Fundamentos del Conocimiento A Priori: Diálogo entre Kant y Russell
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El Conocimiento Apriorístico: Perspectivas de Kant y Russell
El presente texto aborda la cuestión de cómo es posible el conocimiento apriorístico, haciendo una mención fundamental a la filosofía de Immanuel Kant. Se destaca que, para Kant, existe un conocimiento a priori que no es meramente analítico y que, aunque no sea estrictamente científico, aporta un valor significativo al saber. Se subraya, además, la importancia de analizar el conocimiento humano en profundidad.
El Juicio Analítico y la Crítica de Hume
Inicialmente, se recuerda la definición de juicio analítico: aquel en el que el predicado está incluido en el sujeto. Antes de Kant, todos los juicios a priori eran considerados analíticos. La validez de estos juicios se justifica en la imposibilidad de su contradicción, ya que "nada puede tener y no tener al mismo tiempo una propiedad".
Sin embargo, David Hume introduce una crítica crucial al descubrir que la relación causa-efecto, previamente considerada analítica, no lo es. Para Hume, esta relación es sintética y requiere verificación empírica, no siendo confirmable hasta que la experiencia la corrobore. El efecto no es un predicado de la causa; la causa es previa y superior al efecto. Por lo tanto, nada podemos saber a priori sobre la relación causa-efecto.
Los juicios de las ciencias, aunque a priori, se aplican a la experiencia y, por ello, pierden su carácter puramente analítico. La matemática pura, en particular, difícilmente podría ser verificada bajo principios estrictamente empiristas. La afirmación de que "2+2=4" no se obtiene inductivamente tras sucesivas sumas para llegar a una ley general; esto no es cierto, ya que basta con un solo ejemplo para verificarlo. Las afirmaciones matemáticas poseen una entidad distinta y, por ende, requieren una verificación diferente a las afirmaciones del lenguaje general.
La Visión Kantiana del Conocimiento
Kant establece que en todo conocimiento existen dos elementos fundamentales:
- El objeto: la materia del conocimiento (los datos de los sentidos).
- El sujeto: quien conoce la forma.
El objeto se reduce a los datos de los sentidos, pero es algo más, y por ello permanece incognoscible para nosotros (el noúmeno). Nosotros le aportamos el espacio y el tiempo, que son formas a priori de la intuición, y los datos de los sentidos nos dan el fenómeno. El espacio y el tiempo los conocemos de antemano, y nada puede ser conocido sin ellos. Kant sostiene que la "cosa en sí" (el noúmeno) permanece incognoscible, y lo que conocemos es el fenómeno.
La Crítica de Russell a Kant
Bertrand Russell acepta la visión de Kant sobre las matemáticas, donde el componente a priori es fundamental y, para que tenga sentido, debe ser verificado en la experiencia. Sin embargo, Russell identifica un problema en el concepto a priori kantiano: Kant da por sentado que los hechos se ajustan a la lógica y a las matemáticas. Russell argumenta que si nosotros cambiáramos, también lo harían la lógica y las matemáticas, lo cual es imposible, ya que las matemáticas han permanecido estables a lo largo de los años.
Russell, siendo un realista, se distancia del idealismo. Él afirma que el mundo existe independientemente de que pensemos en él o no. Por ejemplo, "2+2=4" es una verdad aunque no tengamos experiencia alguna del objeto. El giro copernicano de Kant, que pretende liberar el objeto por el noúmeno, busca en realidad mantener la primacía del sujeto en el conocimiento, algo que Russell cuestiona.
Para criticar la visión de que lo a priori es simplemente el modo en que pensamos, Russell analiza el principio de no contradicción: "Nada puede ser y no ser al mismo tiempo". El pensamiento no puede admitir la contradicción en su funcionamiento y, por tanto, suponemos que se dará en la realidad. No lo verificamos; pensamos que si un objeto es una cosa, no puede ser otra. Tenemos, entonces, una creencia en el principio y no concebimos que la realidad pueda falsearlo.
Cualquier ley del pensamiento es a priori y presenta la misma problemática: extendemos lo a priori mental a lo real y consideramos que el mundo se comportará como esperamos. Convertimos una ley de pensamiento en una ley del objeto, y esto es inaceptable para Russell.