Fundamentos del Cristianismo y su Legado Filosófico en Occidente

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La Condición Humana y el Concepto de Pecado en el Cristianismo

La condición humana, desde una perspectiva cristiana, se concibe como la de un ser débil y dependiente, necesitado de Dios. En este contexto, emerge como algo novedoso el concepto de pecado, entendido como una acción libre que se aparta de los preceptos divinos. Solo Dios tiene el poder de apartarnos del error y del mal.

Rasgos Distintivos del Cristianismo y su Impacto en la Cultura Occidental

El cristianismo aportó nuevos rasgos fundamentales que se incorporaron y moldearon la cultura occidental:

  • Monoteísmo: La creencia en un único Dios, quien se ha revelado y encarnado para traer un mensaje de salvación.
  • Creacionismo: La doctrina de que este Dios creó el mundo de la nada, en contraposición a la tesis griega de la eternidad del mundo.
  • Nueva Antropología: El ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios, con un destino de salvación y eternidad. Es libre y responsable, y la resurrección será conjunta del cuerpo y del alma.
  • Concepción de la Historia: La historia posee un sentido lineal, con un comienzo y un final, en la que Dios interviene. Contrariamente a la concepción cíclica del tiempo de los griegos, donde todo estaba condenado a repetirse, el cristianismo defiende un sentido progresivo del tiempo, marcado por una meta: el Juicio Final.
  • Universalismo: Lejos de ser una religión exclusiva de un pueblo, el cristianismo tiene una clara vocación de expansión y de conversión de todas las personas, incluyendo a otros pueblos. Es consustancial al cristianismo su exclusivismo, es decir, la no aceptación de otros dioses.

La Patrística: Orígenes y Definición

La Patrística es el conjunto de proposiciones filosóficas —más bien teológicas— que se atribuyen a los Padres de la Iglesia. Estos fueron un grupo de escritores insignes dentro del cristianismo, pertenecientes normalmente a la jerarquía eclesiástica, que ejercieron su magisterio durante los primeros siglos de la historia de la Iglesia cristiana. Esta época abarca, en principio, desde finales del siglo I hasta mediados del siglo VIII. Se exceptúan de la Patrística los escritos canónicos, es decir, los libros sagrados del Antiguo y del Nuevo Testamento, aunque sí se incluyen los escritos de los Padres Apostólicos y de los Apologistas.

El Término "Patrística" y sus Implicaciones

El término «Patrística» corresponde, por tanto, al conjunto de estos escritores eclesiásticos, preferentemente ortodoxos. De ellos se supone que contienen enunciados filosóficos propiamente dichos, aunque de origen y contenido cristiano. Transcurrida esta época, a los escritores eclesiásticos, incluidos los de mayor renombre, se les denomina simplemente «Doctores de la Iglesia». Se distinguen diversas etapas y ámbitos que dan lugar a distintas denominaciones dentro de este campo de estudio.

El Agustinismo: Una Corriente Filosófica y Teológica

El agustinismo, en general, se destacó por su oposición a la recepción de Aristóteles en la filosofía escolástica, especialmente en la forma concreta que se denominó tomismo (cuyo origen se encuentra en Tomás de Aquino). Representa una línea de pensamiento que otorga la primacía al bien, a la voluntad y al amor sobre la verdad, el entendimiento y la razón, y hasta al valor y sentido del individuo sobre la abstracción de la generalidad.

Representantes y Evolución del Agustinismo

Entre los representantes medievales de la corriente agustinista, en el apogeo de la Escolástica, destacan los franciscanos Alejandro de Hales, San Buenaventura y Juan Duns Escoto —este último, el más relevante de esta corriente junto con San Buenaventura—. Cuando ciertas tesis de Aristóteles y Tomás de Aquino fueron condenadas por el obispo de París, Esteban Tempier, el agustinismo venció momentáneamente frente al aristotelismo, que en aquel momento era llamado «averroísmo latino». La denominada Escuela Agustiniana, fundada por Egidio Romano (conocido también como Gil de Roma), intentó acercar las posturas agustinianas y tomistas. El español Fray Luis de León (siglo XVI) se cuenta entre los pertenecientes a esta influyente corriente de pensamiento.

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