Fundamentos Etimológicos Griegos y el Relato Platónico del Origen Humano

Etimologías Griegas y Vocabulario Académico

A continuación, se presenta una lista de raíces griegas fundamentales y sus derivaciones en el idioma español, esenciales para la comprensión de la terminología científica y filosófica.

Raíces Griegas y Derivaciones en Español

• Χρόνος (Khrónos): cronología, cronómetro
• Θεοί (Theoi): teología, teólogo
• Θνητά (Thnēta): tanatorio, tanatología
• Γένη (Genē): genealogía, genética
• Γῆς (Gēs): geometría, geografía
• Πυρός (Pyrós): pirómano, pirofagia
• Μίξις (Míxis): mixto, mixtura
• Φῶς (Phōs): fotografía, fotógrafo
• Τάξις (Táxis): parataxis, hipotaxis
• Πρός (Prós): profecía, proferir
• Ἐπί (Epí): epidermis, epidermia
• Σκοπέω (Skopéō): telescopio
• Τάχους (Tákhous): taquicardia, taquigrafía
• Ἀσθένεια (Asthéneia): astenia, asténico
• Κοσμέω (Kosméō): cosmovisión, cosmología
• Ὁπλίζω (Hoplízō): hoplita, hoplítica
• Φύσις (Phýsis): física, fisiología
• Μηχανάομαι (Mēkhanáomai): mecánica, mecanismo
• Πτερόν (Pterón): pterodáctilo, pterigión
• Ἀλλήλων (Allḗlōn): alelomorfo, alelo
• Ἀμφί (Amphí): anfibio, anfiteatro
• Δυνατός (Dynatós): dinámico, dínamo
• Δέρμα (Dérma): dermatólogo, dermatología
• Ὅπλον (Hóplon): hoplita, hoplítico
• Ἀναίμος (Anaímos): anémico, anemia
• Τροφή (Trophḗ): heterótrofo, autótrofo
• Βοτάνη (Botánē): botánico, botanista
• Δένδρον (Déndron): dendríticas
• Καρπός (Karpós): mesocarpio, endocarpio
• Γονή (Gonḗ): progenie, progenitor
• Σοφός (Sophós): filosofía, filósofo
• Λόγος (Lógos): locución, diálogo
• Ἄνθρωπος (Ánthrōpos): antropología, antropófago
• Κόσμος (Kósmos): cosmética, cosmología
• Ἱστορέω (Historéō): apófisis, aporía

El Mito de la Creación de los Mortales (Platón)

La Distribución de las Capacidades

17. El Origen de la Especie Mortal

Así pues, hubo un tiempo en que existían los dioses, pero no la especie mortal. Después, cuando llegó para estos el tiempo de origen marcado por el destino, los dioses modelaron estas cosas dentro de la tierra, mezclándolas a partir del fuego, la tierra y la materia, cuando estos elementos se unen.

18. La Tarea de Prometeo y Epimeteo

Después que estuvieron a punto de sacarlos a la luz, los dioses pusieron al frente a Prometeo y Epimeteo para que les ordenaran y los distribuyesen a cada cual como fuese conveniente. Epimeteo pidió permiso a Prometeo y él mismo repartió, diciendo: «Habiendo hecho yo el reparto, tú lo supervisarás». Y así, habiendo convencido a Prometeo, hizo el reparto.

19. El Reparto de Fuerzas y Rapidez

Repartiendo, procuraba a unos fuerzas sin rapidez y suministraba rapidez a los más débiles. A unos los equipaba y a otros, habiendo entregado alguna otra condición sin defensa, daba a estos la capacidad hacia la salvación.

20. Estrategias de Supervivencia

Pues a los que de estos mantuvo pequeños, atribuyó o un escape alado o un habitaje subterráneo. Y a los que hizo crecer en tamaño, por esto mismo los salvó. Y así, igualándolo todo, los distribuyó.

21. La Provisión de Pieles y Armas Naturales

Y estas cosas las ideó con delicadeza para que ninguna raza fuese aniquilada. Y cuando hizo imposible que se mataran entre ellos, por orden de Zeus, maquinó una igual disposición de las estaciones del año, revistiendo a estos con abundante pelo y pieles compactas, necesarias para protegerse durante el invierno y resistentes al calor abrasador. Con estas pieles iban a la cama, de manera que estas mismas cosas servirían como su lecho natural y doméstico. Y equipando a unos con armas y a otros con pelajes y pieles compactas y sin sangre.

22. La Cadena Alimenticia y la Descendencia

Desde entonces, procuró a unos como alimento de otros. A unos les procuró pasto desde la tierra, a otros frutos de los árboles y a otros raíces. Hay a quienes hizo que su descendencia fuese alimento de otros animales. Y por una parte, a unos dio escasa descendencia, pero a los que eran devorados por estos les dio una gran descendencia, proporcionando así una solución para la supervivencia de la raza.

23. El Olvido de Epimeteo y la Condición Humana

Como no era precisamente sabio, Epimeteo, sin darse cuenta, había agotado las fuerzas dándoselas a los seres irracionales (321c). Pero este aún tenía la raza de los hombres pendiente de ordenar, y también desconocía lo que era conveniente hacer.