Fundamentos de la Ética: Utilitarismo, Deontología Kantiana y Hedonismo Epicúreo

Ética Utilitarista: El Principio de la Mayor Felicidad

La ética utilitarista establece que lo bueno reside en lo útil, inspirándose en parte en las ideas de Epicuro. Esta corriente comparte con Aristóteles y Epicuro el objetivo de la felicidad, pero la define a través de las consecuencias de las acciones.

El utilitarismo distingue dos enfoques principales en la acción:

• Aquellos que son más individualistas.
• Otros que piensan más en la sociedad, fijándose en las consecuencias de nuestras acciones y cómo estas afectan al estado de los demás.

Para el utilitarismo, debemos calcular las consecuencias de nuestros actos para no perjudicar a los demás. La acción moralmente correcta es aquella que proporciona la mayor utilidad para el mayor número posible de personas.

Jeremy Bentham y el Cálculo Hedonista

El utilitarismo de Jeremy Bentham postula que lo bueno coincide con lo útil, y que es bueno aquello que produce placer y evita el dolor. Esto implica que el criterio para decidir lo que es moralmente correcto depende de la cantidad de placer y de dolor que produzcan nuestras acciones.

Para poder calcular la cantidad de placer y de dolor que generamos, debemos tener en cuenta los siguientes factores del cálculo hedonista:

• Intensidad
• Duración
• Certeza
• Proximidad

Un placer intenso, duradero, seguro y próximo deberá contar más que otro débil, efímero, incierto y lejano. Bentham propuso que los gobernantes deberían aplicar este cálculo de placeres en la legislación, una idea que ha influido en la actualidad.

La Ética Deontológica de Immanuel Kant

La ética kantiana propone un único mandamiento fundamental: el imperativo categórico. Esta es una ética formal, ya que una ética material (basada en fines o consecuencias) no puede ser universalmente verdadera.

La ética de Kant es deontológica (del griego deon, que significa deber), pues se centra en la intención y el cumplimiento del deber, no en los resultados.

El Imperativo Categórico y las Máximas

Kant denomina máximas a las reglas de conducta individuales que el sujeto debe elaborar autónomamente. El imperativo categórico es la forma específica a la que deben ajustarse estas máximas si queremos que sean moralmente válidas.

El imperativo categórico se formula del siguiente modo:

"Obra siempre según una máxima que puedas querer que se convierta en ley universal."

Actuar de esta manera implica que la máxima que nos ha llevado a obrar debe ser universalizable para el resto de personas.

Epicuro y el Hedonismo Racional

Epicuro fue un filósofo griego de la Antigüedad que desarrolló la teoría ética del hedonismo, una ética material cuyo nombre proviene de la palabra griega hedoné, que significa placer.

La ética de Epicuro es la ética de la felicidad, ya que considera que este es el objetivo que debe orientar nuestra conducta. Para Epicuro, la felicidad consiste en el placer, el cual define como la ausencia de dolor en el cuerpo y la ausencia de perturbación en el alma (ataraxia).

Tipos de Placeres y la Moderación

Según el filósofo, aunque los excesos puedan provocar placer momentáneo, posteriormente suelen causar sufrimiento y dolor. A la persona que busca los placeres de forma excesiva se le llama disoluto. En cambio, debemos buscar la calma y el sosiego mediante la moderación y la sensatez.

Epicuro distingue tres tipos de placeres:

1. Placeres naturales y necesarios: Aquellos esenciales para la supervivencia.
2. Placeres naturales pero no necesarios: Aquellos que varían el placer, pero no son vitales.
3. Placeres que no son ni naturales ni necesarios: Aquellos vanos y artificiales (ej. la búsqueda de fama).

Para ser felices, debemos centrarnos en satisfacer los placeres naturales y necesarios, haciéndolo siempre con moderación. El placer físico no es rechazado ni categorizado como malo, pero debe estar controlado para evitar el sufrimiento.

La Eliminación de los Miedos

La filosofía de Epicuro está inspirada en parte por Demócrito, quien creía en la existencia de un conjunto de átomos materiales que se mueven de forma arbitraria en el vacío, dando surgimiento a la realidad. Basándose en esta filosofía atomista, Epicuro propone tres formas de eliminar los miedos que perturban el alma:

1. Miedo al Destino: Pierde el sentido, ya que el movimiento y choque azaroso de los átomos implica que no hay nada fijo y, por lo tanto, no existe un destino predeterminado.
2. Miedo a los Dioses: Se descarta, ya que todo lo que existe es material. Si los dioses existieran, estarían hechos de otros átomos y residirían en otra dimensión, sin afectar la vida humana.
3. Miedo a la Muerte: Pierde sentido. La realidad es un compuesto de átomos materiales. Mientras estos están juntos, vivimos; cuando se separan, dejamos de existir. Por lo tanto, no se experimenta la muerte.