero bien y a elegir los medios correctos para realizarlo.
- Justicia: Dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
- Fortaleza: Resistencia a las tentaciones y capacidad de superar obstáculos.
- Templanza: Moderación de la atracción de los placeres sensibles.
10. Dones del Espíritu Santo y la Gracia
El pecado original dejó heridas que dificultan la adquisición de las virtudes humanas. El cristiano cuenta con la gracia de Dios, que eleva las virtudes al plano sobrenatural.
Los Dones del Espíritu Santo sostienen la vida moral cristiana y perfeccionan las virtudes:
- Sabiduría: Permite juzgar correctamente los designios divinos.
- Entendimiento: Permite penetrar la verdad sobre Dios.
- Consejo: Ayuda a juzgar correctamente las acciones concretas que debemos realizar.
- Fortaleza: Otorga la capacidad para acometer dificultades.
- Ciencia: Permite conocer la ordenación de las cosas creadas en relación con Dios.
- Piedad: Mueve a comportarse como verdaderos hijos de Dios.
- Temor de Dios: Infunde el respeto y el miedo a ofender a Dios.