Fundamentos de la Metafísica Cartesiana: El Sujeto, la Duda y las Tres Sustancias
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Parte IV: El Sujeto como Fundamento de la Metafísica Cartesiana
<p>La ciencia aristotélica se fundamentaba en **formas sustanciales**. Descartes invierte la perspectiva. Dejado de lado el mundo, lo real habrá que buscarlo en el propio **sujeto del conocimiento**. El sujeto es el fundamento de la metafísica, y sin él no habría saber ni ciencia. Se invierte la perspectiva tradicional: el mundo se convierte en pura apariencia interpretada por las ciencias físico-matemáticas, y el sujeto pasa a ser el centro del conocimiento.</p>
<h3>La Duda Metódica y sus Niveles</h3>
<p>La **duda metódica** (la segunda regla: el análisis) exigía, para resolver un problema, poner en tela de juicio todos sus conocimientos. La duda es un artificio en el que se pueden diferenciar dos niveles:</p>
<h4>Primer Nivel de Duda: Los Sentidos</h4>
<p>El primer nivel de duda radica en los **sentidos**:</p>
<ul>
<li>Los sentidos engañan con frecuencia acerca del color, el tamaño o la figura de las cosas; no es posible, pues, fiarse de ellos.</li>
<li>Al dudar de todo lo que se conoce por los sentidos, Descartes pierde el fundamento de la ciencia aristotélica y renacentista que había recibido.</li>
<li>Este primer nivel de duda se confirma por la imposibilidad de distinguir entre la vigilia y el sueño. No es posible distinguir sin ninguna duda entre sueño y vigilia, por lo tanto, la experiencia sensorial queda puesta en duda.</li>
</ul>
<h4>Segundo Nivel de Duda: La Duda Hiperbólica</h4>
<p>Un segundo nivel de duda afecta a una serie de conocimientos que no están afectados por el primero. Son los conocimientos de la nueva ciencia que Descartes ha fundado en el solo proceder de la mente (intuición y deducción). Para ponerlos en duda, aplica la **duda hiperbólica**, que consiste en suponer la existencia de un dios engañador o bien un **genio maligno**.</p>
<h3>La Primera Certeza: El Sujeto (<em>Cogito, ergo sum</em>)</h3>
<p>La aplicación de la duda deja en suspenso hasta las certezas más habituales de Descartes. Desconfía de todo, incluso de las verdades matemáticas, y solo confía en el **sujeto del conocimiento**. La primera certeza irrefutable es: <strong>«Yo pienso, yo existo»</strong>. No es posible dudar de que hay un sujeto que piensa y estructura la realidad.</p>
<h3>La Naturaleza del Sujeto (<em>Res Cogitans</em>)</h3>
<p>«Yo existo», afirma Descartes, como cosa que duda, es decir, que piensa. Pueden existir o no las cosas que percibo o pienso, pero es imposible que no exista yo que las percibo y pienso. Tenemos que concebirnos, pues, como cosas que piensan. Esta es la **intuición fundamental y originaria**, la intuición existencial básica del sujeto que piensa.</p>
<p>En esta intuición original, el sujeto se capta como **sustancia pensante**. La sustancia es aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir. La sustancia pensante es el pensamiento que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Sin embargo, la sustancia en sentido estricto solo sería **Dios**, ya que nosotros necesitamos a Dios para existir.</p>
<p>Esta primera verdad se convierte en **modelo y paradigma de toda verdad**, en **criterio de certeza**. La evidencia que se tiene en el <em>cogito</em> no es una evidencia más, sino el fundamento de cualquier otra, la evidencia por la que el ser humano se percibe como pensamiento existente. Descartes toma esta primera evidencia como modelo de toda evidencia: las cosas que concebimos **clara y distintamente** son todas verdaderas.</p>
<h3>Dios: Sustancia Infinita (<em>Res Infinita</em>)</h3>
<p>En el análisis que Descartes ha realizado hasta el momento, solo ha alcanzado la seguridad sobre una cosa: su existencia como ser pensante. Su soledad es total, y las ideas se pueden considerar de dos maneras:</p>