Fundamentos de la Ética: Virtudes Cardinales, Prudencia y Justicia en la Vida Moral

Fundamentos de la Vida Moral: Definición y Clasificación de las Virtudes

¿Qué son las Virtudes?

La vida moral de la persona humana no se reduce a una sucesión de actos sueltos; es, al menos tendencialmente, unitaria y dinámica en su curso temporal. Cada persona posee una peculiar fisonomía moral, conformada por actitudes y disposiciones.

Las virtudes son disposiciones o actitudes firmes y constantes para obrar hacia el bien. En contraste, los vicios son las disposiciones que llevan a obrar el mal.

Clasificación de las Virtudes Humanas

Las virtudes humanas se dividen en dos categorías principales:

• Virtudes Morales (o Adquiridas): Son aquellas adquiridas por el esfuerzo humano diario y la perseverancia. La educación tiene un papel primordial en su desarrollo.
• Virtudes Teologales: Son tres virtudes infundidas directamente por Dios en el hombre.

Las virtudes morales se adquieren con esfuerzo perseverante y, además, necesitan arraigar en las virtudes teologales.

Las Virtudes Teologales y Cardinales

En la tradición cristiana, junto a las tres virtudes teologales —la fe, la esperanza y la caridad—, juegan un papel fundamental las cuatro virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza (esta última permite al individuo hacerse dueño de sí mismo).

Reciben el nombre de "cardinales" de la palabra latina "cardo" (quicio), porque en torno a ellas gira toda la vida moral del hombre.

Además de las cuatro virtudes cardinales, existen muchas otras virtudes morales (por ejemplo, la sinceridad, la honradez). Sin embargo, los moralistas suelen exponerlas reduciendo cada una de ellas a la virtud cardinal correspondiente.

Las Virtudes Cardinales Fundamentales: Prudencia y Justicia

Prudencia

La prudencia consiste en la disposición firme para obrar aprehendiendo lo que en cada caso es verdaderamente razonable.

Es propio de la prudencia el juicio práctico acertado sobre una situación moral concreta; es decir, aplicar los principios y criterios morales a cada situación individual.

La prudencia dispone la razón práctica del hombre para discernir (la persona prudente piensa qué debe hacer y qué le conviene).

Requisitos para la Elección Acertada del Hombre Prudente:

• Memoria de la Experiencia: Guarda en su memoria las experiencias de su vida pasada, cernidas y rememoradas con la mayor objetividad posible. Una persona experimentada es más prudente.
• Apertura a la Realidad: Se deja enseñar humildemente por la verdad de la realidad y por otras personas: es una mente siempre abierta de antemano a la realidad.
• Alerta y Adaptación: Necesita estar alerta, por si la situación cambia, para dar nuevas respuestas a situaciones nuevas. Estar alerta para modificar el modo de ser.

Justicia

La justicia es la disposición firme y constante de dar a cada uno lo suyo. Es darle a cada uno aquello a lo que tiene derecho y se le debe.

La justicia regula la vida social (es una virtud eminentemente social). Así, mientras que las otras virtudes cardinales perfeccionan al hombre, esta afecta a las relaciones del individuo con el otro y con la comunidad, y viceversa.

Como comunidad solidaria, la humanidad debe estar orientada al bien de todos y cada uno de los hombres, particularmente de los más desfavorecidos. Esto lo exige la dignidad inviolable de cada persona.

Formas de la Justicia:

• Justicia Conmutativa: Implica dar algo por algo (regula los intercambios).
• Justicia Distributiva: Regula el acceso a los bienes para que todos los tengan, siendo el fundamento de la vida social.
• Justicia Legal: Se refiere al cumplimiento de una norma o ley establecida.
• Justicia Social: Ha cobrado particular importancia hoy en día. Va más allá de la distributiva, buscando que aquellos que tienen menos posibilidades de acceder a algo tengan algunas ventajas. Para que una justicia sea justa, a veces debe ser parcial. Tratar de modo preferente a una persona es, en ocasiones, un acto de justicia social.