Fundamentos Epistemológicos y Éticos: Realismo, Libertad y la Estructura de la Conciencia
Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en
español con un tamaño de 4,38 KB
El Agnosticismo y sus Implicaciones Prácticas
En la práctica, la actitud agnóstica sostiene: “Como no puedo verificar la verdad de nada, no puedo sentar ningún conocimiento, no puedo creer en nada”. Llevar eso a la práctica te llevaría a un **caos absoluto**; no podrías vivir.
Paradigmas de Conocimiento y la Actitud Metodológica
Cuando se habla de la palabra **“metodológicamente”**, se refiere a que todos utilizamos un **paradigma** para relacionarnos con la realidad, un método de aproximación y conocimiento. Las actitudes fundamentales para confrontarse con la realidad son:
- Idealista
- Agnóstico
- Sofista
- Escéptico
- Realista
En este sentido, *gnósis* en griego significa **conocimiento**. Por ello, el agnóstico (el que no conoce) sostiene que su método no puede conocer la realidad, que no hay un conocimiento cierto. Esto es muy actual, porque la cultura ha seleccionado de qué cosas se puede tener conocimiento y de cuáles no.
El Paradigma Realista: Conciencia, Objeto y Verdad
La frase clave que define la actitud realista es: “Las dos realidades que juegan en la actitud realista son: la **energía de nuestra conciencia** y el **objeto**”.
Definición de la Actitud Realista
El realista es una persona cuyo paradigma de conocimiento de la realidad se basa en la relación entre la energía de la conciencia y el objeto. La energía, del griego *energeias*, significa fuerza, poder, capacidad o facultad. La energía de la conciencia, por lo tanto, significa la capacidad de la **razón humana** de conocer, ver, inteligir y entender, es decir, la **esencia de las cosas**, la realidad de las cosas.
La facultad racional del realista le permite “una síntesis, una unidad con el objeto” (según el texto). Este es el encuentro entre la razón humana y la realidad (el objeto de conocimiento). Cuando una persona asimila y conoce un objeto tal cual es, se produce una **unidad**, una **comunión** que nos permite decir: “Tengo conocimientos ciertos de la realidad, de las cosas”.
No debemos tener miedo de defender que hay una **realidad**, que hay una **verdad** y que hay un **bien en sí**. Es crucial buscar la verdad objetiva, no “mi verdad”.
Libertad, Verdad y Bien
Absolutizar la **libertad** la destruye. El ser libre por sí mismo no realiza a la persona. El hecho de que tengamos la capacidad de ser libres no significa que lo seamos. De igual manera, la capacidad de elegir en democracia no garantiza la libertad.
Un régimen o un sistema político no garantiza la libertad a nadie. Una persona puede ser libre tanto en cautiverio como en democracia, porque la **condición de posibilidad de la libertad** reside en el individuo.
La Libertad Interior
A ti te pueden quitar la libertad exterior (de movimiento, por ejemplo), una parte de tu libertad, pero no tu **libertad interior**. ¿Quién es el auténticamente libre? Como dice una verdad palmaria: “La verdad os hará libres”.
Tú eres libre en la vida cuando tu decisión y tu acto voluntario se conforman con el **bien verdadero** y con la **libertad verdadera**. La persona libre no se define por la mera espontaneidad, no es el hecho de decidir lo que hay que hacer, sino **decidir bien**, conforme a la verdad.
Por lo tanto, la libertad está intrínsecamente relacionada con la **verdad** y el **bien**. Una voluntad que elige sin referencia a la verdad y al bien no es libre ni se realiza plenamente.
El Corazón como Estructura Originaria del Conocimiento
El **corazón**, entendido como el centro de la persona (el yo), posee un conjunto de **evidencias y exigencias originarias**. Esta es una estructura interna de la persona humana que la impulsa o conduce a confrontarse con la realidad, dotándola de ese conjunto de evidencias y exigencias.
El ser humano necesita evidencias internas que le garanticen que está en la verdad al confrontarse con la realidad. Antropológicamente, estamos dotados de una estructura que nos capacita para conocer. Dentro del conjunto de facultades que poseemos, la más importante es la **racional**, a la que se denomina **corazón** o **estructura originaria**.
Esta estructura es el conjunto de capacidades que nos da nuestra naturaleza humana para **inteligir** y conocer la realidad tal como es.