Fundamentos Cristianos y el Contexto de Jesús: Conceptos Clave

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Conceptos Fundamentales del Cristianismo

Revelación

Es el hecho de que Dios se ha manifestado a la humanidad, de forma culminante a través de Jesucristo y de sus enseñanzas, a las que el ser humano está llamado a responder con fe.

Credo

El credo o símbolo de la fe es una fórmula doctrinal fija que resume los artículos esenciales de la religión cristiana. Implica una profesión de fe y, a menudo, una sanción de la autoridad eclesiástica.

Seguimiento de Cristo

Una característica esencial del modo cristiano de creer que posee un profundo contenido moral. Se expresa ordinariamente con la frase “seguir a Jesucristo”. Implica que la fe en Jesucristo impulsa al cristiano a conformar su propia conducta moral según el modelo de la vida y las enseñanzas de Jesús.

Mesías

Término de origen hebreo (Mashíaj) que significa “ungido”. En el Antiguo Testamento, se refiere a la persona prometida por Dios para liberar y restaurar al pueblo de Israel. Para los cristianos, Jesucristo es el Mesías esperado, cuyo papel salvador se extiende a toda la humanidad.

Moral Cristiana

La moral cristiana no es un simple moralismo. No se fundamenta primordialmente en el esfuerzo personal, como ocurre en la moral natural (común a todos los hombres, que consiste en hacer el bien y evitar el mal). Aunque la moral natural está incluida en la moral cristiana, esta va más allá: es un don de Dios. Por medio de la gracia, especialmente a través de los sacramentos, Dios capacita al creyente para amar al modo de Cristo, es decir, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

Moralismo

Actitud que tiende a valorar excesivamente las normas morales y las virtudes de forma externa o legalista, a menudo desvinculada de una auténtica conversión interior o de la caridad. Puede llevar a un cumplimiento rígido de las reglas sin atender al espíritu que las anima.

Gracia

Don sobrenatural y gratuito de Dios que santifica al ser humano, lo hace partícipe de la vida divina y lo auxilia para obrar el bien y alcanzar la vida eterna. Es ofrecida especialmente a través de los sacramentos y es la que sustenta y alimenta la conducta y la vida espiritual del cristiano.

Racionalismo

Doctrina filosófica que sostiene que la razón es la fuente principal y la prueba última de la verdad del conocimiento. Afirma que la realidad es, en última instancia, racional y, por tanto, comprensible a través de la razón humana. En el ámbito teológico, una postura racionalista extrema puede llevar a minimizar o negar la revelación sobrenatural y los misterios de la fe.

La Búsqueda del Jesús Histórico

Este apartado explora las diferentes etapas y enfoques en la investigación académica para comprender la figura de Jesús de Nazaret desde una perspectiva histórica, distinguiéndolo del Cristo de la fe.

Old Quest (Antigua Búsqueda)

Corresponde al intento, principalmente durante el siglo XIX y principios del XX, de escribir una biografía de Jesús basada en criterios estrictamente históricos y racionalistas, a menudo despojándolo de elementos sobrenaturales y divinos. Un ejemplo influyente fue Hermann Samuel Reimarus (cuyos fragmentos fueron publicados póstumamente por G. E. Lessing), quien propuso que Jesús fue un mesías político fracasado y que sus discípulos inventaron la historia de la resurrección (teoría del fraude). El método predominante era racionalista, rechazando la intervención sobrenatural de Dios e ignorando la predicación (kerygma) de la Iglesia primitiva. La Old Quest entró en una profunda crisis con la obra de Martin Kähler, El llamado Jesús de la historia y el Cristo histórico y bíblico (1892), y se considera que concluye con la monumental crítica de Albert Schweitzer en su Investigación sobre la vida de Jesús (1ª ed. 1906).

No Quest (Ausencia de Búsqueda)

Esta etapa, que abarca aproximadamente desde la década de 1920 hasta mediados del siglo XX, estuvo dominada por la influencia de Rudolf Bultmann y su programa de desmitologización. Bultmann, en obras como su Historia de la tradición sinóptica (1921), argumentó que los Evangelios son principalmente testimonios de la fe de las primeras comunidades cristianas (el kerygma) y no fuentes fiables para una reconstrucción biográfica de Jesús. Concluyó que la búsqueda del Jesús histórico era metodológicamente imposible y teológicamente irrelevante para la fe cristiana, que se centra en el Cristo predicado.

New Quest (Nueva Búsqueda)

Surgió a mediados del siglo XX, impulsada por discípulos de Bultmann como Ernst Käsemann (con su conferencia de 1953, El problema del Jesús histórico). Aunque aceptaban muchas de las críticas de Bultmann a la Old Quest, estos teólogos afirmaron la legitimidad teológica y la posibilidad metodológica de acceder a ciertos datos históricos sobre Jesús. Sostenían que existe una continuidad entre el Jesús de la historia y el Cristo predicado por la Iglesia. Se desarrollaron criterios de historicidad, como el criterio de discontinuidad (o desemejanza), para identificar dichos y hechos auténticos de Jesús.

Third Quest (Tercera Búsqueda)

Iniciada aproximadamente en la década de 1980, esta fase de la investigación se caracteriza por un renovado optimismo y una mayor diversidad metodológica. Se beneficia del desarrollo de la arqueología, el descubrimiento de nuevas fuentes (como los textos de Nag Hammadi), la aplicación de modelos sociológicos y antropológicos, y un conocimiento mucho más profundo del judaísmo del Segundo Templo. A diferencia de enfoques anteriores, la Third Quest tiende a situar a Jesús más firmemente dentro de su contexto judío del siglo I. Esta etapa ha producido una rica variedad de retratos de Jesús.

Grupos y Contexto Sociorreligioso en Tiempos de Jesús

Sanedrín

El Gran Sanedrín de Jerusalén era el consejo supremo y tribunal judío. Estaba compuesto tradicionalmente por 71 miembros y presidido por el Sumo Sacerdote. Tenía la máxima autoridad religiosa y también ejercía funciones políticas y judiciales, aunque estas últimas estaban limitadas bajo la ocupación romana. Sus miembros se agrupaban principalmente en:

  • Sumos Sacerdotes: Incluía al Sumo Sacerdote en funciones y a miembros de las familias sacerdotales más influyentes, en su mayoría saduceos.
  • Ancianos: Representantes de la aristocracia laica y familias prominentes.
  • Escribas (o Maestros de la Ley): Expertos en la Ley de Moisés y las tradiciones orales, predominantemente fariseos.

Fariseos

Grupo religioso y social influyente en la sociedad judía del Segundo Templo. Eran conocidos por su escrupulosa observancia de la Ley mosaica (Torá) y las tradiciones orales transmitidas por los antepasados. Provenían mayoritariamente de clases medias (artesanos, pequeños comerciantes) y muchos ejercían como escribas y maestros, siendo guías espirituales para el pueblo. Los Evangelios los presentan frecuentemente en controversia con Jesús, quien a menudo denunciaba lo que consideraba su hipocresía o un legalismo que descuidaba la justicia y la misericordia. Su influencia perduró tras la destrucción del Templo en el 70 d.C., siendo fundamentales en la formación del judaísmo rabínico.

Saduceos

Grupo compuesto principalmente por la aristocracia sacerdotal y laica adinerada de Jerusalén. Tenían un poder considerable, especialmente en la administración del Templo. Solían colaborar con las autoridades romanas para mantener su estatus y el orden social. Teológicamente, se distinguían de los fariseos por aceptar únicamente la Torá escrita (Pentateuco) como autoritativa, rechazando la tradición oral, la resurrección de los muertos, la existencia de ángeles y espíritus, y la idea de una providencia divina detallada. Desaparecieron como grupo tras la destrucción del Templo.

Maestros de la Ley (Escribas)

Eran eruditos judíos, expertos en la interpretación y enseñanza de la Ley de Moisés (Torá) y las tradiciones orales. Constituían una clase respetada, dedicada al estudio, la copia de las Escrituras y la aplicación de la Ley a la vida cotidiana. Muchos fariseos eran escribas. Sus interpretaciones y enseñanzas fueron cruciales para el desarrollo del judaísmo y, posteriormente, muchas de ellas fueron codificadas en la Mishná y el Talmud.

Esenios

Grupo judío ascético y separatista que existió aproximadamente desde el siglo II a.C. hasta el siglo I d.C. Se apartaron de la vida común y del culto del Templo de Jerusalén, que consideraban corrupto. Vivían en comunidades, la más famosa en Qumrán, cerca del Mar Muerto, donde se descubrieron los Manuscritos del Mar Muerto (Rollos de Qumrán). Estos textos revelan su estricta observancia de la Ley, su estilo de vida comunal, sus creencias apocalípticas y mesiánicas, y sus interpretaciones particulares de las Escrituras.

Zelotes

Movimiento político-nacionalista judío radical que abogaba por la resistencia armada contra la dominación romana en Judea. Su celo (de ahí su nombre) por la Ley y la independencia de Israel los llevó a ser figuras clave en la primera guerra judeo-romana (66-73 d.C.). Aunque compartían algunas bases teológicas con los fariseos, su enfoque era eminentemente político y militar. El término "zelote" a veces se usa de manera más amplia para describir a aquellos con un fervor extremo por la causa judía y la soberanía de Dios sobre Israel.

Helenistas

Judíos de la diáspora (dispersos fuera de Judea) o residentes en Judea que habían adoptado la lengua griega (koiné) y muchos aspectos de la cultura helénica. Esta helenización era común en las ciudades del Mediterráneo Oriental y el norte de África. Los judíos helenistas utilizaban la Septuaginta (LXX), la traducción griega de las Escrituras hebreas, en sus sinagogas y en su vida religiosa. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, se mencionan tensiones y también colaboración entre los helenistas y los hebreos (judíos de habla aramea) dentro de la primera comunidad cristiana de Jerusalén.

Biblia LXX (Septuaginta)

La Septuaginta (del latín septuaginta, "setenta", abreviada comúnmente como LXX) es la traducción más antigua de los libros del Tanaj (Antiguo Testamento hebreo-arameo) al griego koiné. Fue realizada progresivamente entre los siglos III y I a.C., principalmente en Alejandría, Egipto. Era la versión de las Escrituras utilizada por la mayoría de los judíos de la diáspora de habla griega y por las primeras comunidades cristianas, siendo la fuente principal para las citas del Antiguo Testamento que aparecen en el Nuevo Testamento. Su nombre proviene de la leyenda según la cual fue traducida por setenta (o setenta y dos) eruditos judíos.

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