Fundamentos y Controversias de la Doctrina Cristiana de la Salvación
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La Prescripción Cristiana: Fundamentos de la Salvación
La prescripción cristiana sobre el hombre está basada en Dios. Se fundamenta en la doctrina de la salvación y busca, a través de esta vida, lo mejor para la siguiente.
El Restablecimiento de la Relación con Dios
Para salvarse, hay que restablecer la relación con Dios. El hombre debe buscar a Dios, ya que eligió el mal frente al bien. Si Dios ha creado al hombre para su compañía y el hombre se ha desviado y ha roto su relación con Dios, entonces solo Dios puede perdonar al hombre y restaurar esa relación.
La regeneración del hombre pertenece únicamente a la gracia, el amor y el perdón de Dios. Si Dios nos perdona, es porque en su libertad y gracia quiere perdonarnos.
La Tesis Central: Jesús como Redentor
La tesis central es que Dios estuvo presente de modo único en el ser humano particular Jesús, y que Dios utiliza la vida, muerte y resurrección de Jesús para restaurar a los hombres, elevándolos a una justa relación con Él (la salvación a través de Cristo). La tesis cristiana se expresa tradicionalmente en la doctrina de que Jesús es el Hijo de Dios, tanto humano como divino, la palabra eterna hecha carne.
Medios de la Salvación
La salvación se realiza mediante:
La Doctrina de la Encarnación: La idea básica consiste en que Dios se hizo hombre (a través de Cristo) y, a través de la vida, muerte y sufrimiento de Jesucristo, somos salvados.
La Doctrina de la Redención: Consiste en que resucitamos perdonados; la humanidad ha sido perdonada. Estos son los medios por los que Dios reconcilia a su creación consigo mismo.
Hay que afirmar que la resurrección sucedió realmente, por flagrante que sea su contradicción con todas las leyes de la naturaleza.
Aceptación Individual y Pertenencia a la Iglesia
Sin embargo, la prescripción cristiana no queda terminada del todo con la obra salvadora de Cristo. Queda para esta salvación ser aceptada y hecha efectiva en cada persona individual, y ser propagada en todo el mundo por la Iglesia cristiana. Cada persona debe aceptar la redención que Dios ha efectuado para él en Cristo y llegar a ser un miembro de la Iglesia. Ambos requisitos son necesarios, así surte efecto la regeneración del hombre y del mundo (debe ser un proceso que dure toda la vida, más allá de esta existencia).
Críticas a la Doctrina de la Salvación
1. La Irracionalidad de la Encarnación y la Redención
Las doctrinas de la Encarnación y la Redención son irracionales. Desafían la racionalidad humana y han provocado muchos desacuerdos dentro del cristianismo, ya que superan nuestros esquemas lógicos. Surgen preguntas fundamentales:
- ¿Cómo una persona particular puede ser miembro de la divinidad trascendente?
- ¿Cómo un hombre puede ser Dios?
- ¿Cómo puede Dios unirse a la carne? Si la carne es lo más bajo, ¿cómo se une a lo humano?
La defensa normal consiste en decir que son misterios más que contradicciones, y que la razón humana no puede entender los infinitos designios de Dios.
Además, surge otra crítica: si Jesús es hombre, no puede resucitar; si el hombre muere, no puede volver a la vida. Y ¿cómo a través de un hombre se perdona a toda la humanidad? ¿Cómo un solo individuo puede hacerse cargo de todas nuestras faltas?
2. El Problema de la Libertad y la Soberanía Divina
Un último problema conceptual se encuentra en que la concepción cristiana principal es que la redención solo puede venir de Dios. Esto plantea el problema de la libertad y la voluntad humana, generando una contradicción entre la doctrina de la libre voluntad humana y la teoría de la completa soberanía de Dios.
Si somos salvados, lo somos por esta gracia libre de Dios, no por algo que podamos hacer nosotros mismos. Sin embargo, la doctrina cristiana sostiene que la voluntad humana del hombre es libre (por su propia elección pecó y debe ser por su propia elección por lo que acepte la salvación de Dios y logre su regeneración en esta vida).
Pero si en nuestra voluntad podemos elegir, la libertad humana limita a Dios (no sería todopoderoso). Esto plantea lo siguiente: si es Dios el que libremente perdona, ¿por qué nos dicen que vivamos acorde con la voluntad divina (que vivamos de una cierta forma) si la forma en que vivamos no influye en el perdón de Dios? (He aquí la contradicción).
La doctrina de la libre voluntad humana tiene que ser esencial en la creencia cristiana, por difícil que sea reconciliarla con la teoría de la completa soberanía de Dios. Muchos cristianos reconocen los problemas conceptuales de las doctrinas cristianas básicas, pero las aceptan por lo que encuentran en la vida y el culto de la Iglesia: desarrollo espiritual.