Fundamentos del Latín y la Expansión Romana
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Orígenes y Evolución del Latín
Las lenguas indoeuropeas son aquellas que derivan de un tronco común, constituido por una primitiva lengua hablada hace unos 5000 años por los habitantes de la región centroriental de Europa: el indoeuropeo.
El latín pertenece al grupo indoeuropeo llamado itálico. Esta lengua adquirió gran importancia por pertenecer a un pueblo que llegó a dominar el mundo mediterráneo.
Variantes del Latín
- Latín literario: En el siglo III se inició la literatura latina y con ella la fijación de una lengua literaria y culta.
- Latín vulgar: La lengua hablada, en evolución continua, mostraba diferencias dialectales entre las regiones y las provincias del Imperio Romano.
Lenguas Romances
Las lenguas romances son las que derivan del latín vulgar. Incluyen:
- Castellano
- Catalán
- Gallego
- Portugués
- Francés
- Italiano
- Dálmata
- Rumano
- Provenzal
- Retorromano
- Sardo
Períodos de la Lengua Latina
La evolución del latín se divide en varios períodos:
- Período Preliterario
- Período Arcaico
- Período Clásico:
- Época de Cicerón
- Época de Augusto
- Período Posclásico
- Latín Tardío
La Escritura en Roma
La escritura en Roma se realizaba sobre diversos soportes:
- El papiro: Una planta de tallo liso y largo con ramas divididas y colgantes, a partir del cual se obtenían unas láminas que se utilizaban para escribir. En Roma, existían fábricas que importaban papiro egipcio y lo transformaban para la escritura.
- El pergamino: También se utilizaba el pergamino, hecho de piel de carnero o de otros animales.
Los romanos fabricaban las tintas con hollín de resina o de origen animal, como el negro sepia. Para su empleo debían ser diluidas.
También son importantes los soportes duros empleados para la escritura, como piedras, mármoles, metales y marfil.
Disciplinas de Estudio de la Escritura Antigua
- La paleografía: Estudia las inscripciones sobre materiales perecederos, como el papiro, y la escritura en general.
- La epigrafía: Estudia las inscripciones sobre materiales duros, las abreviaturas, los nexos y las siglas que presentan estas inscripciones y se ocupa de datarlas, para lo que se vale del análisis de la evolución de la escritura.
Fonética y Acentuación del Latín Clásico
Vocales
El latín clásico tiene 10 vocales y 5 timbres vocálicos: a, e, i, o, u. Cada uno de los timbres presenta dos modalidades: una larga y otra breve. La emisión de la vocal larga duraba el doble que la vocal breve.
Acentuación
Reglas de acentuación en latín:
- No hay palabras agudas.
- El acento recae siempre en la penúltima sílaba, si esta es larga.
- Si la penúltima sílaba es breve, el acento recae en la antepenúltima sílaba.
Expansión Romana y Conflictos Clave
Las Guerras Púnicas
Las dos primeras Guerras Púnicas supusieron el enfrentamiento de dos potencias militares: Roma y Cartago.
Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.)
El inicio se debió a que los cartagineses acudieron a Sicilia tras la llamada de los mamertinos, mercenarios itálicos que habían estado al servicio de Agatocles, tirano de Siracusa, que acababa de morir. Los romanos vencieron a la flota cartaginesa junto a las Islas Egadas. Cartago pidió la paz y se comprometió a no enfrentarse a los aliados de Roma, a devolver a los prisioneros sin rescate y a pagar una indemnización considerable.
Los romanos se aprovecharon de los problemas de Cartago y se encargaron de Córcega y Cerdeña, conquistadas a sus indígenas.
Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.)
El detonante de la Segunda Guerra se produjo en la Península Ibérica. Amílcar Barca había emprendido su conquista. Tras su muerte, parte del sur de nuestra península estaba en manos cartaginesas.
Conquista del Mediterráneo Oriental
Hubo una Primera Guerra Macedónica, ganada por Roma. En la Segunda Guerra Macedónica, Flaminino derrotó a Filipo en la batalla de Cinoscéfalos. Roma respondió mandando nuevos contingentes armados a la zona.
Obligaron a Antíoco a huir de Europa, fue derrotado en Magnesia del Sípilo y terminó por entregar Asia Menor a los romanos en la llamada Paz de Apamea, declarada la Tercera Guerra Macedónica.
Macedonia sublevó a toda Grecia. En esta Cuarta Guerra Macedónica, el cónsul Mumio derrotó a los rebeldes en Corinto. Como resultado de estas guerras, Grecia y Macedonia se convirtieron en provincias romanas.
El Final de Cartago: Tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.)
En Occidente, se vio con inquietud la nueva prosperidad de Cartago y Marco Porcio Catón repitió varias veces la frase: "Cartago debe ser destruida".
Los cartagineses se vieron obligados a defenderse del rey númida, amparado por su alianza con los romanos, que los hostigaba constantemente. De esta forma, se llegó a la Tercera Guerra Púnica, que conllevó la destrucción de Cartago y se convirtió en otra provincia romana.
Crisis y Transformación de la República Romana
La Época de los Gracos
La guerra contra celtíberos y lusitanos supuso mayores gastos que beneficios y manifestó la ruina del pequeño y mediano campesino y la ineficacia del ejército. Las guerras alejaron a los campesinos de sus labores. Los que volvieron a sus tierras se desanimaron ante la llegada de trigo barato del nuevo imperio.
Pequeños y medianos propietarios se arruinaron y emigraron a Roma, donde engrosaron una plebe que malvivía. La clase senatorial compró las tierras de estos campesinos. Los caballeros se enriquecieron mediante los negocios emprendidos en las provincias y comenzaron a disputar el poder a la clase senatorial.
Pompeyo y Craso
Tras la muerte de Sila, Roma pasó de un régimen republicano aristocrático a una autocracia militar, y aparecieron nuevas figuras militares y políticas. Trascendentes para Roma fueron Pompeyo y Craso.
El primero empezó su ascenso ya en la época de Sila. La oligarquía dirigente recurrió a Pompeyo, quien venció en ambos conflictos y ganó mucho prestigio. Craso también consiguió gran éxito al hacer fracasar la rebelión servil encabezada por Espartaco, que puso en serio peligro la estabilidad de Roma.
Pompeyo y Craso llegaron al consulado, lo que significó la abolición de lo legislado bajo el mandato de Sila. La inestabilidad política de Roma y la debilidad de un poder central fuerte permitieron la peligrosa proliferación de la piratería en el Mediterráneo oriental.