Fundamentos y Dimensiones Clave de la Gestión Estratégica Pública

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Características Fundamentales de la Gestión Estratégica

A continuación, se detallan las principales características que definen la gestión estratégica, diferenciándola de la gestión meramente gerencial o tradicional:

  • En primer lugar, la gestión estratégica es consciente de que se ejerce para generar un **cambio social**, y por ello da cuenta cabal de la **complejidad del contexto** en que se ejecuta. Se distingue por su **visión contextual**. Esto es lo que determina que tenga un **sentido más político** que la gestión puramente gerencial.

  • Posee un **enfoque de políticas**, y no solo de las actuaciones u operaciones necesarias para llevarla a cabo. Esto implica una clara comprensión de las **políticas públicas** a cuyo servicio está la gestión y de los cambios sociales que el gobierno procura lograr a través de ellas. Por eso, la gestión estratégica tiene un alto componente de **gestión del conocimiento**, y su éxito depende de cuán claros tengan sus agentes el sentido y los objetivos de las políticas públicas de las cuales forman parte los programas o tareas a su cargo, así como de su capacidad para transmitir ese sentido a sus beneficiarios. Como se ha señalado: “La decisión sobre el camino a seguir para incrementar la **eficacia de la gestión pública** no puede basarse en criterios puramente técnicos, pues puede verse afectada por consideraciones políticas”.

  • La **eficacia adaptativa** de un directivo público supone un grado elevado de desarrollo de su **capacidad de interpretación** de la situación en que se mueve y de las demandas que recibe, así como del sentido que tiene la política para cuya implementación se encuentra trabajando.

  • Una de las características más importantes de la gestión estratégica es su aptitud para **conectar las esferas administrativas, técnico-burocráticas y políticas** que en una gestión puramente gerencial se mantienen separadas.

  • Otro rasgo que distingue a la gestión estratégica de la gestión gerencial radica en que, mientras esta última asume una responsabilidad por el cumplimiento de determinados objetivos y la producción de los correspondientes resultados, la primera se responsabiliza por el **funcionamiento de un sistema**, por el **éxito de una política** y por la creación de los escenarios para construir los cuales esta fue diseñada. Es decir, asume una responsabilidad con una fuerte **connotación política**.

  • Una característica propia de la gestión estratégica, por ser más política que meramente ejecutiva, es la necesidad de tomar en cuenta elementos que no se agotan en las directrices emanadas de aquellas instancias jerárquicas o normativas a las cuales normalmente la gestión pública responde, sino que debe obedecer a elementos más similares al mercado, tales como las **demandas ciudadanas y sociales**. Los productos, de esta manera, suelen ser definidos en el curso del propio proceso de gestión, en forma más amplia y más cercana a las demandas ciudadanas, las cuales en la gestión pública representan el mercado. De aquí emana, principalmente, el **carácter innovativo** que distingue a una gestión estratégica de la que no lo es.

  • Distinción entre Locus y Focus

    Una distinción necesaria para poder caracterizar la gestión estratégica apunta a la diferencia existente entre el **locus** y el **focus** de la gestión pública. El **locus** es el nicho institucional en donde se encuentra radicada la responsabilidad por el problema que se trata de resolver (un locus recurrente es la burocracia estatal). El **focus** es el qué de carácter especializado a que se refiere la política, el programa, la solución o la iniciativa que se procura implementar.

    La gestión tradicional –e incluso gerencial– asigna mucha importancia a su respectivo locus. La gestión estratégica, en cambio, privilegia su **focus**, esto es, la comprensión acerca de la naturaleza de los problemas a que se refiere una política y de los objetivos o las soluciones que se trata de implementar. Muchas veces la dificultad para avanzar hacia una gestión estratégica radica en la excesiva importancia asignada al locus en desmedro de una comprensión cabal acerca de la naturaleza de los problemas y de las soluciones a los cuales la gestión está referida.

  • Debe desarrollarse en un **plano interinstitucional**, debido a que, en la práctica, la implementación de una política –y la solución de los problemas para cuya solución fue formulada– frecuentemente cruza las esferas de acción de varias instituciones.

  • Hay que hacer referencia también a la necesidad de un **aprendizaje continuo** como una exigencia propia de la gestión estratégica. Esta trabaja en pos de objetivos de mediano o largo plazo, debe apoyarse en una clara comprensión acerca del contexto y debe desarrollar una considerable **capacidad adaptativa o innovativa**, por lo cual frecuentemente tiene que redefinir por el camino esos objetivos y las soluciones esperadas. Por eso, el aprendizaje constante, basado en un cuidadoso examen del entorno y de la propia gestión, constituye una exigencia esencial. Este es tal vez el desafío más difícil, en la medida en que dicho aprendizaje no debe provenir solo del ámbito operativo, sino del **entorno político** a partir del cual se le formulan sus demandas y se definen sus tareas.

  • Un requisito esencial de la gestión estratégica se refiere a la necesidad de **delegar, descentralizar o desacoplar** las funciones propias de las **decisiones políticas** de las **tareas operativas** u orientadas a la prestación de servicios de las funciones directivas. Esto ayuda a los niveles directivos a concentrarse en fijar el rumbo de las políticas públicas –en timonear– y los libera de las responsabilidades operativas que podrían identificarse con la función de remar para alcanzar las metas programadas.

  • De todo lo anterior se desprende la centralidad del **entorno cultural** en el cual se ejerce la gestión estratégica. Esto tiene que ver con la claridad que el directivo público tenga acerca del significado y los objetivos de las políticas y con su capacidad para vincularlas con el **proyecto país** para el cual aquellas se formulan, para acuñar **símbolos y desarrollar relatos** que logren transmitir vivamente tanto a su personal como a los beneficiarios y usuarios el sentido y las ventajas que ofrecen, así como para formar **hábitos** relacionados con la gestión de esos programas. En la formación de esas ideas, valores, compromisos y hábitos, el entorno institucional del directivo público desempeña un papel insoslayable.

  • La gestión estratégica se caracteriza, sobre todo, por su **flexibilidad** y su **capacidad de respuesta** ante situaciones nuevas o frente a la **incertidumbre y la contingencia** que la realidad social siempre presenta, y por poseer mayores márgenes de **creatividad –o discrecionalidad–** para buscar soluciones novedosas o adaptativas a las demandas de la ciudadanía o de los usuarios.

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