Fundamentos de la Causalidad y el Ser Necesario en Tomás de Aquino

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1. La Causa Eficiente Primera

Podemos comenzar explicando los conceptos de Causa Eficiente y Causalidad, su origen en Platón y Aristóteles y su uso en la filosofía Medieval y en Tomás de Aquino, como se expone en el texto.

La Causalidad en la Filosofía Clásica

Platón y la Idea de Bien

En Platón, el concepto de causalidad estaba determinado por las ideas, y todas ellas dependían de la Idea de Bien. Él afirmaba que LA IDEA DE BIEN ES LA CAUSA DE TODO LO RECTO Y LO BELLO QUE HAY EN LAS COSAS. Recordemos que para Platón las ideas existieron eternamente y el Demiurgo trabajó la materia tomando como ejemplo las ideas. Más adelante, Plotino eliminó al Demiurgo y de lo Uno, que sustituye a la Idea de Bien, emanaron las ideas, la luz y todos los Entes. Estas imágenes se adaptan muy bien al cristianismo medieval, que sustituye la Idea de Bien y lo Uno por un Dios que causa el universo.

Aristóteles y las Cuatro Causas

Aristóteles desarrolla la teoría de la causalidad, que se estructura en cuatro aspectos:

  1. Causa Material: Cómo condiciona al ente la materia de la que está hecho.
  2. Causa Formal: Qué posibilidades ofrece al ente su forma o estructura.
  3. Causa Eficiente: Para los objetos artificiales, es su creador o inventor. Para los entes naturales, en Aristóteles se podría entender como primera causa eficiente el Acto Puro, quien genera la cadena de movimientos y transformaciones.
  4. Causa Final: Responde a la pregunta ¿para qué? o bien ¿hacia qué se mueve el ente?, cuál es su destino o el lugar que va a ocupar.

La Causa Eficiente en el Cristianismo y Santo Tomás

Para el cristianismo, el creador de toda la naturaleza es Dios, con la particularidad de que este crea todo el universo de la nada (ex nihilo), sin materia y sin salir de sí mismo, ya que Dios se expone como Verbo o Espíritu puro. Esta creación se puede entender, de acuerdo con el texto, de forma directa (Dios crea al ente A), o bien creando el primer ente de una cadena (Dios crea a A, A crea a B, B crea a C).

Para Aristóteles, el destino viene marcado en la naturaleza del ente, pero para Aquino, Dios dirigirá a los entes a su destino.

En la tercera fase de la argumentación de la Segunda Vía, Santo Tomás identifica la causa eficiente primera con el Dios cristiano. Pero aquí se da una importante diferencia respecto a Aristóteles: mientras que el Acto Puro de Aristóteles mueve una materia eterna, el Dios que presenta Aquino en esta Vía no solo mueve, sino que crea entes que antes no existían de ninguna manera.

Toda la visión cristiana de la creación del Universo parte del Génesis, donde Dios crea primero la luz y luego la materia de la nada, ni siquiera de sí mismo, pues Dios no es materia. Y esta creación ex nihilo es indemostrable, solo aceptable por la fe.

2. El Ser Necesario (Tercera Vía)

Para Santo Tomás, la característica básica de toda la realidad creada es la contingencia: el ser así pero poder ser de otro modo, el existir pero poder no existir, o no existir y poder existir.

La Composición Metafísica

La razón última que explica la contingencia o el carácter radicalmente indigente de todos los seres creados es la existencia en ellos de una composición metafísica básica: la composición de esencia y existencia.

A las cosas les corresponde la gratuidad completa de su existencia, pues la existencia no se encuentra en su esencia. Por ello, pueden dejar de existir si existen o pueden existir si no existen.

Exigencia del Ser Necesario

Santo Tomás sostiene que la contingencia de las cosas exige, para dar cuenta de su presencia y existencia en el mundo, la existencia de un Ser Necesario que las haya puesto en el ser. Ese Ser Necesario es Dios. Esto lo desarrolla en la Tercera Vía.

Como se observa en la frase: «no es posible aceptar una serie indefinida de cosas necesarias, es forzoso que exista algo que sea necesario por sí mismo».

Influencia Aristotélica

Aquí la tesis responde a la noción aristotélica del universo cerrado y limitado, hasta el punto de que los estudiosos se refieren al «horror al infinito y al vacío» que se da en el pensamiento de Aristóteles, trasladado también a Tomás de Aquino.

En la tercera fase del argumento se da la identificación de Dios con el Ser Necesario. Aquino tomará de Aristóteles la imposibilidad de una serie infinita de seres necesarios. Sin embargo, Aristóteles tiene dos principios necesarios y eternos, de los cuales solo uno puede ser compatible con la creación del universo dada en la Biblia.

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